Series: crítica de «Severance – Temporada 2/Episodio 10», de Dan Erickson y Ben Stiller (Apple TV+)

Series: crítica de «Severance – Temporada 2/Episodio 10», de Dan Erickson y Ben Stiller (Apple TV+)

La segunda temporada de la serie llegó a su fin con un largo e intenso episodio en el que se revelan varios de sus misterios. En Apple TV+. Contiene SPOILERS.

El cierre de la segunda temporada de SEVERANCE se ocupa de responder la pregunta que todo el mundo se viene haciendo desde que empezó la serie: ¿qué cuernos hacen los que trabajan en Lumon moviendo bloques de números en una arcaica computadora? No es esa la única pregunta que intenta responder este tenso e impactante episodio. Hay otra, que se disparó en esta temporada, que suena igual de acuciante: ¿qué es «Cold Harbour» y por qué es tan importante para Lumon completarlo? Las dos cosas, obviamente, están relacionadas entre sí, lo mismo que la suerte de Gemma. Y en este episodio final todas ellas empiezan a despejarse un poco más, aunque no estoy seguro que del todo.

SPOILERS DEL FINAL DE LA SEGUNDA TEMPORADA

Dirigido por Ben Stiller y con un cierre en seco que asegura una continuidad, el episodio se titula «Cold Harbour» y, al principio, empiezan a quedar claras algunas cosas. En el intento de Harmony Cobel (Patricia Arquette) de vengarse y destruir Lumon, Mark S./Mark Scout (Adam Scott) tiene que ingresar al edificio de la compañía, terminar lo que le falta para completar el programa «Cold Harbour», rescatar a Ms. Casey/Gemma (Dichen Lachman) y liberarla de ese lugar. Pero hacerlo no es nada sencillo porque hay una serie de inconvenientes que lo impiden. Para llegar a eso, primero, Mark y los espectadores deben entender qué se cuece en realidad dentro de Lumon. Es un tema que se viene aclarando, de a poco y lateralmente, hace varios episodios. Trataré, en la medida de mi comprensión, de explicarlo.

El trabajo con los números en el MDR (Macrodata Refinement) tiene como objetivo algo así como ir armando las características psicológicas de distintas personalidades (Aflicción, Alegría, Malicia y Pavor, los «Cuatro Temperamentos» del mítico Kier Eagan), que luego son testeadas vía Gemma. Los que trabajan allí –y Mark es especialmente bueno para eso, quizás porque la conoce– van así completando programas que responden a distintos tipos humanos con un objetivo que no llega a ser del todo claro pero que incluye a las cabras encerradas que serán sacrificadas, a la creación de futuros tipos de innies o, quizás, a alimentar una inteligencia artificial con objetivos aún no especificados: vencer la inmortalidad, revivir a Kier Eagan o crear ejércitos de innies para que respondan a los distintos intereses comerciales de Lumon. De todos esos, Cold Harbour es el programa número 25 y el último, el que completa todo el asunto. Al concluirlo, se supone, estos innies serán «pasados a retiro», incluyendo a Ms. Casey/Gemma.

Mientras el outie de Mark se va enterando de ese secreto y de cual debe ser su misión una vez que termina Cold Harbour, debe comunicárselo a su innie, ya que es él quien debe ejecutarlo. En una comunicación vía videocámara entre ambos propia de una película de David Lynch (está montado como para que parezca un diálogo bastante rápido y directo), los dos Mark se pelean por lo que, finalmente, es el gran conflicto del último episodio: Mark S. debe rescatar a una mujer que casi no conoce (para el innie Gemma no es su esposa sino una mujer que trabaja en Lumon), salvarla y condenarse a desaparecer, ya que una vez que salga de ese lugar su outie no volverá a pisar Lumon. Es por eso que a Mark Scout, por más que le prometa «reintegrarlo» en el futuro, le cuesta convencer a su innie de seguir esos pasos que quizás lo lleven a la desaparición. Si bien el innie es una subdivisión cerebral creada por el proceso de «separación» entre el hogar y el trabajo, para Mark S. él es una misma persona todo el tiempo que está consciente, con distintos sentimientos a los de su outie. No solo se ve a sí mismo como tal sino que también está enamorado de Helly R. (Britt Lower), a la que dejaría de ver si completa el operativo de rescatar a Gemma. ¿Tiene sentido para Mark S. sacrificarse para salvar a personas que casi no conoce y que no significan mucho para él, sacrificándose a él y a su amada en el intento?

