Cannes 2024: crítica de «It Doesn’t Matter», de Josh Mond (ACID)
Este film del realizador de «James White» fusiona documental y ficción en un relato que narra la vida de un joven afroamericano a través de videos caseros.
En este indefinible combo entre documental y ficción, el director de la explosiva JAMES WHITE y productor de films de Antonio Campos y Sean Durkin, traza una historia de vida a partir de videos caseros, hechos con cámaras de baja resolución y teléfonos móviles, con el actor Jay Will (TULSA KING) como su protagonista. Si bien todo parece ser algo autobiográfico, al menos por el modo en el que se lo cuenta aquí, lo que vemos es la historia de un tal Alvaro (Will) a lo largo de una serie de años que van entre 2014 y 2021.
Todo empieza en plena pandemia, marzo de 2020, con una videollamada entre él y un amigo, encarnado por Christopher Abbott, el actor de GIRLS y de IT COMES AT NIGHT, quien protagonizó la anterior película de Mond. A través de ese punto de partida es que vamos conociendo la historia del tal Alvaro, siempre a partir de videos hogareños filmados la mayor parte de las veces por él mismo. O eso parece. IT DOESN’T MATTER lo sigue a lo largo de distintas ciudades de los Estados Unidos mientras él va contando, o vemos, sus diferentes trabajos, sus penurias económicas, nos cuenta de su llegada al país (su madre es hondureña), sus dificultades de adaptación y lo observamos compartir algunas peculiares aventuras con amigos.
La película es más una curiosidad intrigante que un relato más o menos formado. A través de estos retazos de vida del tal Alvaro vamos viendo los problemas, dificultades personales, económicas, tensiones y viajes de un joven negro en los Estados Unidos mientras trata de sobrevivir mediante distintos trabajos ocasionales. Más allá de algunas breves escenas hechas con animación, la película juega muy cerca del registro documental, pero hasta cierto punto es difícil distinguir cuanto hay de elaboración ficcional a partir de ese material. Da la impresión que lo que Mond ha hecho aquí fue hilar una trama de ficción a partir de historias verdaderas que atravesó Will y otros «actores» de la película, agregando escenas (auto)filmadas específicamente para la película.
IT DOESN’T MATTER tiene todo el aspecto de película imaginada y resuelta durante la parte más dura de la pandemia, esos films pensados y estructurados en torno a las limitaciones de movilidad del Covid-19. O bien se lo puede pensar como un proyecto que comenzó allá por 2014 y se fue armando de a poco con materiales de «aspecto documental» que el propio Will fue construyendo con el realizador. Como la película lo anuncia desde su título, eso «no importa» demasiado. Lo interesante es su resultado, que tiene sus grandes momentos y otros que resultan un tanto reiterativos e inocuos.
A modo de diario lo-fi en el que vemos al actor o al personaje –nunca queda claro donde termina uno y empieza el otro– celebrando, trabajando, conversando con su madre, contando historias o peleándose, a veces muy agresivamente, con amigos, Mond va tejiendo el relato de unos años de vida de una especie de drifter, de joven afroamericano que se busca la vida como puede, que pierde más veces de las que gana y que sobrevive a los tumbos, buscando siempre una nueva oportunidad. Y si es en una nueva ciudad, mejor.