Estrenos online: crítica de «Faye», de Laurent Bouzereau (Max)
Este documental recorre la vida y la carrera de la actriz estadounidense de «Bonnie & Clyde», «Barrio Chino» y «Network», entre otros clásicos de la historia del cine. Disponible en Max.
En el contexto de los muchos documentales auto-indulgentes que se hacen sobre celebridades, hacer uno sobre Faye Dunaway presentaba algunos desafíos. No porque la actriz de BONNIE & CLYDE y BARRIO CHINO no merezca protagonizar un film en el que se cuente su historia y su carrera, sino porque a lo largo de seis décadas de trabajo se ha ganado una reputación como una persona con la que, digamos, es difícil trabajar. Al ser, además, bastante reservada en lo que respecta a su vida personal, la aparición de un documental sobre ella ofrecía la expectativa de conocer algún costado secreto.
FAYE coquetea con revelar muchas más cosas de las que se saben y ser honesta respecto a la complicada personalidad de la actriz de NETWORK, pero en el fondo no se sale demasiado del registro oficial y autocelebratorio. El realizador de documentales sobre Nathalie Wood y John Williams, un veterano director de los detrás de escena de decenas de películas, presenta a Dunaway ya desde la entrevista como una persona inquieta, nerviosa, que incomoda al equipo de producción y pone nervioso al entrevistador, que es el propio Bouzereau. Pero no pasará de lo anecdótico. Según FAYE, la fama de intensa de la actriz tiene que ver con su obsesión por el perfeccionismo y, en lo que cuenta como una revelación pública, con un diagnóstico de trastorno maníaco-depresivo.
Englobada dentro de la temática de la salud mental, la reputación de «difícil» de Dunaway parece quedar más o menos saldada –o eso intenta hacer el documental, que a la vez habla de su etapa alcohólica–, por lo que el resto del documental se ocupará de lo verdaderamente interesante de su carrera que son sus personajes, sus films clásicos y algunos hechos notables ligados a su vida personal y que nunca fueron del todo aclarados públicamente. Es así que, guiados por la entrevista a ella, el recorrido se iniciará con su infancia (nació en Florida con el nombre original de Dorothy Faye Dunaway), la relación con sus padres, sus continuas mudanzas (el padre era militar) y sus inicios en la actuación en la Universidad de Boston y luego con mentores como Elia Kazan.
Poco después llegaría a Hollywood y la película se ocupará más que nada de sus títulos notables, ignorando casi por completo a los intrascendentes –justificadamente, ya que hizo muchos films anodinos–, pero también a algunos que podían haber estado mejor representados, como PEQUEÑO GRAN HOMBRE, INFIERNO EN LA TORRE, LOS TRES DIAS DEL CONDOR o LOS OJOS DE LAURA MARS, entre otros que apenas aparecen en algunas imágenes. El núcleo duro de la recorrida empezará con las historias ligadas a BONNIE & CLYDE, se ocupará bastante de THE THOMAS CROWN AFFAIR –más que nada para cementar su fama como ícono de la moda de la época– y seguirá con BARRIO CHINO y NETWORK, sobre las que se hablará bastante, en especial de su tensa relación con Roman Polanski, el director de la primera de ellas.
Hay algunas películas que aparecen citadas más que nada por lo que significaron para su vida personal, como REFUGIO PARA AMANTES, de Vittorio de Sica, en la que conoció a Marcello Mastroianni, con el que tuvo un tumultuoso affaire durante un par de años; y ENTRE LA FAMA Y LA LOCURA, que dirigió otra de sus parejas de esa época, el también fotógrafo Jerry Schatzberg. De allí saltará a los ’80 y a lo que fue la película que, asegura, le cambió la trayectoria: MAMITA QUERIDA, de Frank Perry, un controvertido y en su momento denostado film en el que interpretaba a Joan Crawford como una madre desquiciada. Ese fracaso, dice, acabó con su carrera. Lo que ninguno imaginaba es que el film iba a convertirse, con el correr de los años, en un clásico camp de culto.
De ahí en adelante su carrera tiene pocos films relevantes sobre los que hablar, por la usual crueldad de Hollywood con las actrices de más de 40, entonces aún más notoria que hoy. Está BARFLY, en la que actuó junto a Mickey Rourke, que aparece entrevistado con una una pila de cirugías estéticas encima y THE YARDS, de James Gray. Ambos tienen solo cosas buenas para decir de ella, lo mismo que su muy amiga Sharon Stone y su hijo Liam, que nos introduce también a otro de los hechos relevantes de su vida: su matrimonio con el fotógrafo británico Terry O’Neill, quien le sacó una famosa foto –que se puede ver aquí arriba– luego de ganar su Oscar por NETWORK. Otros entrevistados que hablarán de su vida y su carrera son los críticos e historiadores Annette Insdorf, Mark Harris, David Itzkoff, Julie Salamon y Michael Koresky.
Es un documental correcto, entretenido, más celebratorio de lo que parece en un principio y que no se sale demasiado de la fórmula de este tipo de «legacy content», producido y/o aprobado por los propios artistas. Si un espectador se topa con FAYE en Max y conoce poco y nada de la vida de la actriz, será una oportunidad ideal para ver algunos de sus clásicos, los que la convirtieron en esa figura distintiva que siempre fue: una gran actriz con un rostro inconfundible que lidió a lo largo de su carrera con una complicada enfermedad, las presiones de la fama y un deseo permanente de dejar su marca en el gran cine de todos los tiempos.
Todo lo referente al cine clásico es muy interesante para mí.
Por lo tanto esta reseña me encantó.