Estrenos online: crítica de «El planeta de los simios: Nuevo reino» («Kingdom of the Planet of the Apes»), de Wes Ball (Disney+)

Estrenos online: crítica de «El planeta de los simios: Nuevo reino» («Kingdom of the Planet of the Apes»), de Wes Ball (Disney+)

Esta nueva secuela independiente de la saga tiene como protagonista a un joven simio que tiene que hacer un arriesgado viaje en compañía de una humana en busca de su familia. Desde el 2 de agosto por Disney+.

Cuando buena parte del cine de gran presupuesto de Hollywood parece apostar por entretenimientos hechos a puro bombardeo sensorial y buenas dosis de irónico distanciamiento, es una alegría advertir que esa misma industria sigue encontrando un lugar para relatos clásicos, con tramas propias de un western o de reminiscencias bíblicas, un tradicional «viaje del héroe» realizado de un forma técnicamente impecable y dramáticamente coherente. La nueva secuela de la saga EL PLANETA DE LOS SIMIOS puede tener sus problemas –es difícil liberarse del todo de los imperativos del show y el impacto–, pero no pierde la nobleza y la potencia que tenían las tres anteriores.

NUEVO REINO, tal el subtítulo de esta entrega, ya no cuenta en sus filas con el realizador Matt Reeves (dedicado ahora a la versión más oscura de todas las Batman), director de las últimas dos. El que ahora está a cargo del universo es Wes Ball (de la saga MAZE RUNNER) y su película se presenta más como el inicio de una nueva trilogía que como una secuela directa de la anterior, ya que transcurre 300 años después de los hechos narrados en EL PLANETA DE LOS SIMIOS: LA GUERRA (2017) y las relaciones de esta trama con lo que se contó ahí son, en principio, bastante tenues. Dicho de otro modo: si no vieron las tres anteriores la van a entender igual, ya que las pocas conexiones que existen con el pasado son explicadas rápido y con claridad.

Ya de entrada se nos dice en un texto que han pasado varias generaciones desde todo aquello –la muerte de Caesar, el magnánimo líder «liberador» de los simios– y que las criaturas se han ido volviendo cada vez más inteligentes mientras que los seres humanos han ido por el camino opuesto, perdiendo hasta la capacidad del habla. En cierto modo, se ha dado vuelta la escala de poder en relación a la actual y los dominantes son los simios. El tema es que tampoco hay demasiados humanos por ahí. ¿Estarán en vías de extinción?

Pronto el film nos presenta a Noa, el clásico joven aventurero que tiene una misión que cumplir. En este caso, recoger unos huevos de águila para iniciar un proceso de «emparejamiento» con él, un rito de pasaje que marca en buena medida su paso a la adultez en la comunidad avícola que habita. Tras una serie de milagrosos escapes, el impetuoso joven parece haber logrado su objetivo, algo que le permite acercarse con orgullo a su padre, listo para ganarse del todo su respeto.

Pero una serie de errores lo llevan a encontrarse con Mae (Freya Allan), una humana que está siendo perseguida por un ejército de gorilas violentos y agresivos que siguen las órdenes de Proximus Caesar, un líder que dice ser el continuador de aquel. Y todo acaba mal ya que los gorilas terminan invadiendo el pueblo de Noa, matando a muchísimos simios y llevándose de rehenes a muchos otros. Noa escapa de milagro y, tras un encuentro con Raka, un orangután que funciona como una suerte de maestro jedi del joven, termina reencontrándose con esta mujer, que está sola, con frío y hambre.

El propio Raka le insiste a Noa que viajen juntos a la búsqueda de su familia, lo que los llevará a vivir una serie de aventuras y situaciones conflictivas intentando dar con el campamento en el que Caesar tiene a su pueblo de rehén. Al llegar allí Noa se dará cuenta que las cosas son bastante más complicadas de lo que suponía y deberá ver si es capaz de hacer algo similar a lo que hizo el personaje de la Biblia cuyo nombre el suyo evoca. Y eso será tan solo el principio de una serie de peleas, traiciones y sorpresas que la trama tiene preparadas para el espectador.

A lo largo de sus casi dos horas y media de metraje, NUEVO REINO armará un conflicto entre tres posiciones que, si se quiere, son políticas. Noa es parte de un pueblo rural que vive en armonía con otros animales en la naturaleza y cuyo objetivo no es otro que vivir en paz y tranquilidad. Proximus Caesar, en tanto, controla a los suyos como un tirano, un poderoso y cruento líder militar que quiere dominarlo todo y para eso necesita hacer crecer su fuerza de choque. El objetivo de Mae, la humana en cuestión, es un tanto más misterioso. Al principio parece que solo intenta sobrevivir como puede, pero quizás tenga otras intenciones detrás de eso.

A partir de esto lo que Ball construye tiene todas las características de un relato clásico, con sus pruebas a superar, sus dudas, interrupciones y revelaciones, las que llevarán a Noa a darse cuenta que el mundo es bastante más complicado de lo que parece desde su idílico bosque de paz y amor. Y si bien la película incluye una media docena de secuencias de acción a más o menos gran escala –algunas pasadas de rosca en efectos–, en general se mueve a un ritmo calmo, pausado, más de suspenso y misterio que de acción y aventuras.

En algún momento la película entrará en una zona más «abarcadora» en lo que respecta al mundo que describe, pero no es cuestión de spoilear lo que se encontrarán en la segunda mitad. Solo basta decir que el guión ha reservado algunas de esas sorpresas que ya son características de la saga y que algunas cosas que damos por ciertas no serán tan así. Es una película que avanza más a partir de las relaciones entre los personajes –sus distintas maneras de actuar, sus opuestas filosofías de vida– que mediante las escenas violentas. Y hasta cierto punto, a algunas de ellas se las siente superfluas, puestas ahí porque sus creadores suponen que el público las necesita. Y no es así, solo distraen del conflicto principal, que está ligado a los distintos modos de entender la vida en comunidad.

Más allá de las metáforas sociopolíticas que son clásicas de esta saga iniciada en 1968 y de la impecable calidad técnica de los efectos que vuelven a los simios más humanos que los humanos (al verla uno duda si los monos no hablan, se ríen y lagrimean como cualquiera de nosotros), lo que más impresiona de EL PLANETA DE LOS SIMIOS: NUEVO REINO es su compromiso con un modelo narrativo y su fidelidad a una forma de relatar que parece olvidada, al menos en el cine comercial. Una película que usa las nuevas tecnologías para narrar como se hacía antes de su aparición.