Estrenos: crítica de «El mono» («The Monkey»), de Osgood Perkins

Estrenos: crítica de «El mono» («The Monkey»), de Osgood Perkins

por - cine, Críticas, Estrenos
19 Feb, 2025 08:34 | Sin comentarios

Un mono de juguete tiene la capacidad de matar a las personas telepáticamente en esta comedia de terror basada en un cuento de Stephen King. Con Theo James, Christian Convery y Tatiana Maslany.

Simpática, efectiva, graciosa pero finalmente un tanto reiterativa, EL MONO es una comedia de terror que se apoya, más que nada, en el impacto que producen las bizarras muertes que parecen ser causadas por un juguete enorme y terrorífico de un mono con un tambor. Gracias a esos extravagantes momentos, el director de la sorprendente LONGLEGS logra insuflarle vida a un proyecto un tanto menos ambicioso, formal y temáticamente, que aquel. Entretenido durante su primera hora, sí, pero no mucho más que eso.

El director –hijo del actor Anthony Perkins, el inolvidable protagonista de PSICOSIS— se basa en un cuento de 1980 de Stephen King y tiene el gancho, el impacto y la falta de densidad de una historia de formato breve. Los protagonistas son dos hermanos mellizos que se odian entre sí, Hal y Bill Shelburn (Christian Convery en su infancia, Theo James de adulto). Los chicos descubren este juguete entre las cosas de su padre, que desapareció del mapa y, como se ve en la primera y sorprendente escena, ya estaba asustado por los poderes destructivos del mono en cuestión.

Hal, el más tímido de los dos –al que su hermano hace todo el tiempo bullying– es el primero que parece darse cuenta que, al poner en marcha al mono de juguete y este a redoblar su tamborcito, personas cercanas empezaban a morir de las formas más extrañas. Su simpática y en exceso sincera madre (Tatiana Maslany) es una de las primeras víctimas, impensada, del mono en cuestión. Y la niñez de los chicos estará rodeada de otros sucesos similares, siempre narrados desde el punto de vista del atribulado Hal.

La película lo recupera ya de grande, sin contacto con Bill, y alejándose de su hijo (Colin O’Brien) y su ex esposa por temor de que les pase algo, pero sin confesarles el verdadero motivo. La muerte extravagante de una tía que sigue viviendo en la vieja casa lleva a Hal a volver a ese lugar, y allí la historia pegará unos nuevos giros y agregará una nueva serie de muertes. La diferencia es que esta vez Hal tiene la responsabilidad extra de tener que cuidar a su hijo de los peligros de ese mono.

Con cameos muy simpáticos de Elijah Wood y Adam Scott (el protagonista de SEVERANCE), la película de Perkins se sostiene en base a la expectativa respecto a quién será el siguiente en caer bajo las metafísicas garras del mono y, especialmente, cómo será esa muerte: una más violenta, gore y absurda que la anterior. Y así, entre escenas simpáticas (el pueblo tiene al cura más chanta del mundo) y otras de rutinaria exposición narrativa, la película avanza hacia lo previsible, acumulando más y más cabezas explotadas, cuerpos mutilados y vísceras desparramadas.

EL MONO es una película graciosa pero claramente menor, tanto desde su ambición formal como de sus propios resultados específicos. Después de la revelación que fue LONGLEGS, película que llevó a los primeros planos a un cineasta que hasta ese entonces era solo de culto (I AM A PRETTY THINGS THAT LIVES IN THE HOUSE acaso sea el mejor de los tres títulos previos de Osgood), uno quizás esperaba algo más ambicioso y creativo de parte de un director que se caracteriza por tener un estilo muy propio y deliberado. Pero no es esta película. EL MONO, en ese sentido, funciona más como un simpático pasatiempo antes de su nueva y ya terminada producción.