Estrenos online: crítica de «Pobres criaturas» («Poor Things»), de Yorgos Lanthimos (Star+)

Estrenos online: crítica de «Pobres criaturas» («Poor Things»), de Yorgos Lanthimos (Star+)

por - cine, Críticas, Estrenos
17 Mar, 2024 09:25 | Sin comentarios

Protagonizada por Emma Stone, Willem Dafoe y Mark Ruffalo, la nueva película del director de «The Lobster» narra la extraña vida de una mujer sometida a un experimento científico. Estreno en Star+ el 20 de marzo.

Si BARBIE fuera una comedia gótica de terror dirigida por Tim Burton podría parecerse bastante a POBRES CRIATURAS. En su película formalmente más absurda pero narrativamente más clásica, el realizador griego Yorgos Lanthimos se basó en la novela homónima de Alasdair Gray para narrar una suerte de viaje de empoderamiento personal de parte de una mujer que arranca como un juguete infantil sin conciencia alguna de sus actos, creada para el entretenimiento de los demás, y termina convirtiéndose en su propia dueña, la que maneja sus destinos. La línea narrativa es, básicamente, idéntica a la de la película de Greta Gerwig. Sus modos formales, bastante distintos.

Visualmente –especialmente en todo lo referido al diseño de producción, vestuarios, maquillajes y fotografía–, POOR THINGS es un festín del exceso, uno que bordea lo bizarro. Lanthimos extrema aún más algunos de los recursos formales y despliegue de excentricidades de LA FAVORITA para contar una historia que transcurre en una versión delirante de la Inglaterra victoriana, una relectura feminista de FRANKENSTEIN en modo freak show. Pero en términos narrativos estamos ante la película más convencionalmente estructurada del director de THE LOBSTER: más humanista, amable con sus personajes, hasta cariñosa. Alejado del cinismo y la sequedad de antaño, Lanthimos parece haber abrazado definitivamente un combo de exceso y ternura que, en las épocas de DOGTOOTH hubiese sido impensable.

Todo empieza con un intento de suicidio. Una mujer se lanza de un puente full technicolor hacia el mar. Desconocemos su nombre y su historia, pero luego de que Lanthimos se pasa al blanco y negro –y a los retorcidos y enervantes ángulos de cámara que uso en LA FAVORITA–, nos toparemos con otra versión de ella. Creada y manipulada por el Dr. Godwin (Willem Dafoe), un científico loco y un tanto deforme por los experimentos que se hicieron sobre su cuerpo, Bella Baxter (una increíble Emma Stone, que tiene todas las fichas para quedarse con el Oscar a mejor actriz) es la criatura del título, una chica rarísima con cuerpo de mujer adulta pero con el vocabulario, el comportamiento y hasta la inestabilidad física de un bebé. 

Bella y “God” (así le dice a su “padre” Godwin) viven en un castillo propio del cine de terror más excéntrico y ella no tiene permitido salir de ahí. Adentro se comporta como una niña caprichosa, escupiendo la comida, lanzando objetos y acuchillando a los cadáveres que Godwin tiene en su laboratorio. Cuando el científico contrate como asistente a un alumno suyo de la universidad, Max McCandless (Ramy Youssef, el protagonista de la excelente serie RAMY), para que siga los progresos de Bella, nos enteraremos a qué se debe su extraño comportamiento. La chica es un experimento de Godwin. Sin entrar en detalles –ya los verán– diremos que es un Frankenstein en el que el cerebro de un bebé está “insertado” en el cuerpo de una mujer adulta. Ella, claro, no lo sabe. Y de saberlo, a esa altura al menos, no lo entendería tampoco.

Lo que la película contará serán los viajes, internos y externos, de Bella, sus distintos descubrimientos personales realizados a lo largo de una serie de aventuras y paseos por distintas locaciones europeas y con diferentes compañías. Es que el cerebro (y el lenguaje) de la chica se desarrolla rápidamente y en poco tiempo va experimentando más cosas y queriendo saber y conocer otras. La fundamental –y más graciosa, quizás– tiene que ver con el descubrimiento del sexo y de cómo usar su cuerpo para darse placer. Sin pruritos ni preconceptos respecto a lo que se puede hacer y lo que no, Bella explora su cuerpo, insertando variados objetos en todos los orificios posibles, descubriendo sensaciones desconocidas y queriendo salir de esa mezcla de prisión y extraño parque de diversiones en el que vive.

El escape será con la “ayuda” de Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), el abogado de Godwin, quien apenas la ve se da cuenta que puede “aprovecharse” de ella y de su mezcla de inocencia y deseo sexual. Y es así que se la lleva a recorrer países de Europa (o versiones de estudio de grandes ciudades y cruceros) haciendo con ella todo tipo de destrezas sexuales. Pero de a poco Bella pasará de ser una muñeca extraña –cada vez que la presenta en público la chica dice o hace algo bastante ridículo– a alguien que va tomando conciencia de su situación y su propio poder. Y eso irá no solo dando vuelta la relación que tiene con Duncan sino permitiéndole “soltar” las cadenas que la atan a todos estos hombres. Empoderada, tomará conciencia de su lugar en el mundo de otra manera.

Si bien Lanthimos no abandona nunca ni las vestiduras ni los elementos rimbombantes e insólitos que tiene su película (“God” tiene en su casa criaturas creadas a partir de mezclas animales cuyo aspecto hay que ver para creer), la historia en sí se va volviendo menos efectista y más centrada en el despertar, si se quiere, ideológico de la protagonista. Lo que en su primera mitad está sostenido casi por completo desde el humor y la excentricidad 360 grados, luego de cierto momento empieza a ganar en gravedad y, sin perder las humoradas ocasionales, en cierta seriedad. 

Acaso lo más sorprendente de POBRES CRIATURAS no sea ni la pirotecnia visual, ni las acrobacias físico-sexuales-verbales de Stone (la chica, en su primera etapa al menos, habla con términos muy infantiles) ni las escenografías o vestuarios, sino la inesperada ternura que parece haber descubierto su anteriormente muy cínico director. Aún con su crudeza, sus caricaturas y su popurrí de perversidades, la película presenta una mirada optimista, inclusiva y hasta cariñosa no solo de la protagonista sino de un pequeño micromundo con el que se rodea. Quizás la familia menos convencional de la historia después de la de LOS LOCOS ADDAMS, pero igual o más querible.