Cannes 2024: crítica de «The Invasion», de Sergei Loznitsa (Special Screenings)

Cannes 2024: crítica de «The Invasion», de Sergei Loznitsa (Special Screenings)

por - cine, Críticas, Festivales
17 May, 2024 03:26 | Sin comentarios

Este documental explora la vida cotidiana de Ucrania durante dos años de guerra con Rusia, integrando la supervivencia y la resiliencia como temas centrales en medio de la devastación.

La potencia está en su carácter acumulativo. Una a una, las escenas de LA INVASION, la película que Sergei Loznitsa le dedica a la guerra en su país, Ucrania, exploran y exhiben la vida cotidiana de la población civil ucraniana durante dos años desde que comenzó el conflicto armado con Rusia. Cada una toma elementos que van de lo simple y rutinario a lo excepcional. Al sumarse, a lo largo de casi dos horas y media, dejan un testimonio impresionante de la vida durante una guerra.

La combinación está presente de entrada. A un largo sepelio con militares despidiendo a caídos en combate le sigue una boda, realizada ante poquísimas personas en un salón. Hay nacimientos y muertes en hospitales. Hay gente buscando botellas de agua y cajas de comida. Edificios destruidos, puentes destruidos, barrios destruidos. Gente buscando minas explosivas y explosiones vistas desde el cielo. Hay más muertos, funerales, ceremonias militares. Y hay gente que va a trabajar o a hacer las compras.

En LA INVASION se muestra una vida con la guerra como marco, como escenario. No es el frente de batalla, no se trata de mostrar las ciudades o las situaciones más clásicamente «bélicas», se trata de ver cómo una población sobrevive, la sigue peleando y despide a sus muertos. La enorme cantidad de fotos de jovencísimos soldados caídos es un ejemplo. Los llantos de sus familiares, otro. A la par, vecinos conversan y se cuentan novedades. Algunos hacen bromas respecto al conflicto. Otros traen noticias lejanas o cuentan cómo es convivir con soldados que vuelven del frente de batalla.

Hay, sí, algunas escenas dramáticas en tiempo presente –el rescate de víctimas de una explosión, operaciones en un hospital–, pero lo que Loznista muestra, por lo general, es el después, las consecuencias, las repercusiones. Un puente caído. Un ex combatiente sin piernas. Una madre que llora a su hijo, una esposa que llora a su marido. Y, en el medio, la vida continúa. Sin negar ni obviar lo que sucede –no hay cómo pasarlo de largo ni obviarlo, tampoco es esa la intención del realizador de MAIDAN–, sino incorporándolo como parte integral de la vida en Ucrania hace ya un par de años.

Con planos largos, muchos de ellos fijos, escenas en su mayoría sin diálogos –o con comentarios dichos al pasar, que se escuchan de fondo, sin mayor peso dramático– y la acostumbrada manera en la que Loznitsa sostiene sin parpadear la mirada cinematográfica, THE INVASION es un testimonio documental de la resiliencia como modo de vida, una muestra desgarradora de lo que significa la palabra supervivencia.