
BAFICI 2025: crítica de «La vita accanto», de Marco Tullio Giordana
Tras dar a luz a una niña con una mancha grande en su rostro, una mujer entra en una espiral depresiva en este drama escrito por Marco Bellocchio.
El veterano realizador italiano de LOS CIEN PASOS y LA MEJOR JUVENTUD regresa con un drama escrito nada menos que por Marco Bellocchio y basado en una novela de Mariapia Veladiano que recorre más de un cuarto de siglo en la vida de una familia italiana rica, dedicada a la música, cuya aparentemente plácida existencia se complica a partir de las consecuencias de un parto. La mezcla de melodrama musical con elementos religiosos le da al film una muy potente primera hora para derivar en situaciones un tanto más trilladas en la segunda mitad.
María (Valentina Belle) y Osvaldo (Paolo Pierobon) tienen un matrimonio en apariencia muy sólido. De muy buena posición económica, los Macola viven en un palacete en Vicenza en los años ’80. En la enorme casa –la familia tiene varias empleadas domésticas– vive también Ermina (Sonia Bergamasco), hermana melliza de Osvaldo, una pianista muy famosa internacionalmente. María está embarazada y, de hecho, rompe bolsa en medio de un concierto de su cuñada. Pero el esperado nacimiento de Rebecca (interpretada por varias actrices a lo largo de los años) no sucede tal como lo soñaba: la chica nace con una enorme marca que le cubre casi medio rostro y parte del cuello.

Incapaz de naturalizar o superar esa complicación, María no sabe cómo reaccionar. Rechaza a su hija, no quiere verla ni que vaya a la escuela. No la toca, casi no la mira y entra en un profundo estado depresivo. Ella asegura no rechazarla, sino protegerla del mundo, pero la situación se empieza a complicar con su marido, su cuñada y hasta con los empleados de la casa que no soportan la tensión y angustia con la que se vive en el lugar. Finalmente la convencerán de que la chica debe ir a la escuela y para Rebecca el asunto prueba no ser tan grave como su madre temía. Se hace de una gran amiga, Lucilla, y pronto demuestra condiciones para el piano parecidas a las de su tía. Pero nada de esto ayuda a María y la historia empezará a oscurecerse aún más cuando la mujer tome una drástica decisión.
LA VITA ACCANTO es particularmente efectiva y desesperante como retrato de la depresión de María, una mujer vivaz y lúcida que entra en una espiral dolorosa de la que no logra salir, perturbando a la vez a su hija –que igualmente la adora y la busca– y al resto de su familia. Pero quizás no sea «la marca» en la cara de Rebecca el único motivo de su desesperación. Y el guión de Bellocchio encontrará formas si se quiere místicas de poner esos motivos en evidencia. La película incorpora de a poco un costado onírico, que funciona por momentos. Pero en lo que realmente se descuida es en el retrato de Rebecca ya adolescente y adulta, incorporando subtramas ligadas a Lucilla o al conservatorio musical al que concurre que aportan poco y nada al eje central.
Más allá de la curiosa serie de desvíos de la trama en la segunda mitad, LA VITA ACCANTO es convincente como un relato clásico y formalmente académico acerca de las complejas mecánicas internas que pueden destruir a una familia. Lo que en principio parece un retrato de una mujer un tanto altanera que no soporta tener una hija «defectuosa» pronto empieza a incorporar otras piezas al rompecabezas, oscureciendo la historia hasta lo indecible. Por momentos esos giros pueden resultar un tanto caprichosos –se fuerza la idea de que la «mancha» en cuestión es más que nada una metáfora–, pero en términos dramáticos producen su impacto.