Estrenos: crítica de «Dormir con los ojos abiertos» («Dormir de olhos abertos»), de Nele Wohlatz

Estrenos: crítica de «Dormir con los ojos abiertos» («Dormir de olhos abertos»), de Nele Wohlatz

por - cine, Críticas, Estrenos
26 Nov, 2024 04:21 | Sin comentarios

En la nueva película de la realizadora de «El futuro perfecto», una mujer taiwanesa llega de vacaciones a Recife y estando allí descubre la historia de otra mujer que vivió similares experiencias a las suyas.

De todas las cosas nuevas la que menos entiendo es el carnaval. No se cuando empezó. Parece que todo el tiempo es carnaval«, dice una de las protagonistas del film, una chica china un tanto perdida en algún lugar de Brasil. Comedia humana de cruces culturales, nacionales y linguísticos, DORMIR DE OLHOS ABERTOS es una ampliación, en más de un sentido, de muchos de los temas tratados en EL FUTURO PERFECTO, la anterior película de Nele Wohlatz, la realizadora alemana radicada durante muchos en Argentina. De vuelta, las protagonistas son de origen chino y es a través de ellas que se cuenta esta historia que transcurre en Recife.

A través de dos tiempos y dos experiencias similares pero a la vez diferentes, Wohlatz empieza contando la historia de Kai (Liao Kai Ro), una chica taiwanesa que llega a Brasil en apariencia desde Argentina, tras ser dejada plantada por su novio, telefónicamente, antes de ir al aeropuerto. La chica se acomoda en un hotel con problemas de aire acondicionado, recorre la ciudad, va a la playa, bebe por primera vez una caipirinha y trata de manejarse sin conocimiento del idioma (habla algo de castellano pero no parece entender casi nada del portugués), confundiéndose más de una vez.

En uno de sus recorridos, Kai se topa con Fu Ang (Wang Shin-Hong), un hombre de origen chino que es dueño de un negocio de venta de paraguas. El tipo le presta una llave inglesa para arreglar su aire acondicionado y, tiempo después, cuando va a devolvérsela, descubre que el negocio está cerrando y Fu Ang no está más allí. Una caja de postales que Kai se lleva de ahí, muchas de ellas escritas y dedicadas, le permiten descubrir la historia de Xiaoxin (Chen Xiao Xin), otra chica de origen chino cuya historia tiene muchas coincidencias con la suya. Y allí, a modo de posible flashback, la película pasa a contar durante un buen tiempo la vida en Recife de esta otra mujer.

Es esa historia la que forma el núcleo de SLEEP WITH YOUR EYES OPEN, la que va mostrando la conexión de Xiaoxin con Fu Ang en lo que parece ser un tiempo previo y, junto a ellos, un grupo de operarios chinos entre los que se cuela el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart hablando mandarín como si fuera un nativo más. Las historias de la chica y de ese grupo –muchas centradas en la explotación laboral, en las diferencias idiomáticas, de gustos alimenticios y con algunos episodios un tanto extravagantes que incluyen una enorme pecera, una sandía y dinero que cae del «cielo»– interpelarán a Kai, quien en algún momento reaparecerá para seguir buscando al misterioso Fu Ang.

Con una ligereza similar a la de su opera prima, Wohlatz irá llevando su película como una sucesión de escenas anecdóticas, cruces de personajes, charlas, discusiones, alguna pelea y los citados momentos un tanto insólitos. Si bien los choques culturales y lingüísticos aparecen constantemente, lo que prima en general es la sensación de las protagonistas de cierta confusión, de estar en un lugar en el que nunca parecen saber bien qué hacer o hacia dónde ir. No entienden casi nunca lo que le dicen, se pierden todo el tiempo y lo más parecido a un lugar de pertenencia aparece cuando vuelven a encontrarse con otros expats chinos y, bueno, el políglota actor argentino.

En más de un sentido, DORMIR CON LOS OJOS ABIERTOS tiene muchos lazos comunicantes con el cine de Eduardo «Teddy» Williams o el del mismísimo Martín Rejtman. Menos experimental o riguroso en lo formal, lo que la une a ellos es el tipo de experiencia multicultural que refleja, con personajes que se mueven entre idiomas, países y culturas en una suerte de no lugar que no es geográfico (en eso la película es muy brasileña) sino psicológico: países que no son propios, segundas o terceras lenguas, la sensación de que cada paso que se da puede complicarse y cada intercambio puede generar alguna confusión.

Película de expatriados, de habitantes del mundo –la coproducción armada entre Argentina, Brasil, Taiwán y Alemania así lo refleja–, DORMIR DE OLHOS ABERTOS es también una historia acerca de las raras conexiones e inesperados vínculos que se arman en esos recorridos: gente que vive historias parecidas a las de uno o que se sienten invadidos, quizás, por similares momentos de desesperanza y soledad. La vida, en un sentido más literal que poético, son esas personas que se te cruzan mientras vas de un lugar a otro.