Estrenos online: crítica de «Hecho en Inglaterra: las películas de Powell y Pressburger» («Made in England»), de David Hinton (MUBI)
Este documental narrado por Martin Scorsese recorre y analiza la obra de la dupla de directores Michael Powell y Emeric Pressburger, realizadores de clásicos como «Coronel Blimp», «Escalera al cielo» y «Las zapatillas rojas». Estreno de MUBI.
Cuándo apreciaron los británicos a sus grandes hombres?«, contesta Michael Powell sobre el final de MADE IN ENGLAND, el documental centrado en su carrera cinematográfica junto a Emeric Pressburger. La pregunta que le hacía el entrevistador tenía que ver con la manera en la que la exitosa carrera de la dupla en los años ’40 y parte de los ’50 fue olvidada en el país natal de Powell (Pressburger era húngaro) y rescatada por Martin Scorsese y su generación del Nuevo Hollywood recién para finales de los ’70. La respuesta puede parecer algo pedante, pero no lo es. Con el tono apocado y discreto en palabras que lo caracterizaba, Powell decía algo que cualquiera puede notar y no solo en el mundo del cine: por algún exceso de pudor, discreción o tradición histórica, es una sociedad caracterizada por ser muy crítico con sus grandes figuras, no sea cosa que «se la crean».
Powell fue uno de esos casos. Este cineasta que, solo o junto a Pressburger, dirigió algunos de los más grandes clásicos del cine británico, para los años ’70 era un tipo olvidado que vivía en una modesta cabaña en la campiña. HECHO EN INGLATERRA: LAS PELICULAS DE POWELL Y PRESSBURGER viene a reiterar, para una nueva generación, los enormes valores del cine que hizo la dupla, creadores de títulos tan particulares y distinguibles como ESCALERA AL CIELO, NARCISO NEGRO, LAS ZAPATILLAS ROJAS, SE A DONDE VOY, CORONEL BLIMP o LOS CUENTOS DE HOFFMAN, títulos que se han convertido en clásicos indiscutibles tras haber pasado por el proceso de ser exitosos en su momento (la mayoría de ellos), dejados de lado por una nueva generación y recuperados más tarde.
El que más hizo por recuperar y volver a poner en primer plano el cine de la dupla conocida como «The Archers» (era el nombre de su productora) fue Martin Scorsese, quien fue gran amigo de Powell, quien terminó casándose con Thelma Schoonmaker, la habitual editora del director de TAXI DRIVER. Y aquí es él, nuevamente, el que conduce un film que puede verse como una de sus tradicionales masterclasses sobre distintos movimientos y cineastas. Sentado en una sala de una butaca de cine, Scorsese cuenta la historia de ambos –más de Powell que de Pressburger, ya que se siente más identificado con él, ya verán los motivos– sin poner el eje en cuestiones personales sino en hacer un análisis histórico, cronológico y, especialmente, dramático y formal de sus películas.
Scorsese tiene una académica claridad para explicar la obra de directores y movimientos cinematográficos (ver sino sus films sobre el cine italiano o el norteamericano) y acá lo hace con su habitual sabiduría y prolijidad. Es cierto que ya lo hemos escuchado y leído hablando o escribiendo sobre Powell, pero la conjunción entre sus comentarios y las impresionantes imágenes de las películas potencian su discurso. Si bien no dirige MADE IN ENGLAND (lo hace David Hinton, un veterano realizador de documentales) es su relato el que la organiza a modo de video essay de más de dos horas de duración.
El cine de Powell y Pressburger no parece, al menos en primera instancia, tener mucho que ver con las películas de Scorsese, pero parte del placer de ver el film es entender esas conexiones, ver por dónde pasan, darse cuenta que, más allá de que el estadounidense tiene un mayor apego y cercanía por el realismo, sus técnicas cinematográficas más intrusivas y de alto impacto (el uso del color, determinados cortes, personajes ambiguos y torturados, etcétera) es deudora de la obra de Powell, algo que sí es más evidente, por ejemplo, en el cine de Brian de Palma.
Las películas exóticas y a veces sentimentales de la dupla acompañaron el «humor» británico durante y después de la Segunda Guerra, prefiriendo muchas veces optar por la fantasía, la teatralidad, la música y el humor para contar historias que indirectamente conectaban con lo que pasaba en el país a lo largo de esos años. Desde la manera creativa y hasta fantástica de acercarse a la historia bélica de Gran Bretaña a través de los personajes de CORONEL BLIMP o ESCALERA AL CIELO hasta musicales como LAS ZAPATILLAS ROJAS y LOS CUENTOS DE HOFFMAN –casi operas plagadas de ambiciosos movimientos de cámara, intenso uso del color y que bordean en el surrealismo–, sus películas han sido marginales a la tradición más realista del cine británico, usualmente más cercano al blanco y negro y a los dramas urbanos y/o rurales. Pero sin embargo fueron exitosas en su momento, ya que sus grandes producciones en color que convocaban mucho público en su época.
MADE IN ENGLAND seguirá los vaivenes de sus carreras, sus grandes éxitos y el inicio de la decadencia como dupla por sus diferencias personales, para brevemente recorrer sus mundos individuales (Powell hizo solo la gran PEEPING TOM ya separado de Pressburger) y su relación con la industria, la prensa y la consideración crítica. Pero lo que el texto de Scorsese aporta a lo que cualquiera puede encontrar en un libro sobre ambos (hay algunos imperdibles, como la biografía del propio Powell) o en cientos de artículos escritos sobre su cine es una mirada personal, íntima, que comprende y explica muy bien sin ponerse psicologista –de hecho es hasta misteriosa la relación entre ese tipo apocado que parece Powell y el cine por momentos salvaje que ha hecho– detalles específicos de lo que hicieron con sus cada vez más experimentales y enrarecidas películas.
Quizás lo que más una a Scorsese con Powell, más allá de que uno pueda ver cómo el norteamericano «robó» cosas de sus películas en escenas de TAXI DRIVER, TORO SALVAJE o LA EDAD DE LA INOCENCIA, tenga que ver con esa búsqueda constante de libertad creativa, expresiva y su identificación con el hecho de que el veterano cineasta siempre prefirió seguir a su propia musa creativa más allá de los deseos de la industria. Como también le pasó a Scorsese, cuando a ambos no les quedó más remedio que hacer films por contrato para ganar dinero, hicieron sus películas menos interesantes. Al homenajear a Powell & Pressburger, lo que la película y el director hace es celebrar la independencia creativa.