Festivales/Estrenos: crítica de «El aroma del pasto recién cortado», de Celina Murga (San Sebastián)
En su primera película en una década, la directora de «Ana y los otros» cuenta dos historias de profesores universitarios que tienen sendos romances con alumnos. Con Joaquín Furriel y Marina de Tavira. Estreno: 19 de septiembre.
A una década de su última película, LA TERCERA ORILLA, la directora de dos films considerados clásicos del Nuevo Cine Argentino como son ANA Y LOS OTROS y UNA SEMANA SOLOS explora por primera vez en su carrera –al menos de una manera más clara y directa– un universo de personajes adultos, tras haber investigado anteriormente las vidas de niños, adolescentes y jóvenes. EL AROMA DEL PASTO RECIEN CORTADO son dos dramas matrimoniales paralelos, que juegan entre sí como espejos, con algunas (sutiles) diferencias pero con muchas más similitudes. Son películas acerca de dos relaciones de pareja en crisis, enredadas en potenciales affaires amorosos que traen previsibles reproches y complicaciones.
Por un lado está Natalia (la mexicana Marina de Tavira, de ROMA), una profesora de la Facultad de Agronomía, casada con Hernán (Alfonso Tort) y con dos hijas mujeres, una adolescente y una niña. En paralelo, en la misma universidad y haciendo un similar trabajo, está Pablo (Joaquín Furriel), casado con Carla (Romina Peluffo), con la que tiene dos hijos varones, uno adolescente y otro más pequeño. Las vidas son tan parecidas que hasta algunas cuestiones específicas se repiten, como el hecho de que sus parejas están con problemas laborales y algunas frustraciones específicas ligadas a eso. Hay otros detalles, más sutiles, que podrán advertir al verlas.
Este sistema se volverá aún más enredado ya que, en paralelo –o eso parece, en función de cómo está editado el film–, ambos profesores inician sendos affaires con alumnos. En el caso de Natalia, con Gonzalo (Emanuel Parga), un chico muy colaborador de su clase. En el de Pablo, es Luciana (Verónica Gerez), una chica un tanto más intensa que lo ayuda en sus investigaciones. De allí en adelante la película irá explorando cómo esas relaciones se irán complicando por la diferencia de edad y de costumbres, por la existencia de las redes sociales, por las propias contradicciones de los protagonistas y por el hecho de que las relaciones de ese tipo entre docentes y alumnas (si bien acá son adultas y universitarias) no son bien vistas por nadie. Bueno, salvo por los que participan en ellas, y hasta cierto punto.
Desde un realismo que siempre fue uno de sus fuertes –todos sus actores son creíbles y logra siempre interpretaciones muy buenas de los niños–, Murga va tejiendo los lazos entre ambas historias. No se tocan entre sí y, si se cruzan o no en tiempo y espacio, no es algo central. De hecho, por momentos parece ser una premisa fantástica, una suerte de «Ella» y «El», en el cual el espectador puede suponer que en realidad es la misma situación que se cuenta en dos versiones e ir apreciando las diferencias que existen en la vida personal y social cuando el que tiene el affaire es el hombre de la pareja y cuando se trata de la mujer.
Esas diferencias existen, pero no son radicales ni excesivamente llamativas. Murga no intenta subrayarlas desde una postura declaradamente feminista. Hay momentos en los que, ante situaciones idénticas, queda claro que ella lo tiene más difícil que él, que su posición –mujer de más de 40 con chico de veintipico– es un poco más incómoda y menos «convencional» que la inversa. Cuando Pablo está con Luciana y los roommates de la chica copan la casa para una reunión social, él puede integrarse sin muchos problemas. Cuando le sucede algo muy similar a Natalia y Gonzalo, la reacción de ella es muy diferente.
Hay un elemento en juego que separa a EL AROMA DEL PASTO RECIEN CORTADO de películas de décadas anteriores sobre similares temáticas (los franceses tienen decenas de estas) y es la aparición de las redes sociales, los rumores que disparan y los problemas que generan. Para los más jóvenes puede ser algo normal, hasta previsible, en este tipo de situaciones. Para los adultos, resulta un problema al que cuesta tomarlo con naturalidad y con el que les es muy difícil lidiar.
Quizás a la película le falte hacer alguna apuesta temática o formal más fuerte o directa que permita trabajar algunas ideas más complejas y ambiguas respecto a lo que les sucede a los protagonistas, especialmente en función de cómo las historias se van cerrando. Pero Murga, cuya carrera siempre ha estado atravesada por una forma de narrar sutil y alejada de cualquier tipo de subrayado, ha preferido que cada historia fluya hacia la conclusión que ha supuesto más lógica en función de las vidas –y las edades– de sus protagonistas. Y así, finalmente, EL AROMA DEL PASTO… puede terminar considerándose como una comedia (perdón, un drama) de rematrimonio. O dos, por el precio de una.
La talentosa directora y guionista argentina CELINA MURGA (n.1973), tras filmar ficciones con temas vinculados a la adolescencia y la niñez como fueron la más que aceptable ANA Y LO OTROS (2003), la muy buena UNA SEMANA SÓLOS (2007) y la interesante LA TERCERA ORILLA (2014), toma la decisión, con esta película, de ingresar al mundo de los adultos con sus crisis matrimoniales.
La película tiene dos personajes centrales que no se conocen aunque tienen varios puntos en común
NATALIA (la actriz mexicana MARINA DE TÁVIRA) está casada con HERNÁN (el actor uruguayo ALFONSO TORT), tiene dos hijas en edad escolar y está al borde de los 50 años. Por su parte PABLO (JOAQUÍN FURRIEL) está casado con CARLA (la actriz uruguaya ROMINA PELUFFO), tiene dos hijos ene dad escolar y una edad similar NATALIA y PABLO son docentes investigadores de la Facultad de Agronomía y en el marco de una crisis que tiene sus matrimonios iniciarán una relación sexual con estudiantes de sus cursos que tienen 20 años menos. NATALIA saldrá con GONZALO, que colabora con ella en un laboratorio mientras que PABLO saldrá con LUCIANA una investigadora que prepara su tesis.
Ambas relaciones comienzan bien pero en algún momento se hacen más complejas porque , más gente comienza a enterarse y la maldita tecnología hace de las suyas cuando aparecen en las redes fotos que comprometen a PABLO con LUCIANA y a NATALIA con GONZALO
CELINA MURGA maneja bien los diálogos, las situaciones y el elenco llevando a la película a buen puerto, sin caer en golpes bajos ni juzgar a ninguno de sus personajes. logrando que el espectador reflexione sobre las relaciones peligrosas en el siglo XXI (7/10)
La película se deja ver, fluye, bien marcadas las actrices y actores, y los niños; lo único que se marca fuerte es el paralelismo inverso entre las dos situaciones planteadas de adulterio. Las dos parejas van transitando casi sin alarma las vicisitudes de la infidelidad, claramente motivada por el hastío de los matrimonios, no por el desamor. Casi sin culpas ni resentimientos se llega a un desenlace algo previsible y correcto. La directora es fiel a su estilo y deja ser a los personajes para luego llamarlos al orden de sus historias. Está buena.