Estrenos: crítica de «Continente», de Davi Pretto (Gaumont)

Estrenos: crítica de «Continente», de Davi Pretto (Gaumont)

por - cine, Críticas, Estrenos
18 Jul, 2024 10:00 | Sin comentarios

Este film brasileño del director de «Rifle» se centra en una pareja que llega a Brasil desde Francia para lidiar con la sucesión de la finca de un terrateniente que está a punto de morir. Una vez allí se toparán con inesperadas sorpresas. En el Gaumont.

De reciente estreno mundial en el Festival de Munich y aún antes de su estreno comercial en Brasil, llega a Buenos Aires CONTINENTE, la nueva película del director brasileño Davi Pretto, realizador de CASTANHA y RIFLE, dos de los más interesantes títulos del cine de ese país de la última década. Un combo de drama sociopolítico con film de terror, CONTINENTE –que es una coproducción con Argentina– se suma a una tendencia muy en crecimiento en el cine latinoamericano de los últimos años que utiliza los géneros populares para escenificar conflictos sociales. Y así como RIFLE tenía estructura y escenografía propia del western, la nueva película toma de la iconografía del cine de vampiros para hablar de otros temas.

La película arranca con la llegada a un pequeño pueblo del sur de Brasil de una pareja. Ella se llama Amanda (Olivia Torres), es brasileña pero vive en Francia con su novio, Martín (Corentin Fila), que es de origen francés y ascendencia africana. Amanda es la hija del dueño de una gran finca que está muy enfermo y a punto de morir, por lo que ella viene –entre otras cosas– a hacerse cargo de algunas cuestiones ligadas a la empresa, además de reconectar, en la medida de lo posible, tanto con su padre como con el lugar que dejó. Lo que parece correr por el lado del drama familiar se abre primero a potenciales conflictos sociales cuando empieza a ser claro que hay algún tipo de descontento o incomodidad con los muchos empleados que el padre tiene y con otros de los habitantes del lugar.

Todo toma un cariz un tanto más extravagante cuando empezamos a notar que muchos de los locales tienen profundos cortes en las muñecas y que varios de ellos toman una píldora que se pasan de mano en mano en secreto, datos que llevan a pensar que algo extraño sucede en el lugar. El que no entiende bien qué pasa es Martin, recién llegado al lugar y sin demasiado conocimiento de la gente y sus costumbres. La aparición de la sangre abrirá las puertas a una sorprendente serie de revelaciones y rituales que son parte de esa comunidad y que llevarán a la pareja protagónica –juntos pero también por separado– a adentrarse más en el tema y a tener que decidir si quedarse y hacerse cargo de manejar ese lugar o volverse a Francia.

Películas recientes como ZOMBI CHILD, de Bertrand Bonello; ATLANTIQUE, de Mati Diop, o la argentina MATAR A LA BESTIA, de Agustina San Martín, ponían en similares términos estos potencialmente violentos conflictos colonialistas, entre patrones y empleados, clases dominantes y trabajadoras, ubicándolas en medio una serie de tradiciones culturales, folclóricas o religiosas (reales o inventadas) que funcionan muchas veces a modo de metafórica lucha de clases. En el caso de CONTINENTE, también las pulsiones sexuales se suman al conflicto, ya que pronto queda claro que los flujos sanguíneos de reminiscencias vampíricas tienen una gran similitud con las relaciones de ese tipo.

Pretto va llevando de a poco, de una manera que quizás sea más extensa que lo necesario, la película desde un género hacia otro. Y eso lo logra, además de por los conflictos narrativos y la aparición de elementos propios del fantástico, enrareciendo la puesta en escena y dándole a ese paraje en apariencia amplio y rural un tono cada vez más oscuro, angustiante y opresivo, que parece ir de a poco tragándose a sus protagonistas en su negrura y su seductora brutalidad.

Sin forzar demasiado los estereotipos, entrando en zonas grises especialmente respecto al personaje de Amanda –que está tensionada entre dos mundos o dos formas de entender las cosas–, Pretto logra sumar su grano de arena a una formato que tiene muchos antecedentes en el cine brasileño, el de mixturar tradiciones culturales y cinematográficas amalgamando lo real con lo fantástico, lo social con lo mitológico y lo político con lo folclórico. Una mezcla que, en un mundo cada vez más irracional, parece más lógica y plausible que antes.


En el Cine Gaumont, del 18 al 24 de julio, a las 12:20, 16:10 y 22