Estrenos online: crítica de «Control Freak», de Shal Ngo (Disney+)

Estrenos online: crítica de «Control Freak», de Shal Ngo (Disney+)

Este film de terror psicológico se centra en una exitosa autora de libros de autoayuda que sufre una crisis cuando no puede contener la imparable picazón que siente en su cabeza. Con Kelly Marie Tran. En Disney+

Cualquiera que se haya rascado con ferocidad alguna parte del cuerpo podrá sentirse, al menos de entrada, relativamente identificado con Valerie, la protagonista de CONTROL FREAK. La chica es una exitosa autora de novelas de autoayuda, una de esas gurúes de bienestar que tanto triunfan en estos tiempos, pero es claro que íntimamente las cosas le son más difíciles. En público puede presentarse sonriente y exitosa en plan «tu puedes vencer tus contratiempos», pero en privado tiene que lidiar con un problema que le atormenta: le pica y se rasca la cabeza. Mucho. Más de lo normal. Y ya no sabe qué hacer para resolver un asunto que se va volviendo más complicado de lo que parece.

Valerie (Kelly Marie Tran) es una mujer de origen vietnamita que vive en los Estados Unidos, está en pareja con Robbie (Miles Robbins) –que trabaja junto a ella y con quien planea tener un hijo– y está a punto de arrancar una gira mundial que tiene sus dificultades organizativas y burocráticas. Pero Valerie tiene otra cosa, literalmente, en la cabeza. La mujer se ha lastimado tanto el cuero cabelludo que sangra constantemente y tiene que usar un vendaje y gorras o boinas para cubrirse. Pero aún más grave que eso es que no reconoce el problema. Con ese mismo concepto de «no eres una víctima», sigue adelante como si nada sucediera.

CONTROL FREAK se centrará en ese personaje para contar su historia. Y buena parte de la trama estará relacionada con su pasado: ¿qué secretos familiares se esconden detrás de lo que le pasa? Es que una de las principales rarezas de la situación pasa por que Valerie se siente muchas veces perseguida por una criatura monstruosa, tiene pesadillas con hormigas y aparentemente se rasca para combatir algún tipo de posesión que podría ser demoníaca. Pero nadie más ve todo eso, por lo que es muy probable que esté en su cabeza. Sin embargo, cuando la historia familiar empiece a revelarse (ahí estará su padre para tensarla y a su modo explicarla), uno dudará acerca de si lo que le sucede tiene o no algún componente sobrenatural.

La premisa es sin dudas intrigante y es probable que, mientras uno mira CONTROL FREAK, empiece a sentir que le pica la cabeza o alguna otra parte del cuerpo (Nota: no se preocupen, pronto pasará). Es fácil identificarse con la problemática inicial de la protagonista y con algunas de las actitudes que toma inicialmente, como ocultar las lastimaduras que se produce o desmerecer el asunto como un problema menor. Otra de las interesantes características de la película tiene que ver con la manera en la que presenta a Valerie como un personaje problemático, fastidioso: una influencer bastante egoísta que vende un producto en el que íntimamente no siente.

El lado sobrenatural y, si se quiere, étnico del film es un tanto más remanido y funciona solo de a ratos. Hay una historia personal y otra ligada a los choques culturales y las tradiciones vietnamitas que una mujer como Valerie, moderna y un tanto alejada de esas costumbres, no quiere o no puede ver como parte de ella misma. La película no logra crear mucho suspenso o terror respecto a su lado más fantástico (a todo lo demoníaco le cuesta salir del lado metafórico), por lo que resulta más atractiva como drama psicológico personal que como film de horror propiamente dicho. El problema es que Ngo se ocupa de combatir esos literales demonios un tiempo demasiado extenso.

CONTROL FREAK no logra escaparle demasiado a la narrativa del trauma, a la construcción del drama como experiencia terapéutica en la que todo o casi todo parecería poder explicarse «rascando la superficie» para llegar a algún asunto oculto del pasado con el que no se ha querido o podido lidiar. Y a veces esas fórmulas terminan volviéndose un tanto huecas, vacías, la manera de encontrar soluciones a problemas que son mucho más complejos. La película parece entender que no todo puede explicarse desde el trauma, pero no es muy convincente para demostrar lo contrario. Presenta un problema muy creíble, pero le encuentra una solución puramente cinematográfica.