Series: crítica de «Argentina ’78», de Tomás Sposato y Lucas Bucci (Disney+)

Series: crítica de «Argentina ’78», de Tomás Sposato y Lucas Bucci (Disney+)

Esta serie documental de cuatro episodios se centra en el Mundial que tuvo lugar en Argentina en 1978, en la gesta deportiva y en las controversias que la rodearon. En Disney+ desde el 27 de noviembre.

El Mundial ’78 ocupará siempre un lugar muy particular. Lo dicen varios de los entrevistados del documental y es algo en lo que mucha gente puede coincidir. Si bien los que éramos niños lo consideramos entonces un triunfo inobjetable y un recuerdo de esos que quedan grabados para siempre, el ir descubriendo con el tiempo el marco en el que tuvo lugar –la dictadura militar, los desaparecidos y las sospechas de arreglos de partidos– pone ciertas cosas en perspectiva. Y si bien no ensucia del todo el triunfo deportivo, como dice el periodista el siempre lúcido periodista Ezequiel Fernández Moores aquí, genera contradicciones con las que uno debe aprender a convivir.

ARGENTINA ’78 se interna en esas contradicciones. Es, a la vez, una celebración de esa gesta deportiva en medio de un clima terrible y un recuento del mundo que la rodeaba. Hay un plano cinematográfico que ejemplifica claramente esa paradoja y es uno que va de la ESMA al Monumental, ubicado a poco más de un kilómetro de distancia. En un lugar, se torturaba y mataba gente. En el otro, se jugaba el Mundial de Fútbol. Y esas dos historias en paralelo son las que se intentan contar acá, a través de cuatro episodios informativos, prolijos, con no muchas pero sí muy importantes entrevistas, con material de archivo e historias que son conocidas y otras que no tanto. Pero siempre con ese eje de la contradicción como norte.

En cuatro episodios breves (rondan los 40 minutos, podría ser más largo en realidad), la serie se centra primero en los preparativos y en la caótica organización del Mundial en el marco del golpe militar, luego en la primera y difícil etapa de la contienda para ir cerrando, en los últimos episodios, en el controvertido partido con Perú, en la final con la entonces llamada Holanda (hoy, Países Bajos) y en las consecuencias del evento en el país y, más específicamente, en la dictadura. Hay algunas reconstrucciones que ayudan a poner en contexto y a «visualizar» situaciones, pero siento que en el fondo son un tanto innecesarias.

Inspirada en el libro ’78: HISTORIA ORAL DE UN MUNDIAL, de Matías Bauso, la serie documental incluye entrevistas a César Luis Menotti, Daniel Passarella, Mario Kempes y Roberto Saporiti (del equipo campeón), a periodistas como Bauso –que organiza en buena medida el relato–, Moores, Carlos Ares y Víctor Hugo Morales, a sobrevivientes de la ESMA, a periodistas y jugadores holandeses y peruanos; Madres de Plaza de Mayo (como Taty Almeida y Nora Cortiñas); los entonces Montoneros Miguel Bonasso y Mario Firmenich, y –según reza un cartel al final del ciclo– no hay personas ligadas a la organización o a la dictadura ya que no aceptaron la invitación a ser parte del ciclo. (Nota: algunas entrevistas fueron realizadas hace ya un tiempo, tomando en cuenta que algunos de los entrevistados fallecieron)

El documental está lleno de grandes y pequeñas historias, algunas muy conocidas –las de los periodistas holandeses tratando de contactar a las «madres locas», como se llamaba a las Madres de Plaza de Mayo, entre otras– y otras no tanto, como la toma de posición y las actividades que organizaron Montoneros durante el Mundial. Todo eso en paralelo con el recorrido futbolístico de los dirigidos por Menotti y detalles del proceso previo y el específico del Mundial. Allí también se cuentan historias conocidas (los problemas familiares de Leopoldo Luque, la «traumática» movida a Rosario), pero curiosamente se pasan por alto otras, como la situación de Maradona –dejado de lado de la lista a último momento–, lo que pasó con Jorge Carrascosa y, en el terreno internacional, la posición tomada por Johan Cruyff.

De todos modos el aspecto internacional (la llamada «campaña antiargentina» que la dictadura de «somos derechos y humanos» condenaba) es una parte central de la trama, así como las internas de la Junta Militar entre la Armada y el Ejército, y sospechosas muertes y atentados que tuvieron lugar antes y durante el evento. Lo estrictamente futbolístico crece en la segunda mitad de la serie, en episodios en los que se les da más relevancia a los partidos en sí y a las sospechas de arreglos. Otro eje importante de la serie está ligado al fervor popular relacionado con el Mundial y cómo eso podía o no servir a la dictadura cívico-militar.

Es una serie armada con cuidado y muy buen material de archivo que está pensada en un tono divulgativo y para el gran público «internacional» y no para los fanáticos que coleccionan El Gráfico y la revista Goles de la época. Miles de futboleros argentinos seguramente sabrán el 90 por cientos de las cosas que aquí se cuentan –o quizás más–, pero el viaje en el tiempo que proponen las imágenes, con las publicidades de la época, los noticieros y las entrevistas en la calle llevan al espectador casi a revivir esos meses del antes, durante y después del mundial.

En lo que respecto a las controversias (en especial con Perú), mejor no adelantar lo que se comenta ahí. De todos modos no esperen nada explosivo ni confirmado. Hay decenas de versiones, pero todas quedan en un enorme e indefinido gris hasta hoy, ya que si algo raro sucedió será difícil que se admita o que existan documentos probatorios. Es uno de los tantos sospechables misterios que volvieron más compleja la validación o el retrospectivo disfrute de la gesta deportiva.

A muchos de los que vivimos y disfrutamos como niños esa victoria –la más grande hasta ese momento de la historia del fútbol argentino–, siendo bastante ignorantes del contexto, nos cuesta al día de hoy terminar por aceptar el lado oscuro que tuvo el Mundial ’78, aún sabiendo las cosas que sucedían en paralelo y que estuvieron, en más de un sentido, conectadas con el evento. Es que son recuerdos tan fuertes y constitutivos que uno no quiere aceptar verlos «ensuciados» por revelaciones o sospechas, sean o no fundadas. Son esas, finalmente, las contradicciones con las que uno debe convivir a lo largo de su vida. En este y en muchos otros temas.