Series: reseña de «Bad Monkey: negocios turbios», de Bill Lawrence (Apple TV+)

Series: reseña de «Bad Monkey: negocios turbios», de Bill Lawrence (Apple TV+)

En esta comedia policial Vince Vaughn interpreta a un detective que investiga el caso de un misterioso brazo que aparece en el fondo del mar en el Sur de la Florida. Desde el 14 de agosto por Apple TV+.

La comedia criminal literaria estadounidense es un género fascinante en el que las zonas más oscuras, violentas y peligrosas de los distintos submundos de ese país se narran con un tono absurdo, por momentos ridículo, que expone tanto el patetismo como el humor que se desprende de sus usualmente pintorescos personajes. Hay decenas de autores si uno quiere explorar ese género en la literatura (de Elmore Leonard a Donald Westlake, de Tim Dorsey a Carl Hiaasen) mientras que el cine y las series nos han dejado varios ejemplares de este modo zumbón de acercarse al policial, de los hermanos Coen a Quentin Tarantino, pasando por centenares de padrinos e imitadores.

Dentro de ese subgénero un especial lugar hay que dedicarle a las historias que transcurren, como BAD MONKEY, en la Florida, estado en donde todos los absurdos imaginables se vuelven aún más ampulosos y, curiosamente, parecen más verosímiles que en cualquier otro lugar. Es que el margen para el ridículo allí es tan grande que si la serie presenta un mono que es más inteligente que la mayoría de los protagonistas, bueno, no es tan difícil de creer. Y eso, en buena medida, es algo que sucede acá.

Basada en una novela de Hiaasen del 2013, BAD MONKEY empieza con una sorpresa. Mientras pescan en los Cabos de la Florida, unos turistas creen estar sacando un pesado pez cuando se dan cuenta que lo que sale del agua es un brazo. Pronto, se inician las investigaciones para saber a quién le pertenece, si fue víctima de algún accidente, de algún tiburón (tiene aparentes mordeduras) o si pasó algo más extraño y misterioso. Obviamente que será esto último, sino no tendríamos toda una serie dedicada al caso.

Ahí aparece Yancy (Vince Vaughn), un intenso detective de la policía que está suspendido por problemas de comportamiento. Al tipo le encomiendan que se desentienda del brazo en cuestión ya que sus jefes no quieren que sea noticia y provoque una merma turística, pero Yancy es curioso, no tiene mucho que hacer más que tomar ron frente al mar y se mete a investigar la procedencia del brazo. En paralelo –muchas de las novelas de Hiaasen trabajan sobre la corrupción inmobiliaria y los problemas ambientales que eso genera en un estado complicado en ese aspecto–, al lado de su casa se está haciendo uno de esos emprendimientos que le arruinarán la paz y tranquilidad, emprendimiento que tendrá su conexión con el caso.

Con la ayuda de Rosa Campesino (Natalie Martínez), una mujer que trabaja en la morgue y que también huele algo raro en ese brazo aparecido así como así, Yancy empieza a conectar hilos y llega a una primera conclusión: el brazo perteneció a «Nick» Stripling, un empresario de la zona. Y ahí empieza una suerte de guerra por saber si están involucradas su joven novia Even (Meredith Hagner), su hija Catlin (Charlotte Lawrence), algún otro personaje y si es que hay un seguro de vida de por medio que pueda dar a entender la existencia de un hecho criminal y no de un mero accidente. Pero eso es apenas el principio de un hilo que, al irse desarrollando, va abriendo más y más puertas de un mundo de corrupción.

Con una voz en off (de Tom Nowicki) que en tono campechano va organizando los distintos hilos de la historia, la serie meterá a otra decena o más de personajes, empezando por toda una subtrama que tiene lugar en las Bahamas y que incluye al mono en cuestión, a su dueño –un joven llamado Neville (Ronald Peet) que pierde su casa a manos de uno de estos emprendimientos–, a una suerte de bruja local a la que todos temen y llaman Dragon Queen (Jodie Turner-Smith) y a varios matones locales. Además, Yancy tiene una ex novia llamada Bonnie (Michelle Monaghan), que tiene sus propios problemas con la ley. Pero quizás lo más importante de todo, un poco por fuera del caso en sí, es que empieza a pasar algo entre Yancy y Rosa. Y la simpática química entre los actores va sosteniendo las infinitas vueltas de tuerca de la trama.

Creada por el showrunner de TED LASSO, Bill Lawrence, BAD MONKEY va manejando con mucho conocimiento de causa un tono que siempre es difícil de conseguir, ya que es fácil pasarse de rosca y convertirlo todo en una comedia absurda y patética llena de caricaturas y estereotipos. Pero gracias al texto filoso de Hiaasen que permite diálogos ingeniosos e impensadas salidas, un tono decididamente adulto para tratar ciertas cuestiones y un humor que puede ser ligero y sencillo (convengamos que uno de los principales protagonistas es un mono bastante inteligente) pero también muy ácido a la hora de tratar asuntos ligados a la corrupción empresarial y política, la miniserie encuentra un balance que la hace muy atractiva.

A eso se le suma el elenco. Vaughn hace lo mismo que hace casi siempre pero lo hace bien, ya que el personaje parece escrito para él. Pero también lo rodean personajes y actores carismáticos como Martínez (la actriz de THE STAND, toda una revelación), Monaghan, Rob Delaney, John Ortiz, Zach Braff y Alex Moffat, además de algunos cameos que mejor no revelar. Hace ya varios años que los productores de series de plataformas buscan encontrar el tono perfecto para este tipo de comedia policial con la que hasta pueden construir una franquicia y pocas veces lo logran. BAD MONKEY quizás no sea la próxima JUSTIFIED ni tampoco una revelación mayúscula, pero cualquiera que se haya divertido con películas como JACKIE BROWN y no le cause impresión un exceso de camisas floreadas, encontrará acá algo con lo que entretenerse.