BAFICI 2024: crítica de «Riverboom», de Claude Baechtold y «Love is a Gun», de Lee Hong-Chi (Competencia Internacional)

BAFICI 2024: crítica de «Riverboom», de Claude Baechtold y «Love is a Gun», de Lee Hong-Chi (Competencia Internacional)

Un documental suizo sobre Afganistán y un drama policial taiwanés se presentaron en la Competencia Internacional del BAFICI.

RIVERBOOM, de Claude Baechtold. En 2002, justo después de la invasión estadounidense a Afganistán que llegó tras el atentado a las Torres Gemelas en el marco de la llamada Guerra contra el Terror, muchos periodistas de distintas partes del mundo fueron hacia ese país a cubrir los caóticos acontecimientos. El suizo Baechtold fue uno de ellos. En realidad, no era periodista sino amigo de uno, que viajaba allá y lo quería como su chofer, acompañante y para filmar algunas cosas. A la dupla se lo sumó un fotógrafo profesional italiano y entre los tres recorrieron buena parte del país enviando notas y fotos a medios franceses con los detalles de los conflictos internos y externos.

Pero RIVERBOOM no es un documental político convencional sino uno que está contado como un diario de recuerdos de parte de Claude, más de veinte años después de los hechos y con la distancia y el humor que le da el tiempo. Su voz en off va recordando los pasos del viaje, los encuentros con las tropas norteamericanas, con los «señores de la guerra» de las distintas tribus y grupos étnicos locales y las distintas experiencias (malestares gástricos, amenazas, encuentros raros con los locales, situaciones de peligro) que fueron viviendo estos tres personajes: un lanzado periodista, un amable fotógrafo y un timorato y asustado camarógrafo/chofer, quien cuenta la historia.

RIVERBOOM propone una mirada alejada de la actualidad tensa del conflicto para mostrarla, casi, como un alucinado trip más cercano a APOCALYPSE NOW que a cualquier documental bélico. Hay una escena de una fiesta entre funcionarios y expats franceses en la que bailan mientras, quizás, afuera los esperan para matarlos. Hay también una entrevista a un líder militar afgano que les (y nos) mete miedo y otros momentos más amables que tienen que ver con el encuentro con la gente. En el medio, se hará un repaso de las distintas guerras que acecharon a la zona y se recordará el pasado de Afganistán como el país más «europeo» de la región hasta la invasión soviética de 1979.

Baechtold no hizo el documental en su momento porque le perdieron las grabaciones y recién las pudo recuperar en 2022. Lo que debe haber sido un grave problema, para él, en su momento, hoy se siente como una «ganancia». Es que el tiempo permite ver las experiencias de otro modo y así RIVERBOOM se aleja de las convenciones del documental bélico en tiempo presente (para eso pueden ver también en BAFICI la muy buena INTERCEPTION) para convertirse en una comedia extravagante sobre una guerra que se estiró indefinidamente y terminó bastante mal.


LOVE IS A GUN, de Lee Hong-Chi. Un representante pequeño, de bajo presupuesto y limitada ambición del género gangsteril chino, esta película presentada en la Semana de la Crítica de Venecia 2023 logra colarse dentro de una tradición del noir chino que tiene grandes representantes, incluyendo algunas recientes películas de Jia Zhang-ke o Bi Gan, por citar unos ejemplos. De entrada, no da la impresión de tratarse de un film de género, ya que muestra la vida del apodado «Sweet Potato» (Lee Hong-Chi), un joven de Taipei que se fue a vivir a un pueblo junto al mar (la Isla Gueishan) para estar cerca de la playa. Pero esa vida de tranquilidad pronto se romperá con la aparición de gangsters que tratan de cobrarse unos dineros, asuntos en los que él se ve involucrado, un poco contra su voluntad.

De a poco veremos que «Sweet Potato» tiene un pasado criminal –estuvo en la cárcel– y está tratando de llevar una vida un poco más ordenada. Maneja un negocio un tanto curioso en el que dos chicas vestidas con muy poca ropa venden lo que parecen ser golosinas (algo así como un «kiosco hot») y es claro que hay una tensa y rota historia de amor entre él y una de las chicas que atiende ahí. Todo se complica con la aparición de Seven, un asociado de las viejas épocas, que lo involucra en una búsqueda de dinero que no termina del todo bien. Y eso, así como así, mete al protagonista de vuelta en la vida criminal.

A lo largo de su breve metraje habrá otra historia de amor con una actriz, un reencuentro con un ex compañero de la escuela convertido en político local, recorridos por la playa y por el mar, dándole a LOVE IS A GUN también una imagen más bucólica y alejada de las convenciones del policial puro y duro. Para el protagonista es una suerte de paraíso que parecía haberle servido para alejarse de problemas y vivir una vida más tranquila, pero en los hechos la cosa no termina siendo así. Y en sus últimos planos son los escenarios los que cobran importancia por sobre los personajes. Un alejado paraíso perdido que promete calma profunda pero que, como el mar cuando «se pica», carga también con mucha violencia en sus entrañas.