Estrenos online: crítica de «Creciendo» («We Grown Now»), de Minhal Baig (Max)

Estrenos online: crítica de «Creciendo» («We Grown Now»), de Minhal Baig (Max)

En esta historia de crecimiento, dos amigos preadolescentes atraviesan complicadas situaciones personales, sociales y familiares en un barrio humilde de Chicago. Estreno de Max.

Pequeña, sensible y discretamente emotiva, CRECIENDO es un relato sobre la amistad y sobre los lugares en los que esas amistades florecen, en este un barrio en el que dos amigos viven y pasan sus mejores momentos sin tener demasiado en cuenta los problemas que allí existen. La tercera película de la realizadora Minhal Baig (HALA) transcurre en un complejo de edificaciones públicas y populares que existió durante décadas en el corazón de Chicago llamado Cabrini-Green. Y la historia transcurre en 1992, en la etapa en la que dos preadolescentes vecinos y amigos pasarán una temporada que cambiará sus vidas para siempre.

Un coming-of-age que se toma su tiempo para observar a los personajes y el mundo en el que viven sin tener apuro por ponerse a contar una trama demasiado compleja o con muchos vericuetos y problemas, WE GROWN NOW ofrece, a la par de eso, una mirada un tanto más política ligada a los complicaciones de vivir en un barrio considerado peligroso, tanto por lo que realmente sucede ahí adentro como por las constantes amenazas de la policía. Pero esas preocupaciones, en principio al menos, la tienen más los padres que los chicos, que juegan en la calle y se divierten sin pensar en eso.

Malik (Blake Cameron James) y Eric (Gian Knight Ramirez) son vecinos, amigos y van al colegio juntos. Malik vive con su madre Dolores (Jurnee Smollett), su abuela y su hermana menor, y es el principal protagonista del relato. Eric, en tanto, vive con su padre (Lil Rer Howery) y su hermana más grande. La apacible vida de juegos entre los amigos se ve sacudida cuando un chico de su escuela es asesinado por una bala perdida (ese hecho se basa en un caso real) tirada por un traficante. Su madre se angustia, le pide a Malik que no salga de la casa, pero el chico no es consciente de la gravedad de lo que pasa y continúa haciéndolo junto a Eric. De hecho, hasta van al centro de Chicago sin avisar, preocupando a todos.

Y así, mientras la policía rodea a los departamentos buscando sospechosos de maneras cada vez más agresivas, la madre de Malik empieza a cuestionarse si tiene sentido vivir allí. Para todos ellos, Cabrini-Green es su lugar de pertenencia, el mundo en el que existen, donde conocen gente y son felices. Pero las circunstancias no ayudan y ponen en tensión al resto de las cosas. Y a los chicos, de a poco, les empezará a caer la ficha de lo que sucede, el crecimiento que implica tomar conciencia del contexto y del mundo en el que viven.

Baig narra todo en un tono bajo, más allá de un par de momentos violentos que intensifican de golpe el ritmo. Ese registro modesto cada tanto se ve interrumpido por una banda sonora un tanto grandilocuente y ciertas escenas de subrayada poesía que se sienten un poco fuera de lugar en el formato más realista y cotidiano que propone por lo general la película. Pero son momentos breves, que pasan de largo y no desvían la atención del centro de la historia, que son las conexiones humanas puestas en tensión a partir de lo que pasa en ese barrio.

Lo mejor de WE GROWN NOW pasa por el retrato familiar, por la manera honesta en la que se acerca a la amistad entre dos chicos que están en una edad complicada y, de modo contextual, por el modo en el que homenajea el sentido de pertenencia que existe entre las personas y los lugares que habitan, lugares que la película pinta de un modo afectuoso, sin regodearse en los problemas ni poner excesivamente el ojo en sus zonas más oscuras. Hay amor, sensibilidad y cariño en esta modesta y personal película. Y hay respeto por las personas que la habitan.