Festivales/Estrenos: crítica de «El aroma del pasto recién cortado», de Celina Murga (San Sebastián)

Festivales/Estrenos: crítica de «El aroma del pasto recién cortado», de Celina Murga (San Sebastián)

por - cine, Críticas, Estrenos, Festivales
15 Sep, 2024 10:31 | comentarios

En su primera película en una década, la directora de «Ana y los otros» cuenta dos historias de profesores universitarios que tienen sendos romances con alumnos. Con Joaquín Furriel y Marina de Tavira. Estreno: 19 de septiembre.

A una década de su última película, LA TERCERA ORILLA, la directora de dos films considerados clásicos del Nuevo Cine Argentino como son ANA Y LOS OTROS y UNA SEMANA SOLOS explora por primera vez en su carrera –al menos de una manera más clara y directa– un universo de personajes adultos, tras haber investigado anteriormente las vidas de niños, adolescentes y jóvenes. EL AROMA DEL PASTO RECIEN CORTADO son dos dramas matrimoniales paralelos, que juegan entre sí como espejos, con algunas (sutiles) diferencias pero con muchas más similitudes. Son películas acerca de dos relaciones de pareja en crisis, enredadas en potenciales affaires amorosos que traen previsibles reproches y complicaciones.

Por un lado está Natalia (la mexicana Marina de Tavira, de ROMA), una profesora de la Facultad de Agronomía, casada con Hernán (Alfonso Tort) y con dos hijas mujeres, una adolescente y una niña. En paralelo, en la misma universidad y haciendo un similar trabajo, está Pablo (Joaquín Furriel), casado con Carla (Romina Peluffo), con la que tiene dos hijos varones, uno adolescente y otro más pequeño. Las vidas son tan parecidas que hasta algunas cuestiones específicas se repiten, como el hecho de que sus parejas están con problemas laborales y algunas frustraciones específicas ligadas a eso. Hay otros detalles, más sutiles, que podrán advertir al verlas.

Este sistema se volverá aún más enredado ya que, en paralelo –o eso parece, en función de cómo está editado el film–, ambos profesores inician sendos affaires con alumnos. En el caso de Natalia, con Gonzalo (Emanuel Parga), un chico muy colaborador de su clase. En el de Pablo, es Luciana (Verónica Gerez), una chica un tanto más intensa que lo ayuda en sus investigaciones. De allí en adelante la película irá explorando cómo esas relaciones se irán complicando por la diferencia de edad y de costumbres, por la existencia de las redes sociales, por las propias contradicciones de los protagonistas y por el hecho de que las relaciones de ese tipo entre docentes y alumnas (si bien acá son adultas y universitarias) no son bien vistas por nadie. Bueno, salvo por los que participan en ellas, y hasta cierto punto.

Desde un realismo que siempre fue uno de sus fuertes –todos sus actores son creíbles y logra siempre interpretaciones muy buenas de los niños–, Murga va tejiendo los lazos entre ambas historias. No se tocan entre sí y, si se cruzan o no en tiempo y espacio, no es algo central. De hecho, por momentos parece ser una premisa fantástica, una suerte de «Ella» y «El», en el cual el espectador puede suponer que en realidad es la misma situación que se cuenta en dos versiones e ir apreciando las diferencias que existen en la vida personal y social cuando el que tiene el affaire es el hombre de la pareja y cuando se trata de la mujer.

Esas diferencias existen, pero no son radicales ni excesivamente llamativas. Murga no intenta subrayarlas desde una postura declaradamente feminista. Hay momentos en los que, ante situaciones idénticas, queda claro que ella lo tiene más difícil que él, que su posición –mujer de más de 40 con chico de veintipico– es un poco más incómoda y menos «convencional» que la inversa. Cuando Pablo está con Luciana y los roommates de la chica copan la casa para una reunión social, él puede integrarse sin muchos problemas. Cuando le sucede algo muy similar a Natalia y Gonzalo, la reacción de ella es muy diferente.

Hay un elemento en juego que separa a EL AROMA DEL PASTO RECIEN CORTADO de películas de décadas anteriores sobre similares temáticas (los franceses tienen decenas de estas) y es la aparición de las redes sociales, los rumores que disparan y los problemas que generan. Para los más jóvenes puede ser algo normal, hasta previsible, en este tipo de situaciones. Para los adultos, resulta un problema al que cuesta tomarlo con naturalidad y con el que les es muy difícil lidiar.

Quizás a la película le falte hacer alguna apuesta temática o formal más fuerte o directa que permita trabajar algunas ideas más complejas y ambiguas respecto a lo que les sucede a los protagonistas, especialmente en función de cómo las historias se van cerrando. Pero Murga, cuya carrera siempre ha estado atravesada por una forma de narrar sutil y alejada de cualquier tipo de subrayado, ha preferido que cada historia fluya hacia la conclusión que ha supuesto más lógica en función de las vidas –y las edades– de sus protagonistas. Y así, finalmente, EL AROMA DEL PASTO… puede terminar considerándose como una comedia (perdón, un drama) de rematrimonio. O dos, por el precio de una.