Cuando Mark S. entra a Lumon no tenemos muy en claro si piensa o no seguir el plan. Si bien Cobel le explica que, haga lo que haga, igualmente no hay salida posible para él, no se sabe bien qué hará una vez en el piso. Y el resto del episodio consistirá en que se ponga de acuerdo con Helly –que tiene en un papel el recorrido para encontrar el lugar al que Mark debe ir a frenar este asunto–, terminar Cold Harbour y, en medio de las bizarras y festivas ceremonias organizadas por Mr. Milchick (Tramell Tillman) por haber cumplido la misión, escaparse a rescatar a Gemma. Mientras Helly, con ayuda de Dylan G. (Zach Cherry) demoran a Milchick, Mark se escapa, combate y gracias a Lorne (Gwendoline Christie) reduce y termina en apariencia matando a Mr. Drummond (Darri Ólafsson), liberando a la cabra cuya función intenté explicar antes. De ahí se moverá a otro piso del edificio, volverá a ser su outie y encontrará la manera de salvar a una confundida Gemma que está tratando de armar y desarmar una cuna sin tener emociones de ningún tipo (recordar que perdió un bebé) mientras es manipulada por el misterioso Dr. Mauer (Robby Benson).

El problema final tendrá que ver con lo que hará Mark S. luego. Al retornar al severed floor con Gemma volverán ambos a ser sus respectivos innies y no entenderán bien quién es el otro, qué hacen allí y cómo llegaron a besarse. Pero Mark S. recordará su misión, llevará a una confundida Gemma a ese ya mítico pasillo oscuro de las pinturas de Irving y la sacará afuera del edificio. Una vez allí ella volverá a ser su outie (Nota: mientras escribo esto siento que enloquecí), intentará que Mark S. salga junto a ella, le implorará, pero él, luego de dudar un buen rato y al ver llegar a Helly R., decidirá quedarse y buscar la manera de sobrevivir allí ya que, ambos saben, si salen del piso volverán a ser sus outies y eso los condenará a una casi segura extinción. Y así, amigos, terminará la temporada, dejando varias puertas abiertas para la continuación.

¿Se entendió? ¿Más o menos? Eso me viene sucediendo últimamente en SEVERANCE. Por momentos se vuelve tan detallista y específico todo que termina siendo confuso para los espectadores que no lo ven fanatizados o tomando nota de cada pequeño hecho y giro narrativo. Es una serie brillante y compleja pero por momentos da la sensación que los creadores piensan que es la única ficción que vemos y que tenemos clarísima cada referencia específica. Y no siempre es así. Todo el procedimiento se vuelve por momentos en exceso complicado de entender, ya que no solo hay que estar al tanto de toda la mitología ligada a lo que pasa en Lumon, tanto actualmente como a lo largo de su historia, sino tener siempre en claro quién es quién en cada momento (puede ser el innie, el outie, uno haciéndose pasar por el otro o los dos juntos a la vez) y qué sabe cada uno que el otro desconoce.

Los que no nos desvivimos especialmente por los detalles y plot points encontramos, de todos modos, un componente emocional y temático fuerte del que agarrarnos. Por más confuso que por momentos sea el qué, cómo y por qué de las acciones de los personajes, lo que casi siempre es bastante claro es lo que sienten, lo que les pasa a todos ellos cuando actúan. Mark Scout ama y quiere rescatar a su esposa Gemma, pero Mark S. se desvive por Helly R. y ese amor también es correspondido. Creemos entender que Miss Cobel quiere vengarse de Lumon por haberle robado su idea (todavía no es del todo claro que no tenga otras intenciones) y sabemos los tormentos por los que pasan y pasaron las dos versiones de Dylan y las de Irving (John Turturro). Y eso es suficiente para llevarnos de las narices por la historia. ¿Esa persona que somos cuando trabajamos tiene entidad propia o nos desentendemos de ella al volver a casa? ¿O no será exactamente al revés y vivimos para eso que hacemos cuando trabajamos? Y si dejamos de trabajar, ¿qué sucede con esa otra parte nuestra? ¿Desaparece?

Ese conflicto, por momentos, parece haber quedado en segundo plano entre tanto enredo narrativo, por lo que de esa «separación» mental que se necesita para creer en un sistema laboral que funciona mediante prácticas mecánicas y abusivas se habla poco y nada. SEVERANCE ha entrado un poco en el problemático sistema que terminó arruinando a series como LOST: una obsesión por la minucia y el detalle de la trama que los obliga a escribir los guiones pensando más en los analistas de páginas tipo reddit que en el espectador común que necesita conectarse con los personajes desde lugares más realistas, empáticos y humanos. Por suerte –y gracias al elenco y a los directores, encabezados por Stiller– eso no se perdió del todo y SEVERANCE sigue dando la sensación que es una serie que tiene cosas para decir sobre el mundo en el que vivimos. Pero siempre está el riesgo de caer en las redes del fandom y los bizarros debates online. Y ese es un problema más difícil de resolver que salir vivo de Lumon.