BAFICI 2025: crítica de «Monstruo de Xibalba», de Manuela Irene

BAFICI 2025: crítica de «Monstruo de Xibalba», de Manuela Irene

por - cine, Críticas, Festivales
08 Abr, 2025 08:53 | Sin comentarios

Un niño va a pasar una temporada al pueblo de su niñera y allí le tocan vivir aventuras y situaciones extrañas que parecen salidas de un universo fantástico.

Un coming of age campesino, una fábula rural que mezcla elementos realistas con otros fantásticos, MONSTRUO DE XIBALBA es un bello y elocuente retrato de la vida de un niño intenso, imaginativo y curioso al que le interesa investigar en temáticas ligadas a la muerte. En un pueblito de la Península de Yucatán le tocarán vivir algunas experiencias que llevarán esa zona propia de la imaginación a un contexto bastante más real.

Rogelio (Rogelio Ojeda) es un chico simpático, conversador, naturalmente perspicaz y curioso de unos ocho años al que, por algunas duras circunstancias familiares, le toca pasar una temporada con Eduarda (Teresa Sanchez, la protagonista de LAS DOS ESTACIONES y actriz TOTEM, NOCHE DE FUEGO y varias películas de Nicolás Pereda), su niñera. Estando en ese pueblo de la región de Yucatán, muy influenciada por la cultura maya, se hace amigo de otros dos chicos de la zona, Lucio (Leonel Pat Yeh) y Juanito (Gibran Alonzo). La relación de entrada no es sencilla –hay tensiones y cierto bullying al chico de ciudad–, pero pronto comienzan a vivir algunas aventuras juntos.

Al saber de su interés por «lo oculto», lo llevan a Ek Balam, que según la leyenda es una zona habitada por espíritus. Fascinado con las historias y leyendas que se cuentan –entre ellas, la que da título al film–, Rogelio termina topándose con un anciano, Don Emilio (Manuel Irene) y pronto tiene la teoría que el hombre en cuestión –bastante huraño y áspero– podría ser el tal monstruo de Xibalba. Y la relación que se iniciará con él probará, al menos en su imaginación, si estaba o no en lo cierto.

Con algo de cuento folclórico mítico, de fantasmas y criaturas, y con esa lógica propia del cine de la productora Amblin de los años ’80 con niños husmeando en lugares que aparentan ser peligrosos, MONSTRUO DE XIBALBA es una película oscura y luminosa a la vez, densa y amable, más que nada gracias a la simpatía de su protagonista, que siempre tiene una salida o una expresión muy particular para afrontar las situaciones que le toca vivir.

Pero en lo profundo se trata de una película que habla de la relación con la muerte, una relación cara a la cultura mexicana y que se vive de una manera más lúdica allí. Las experiencias que Rogelio vive con los otros niños y, especialmente, con el viejo Emilio, quedarán como marcas reconocibles a lo largo de su vida. Esos momentos en los que la imaginación y la realidad, la fantasía y la experiencia, la vida y el cine se mezclan en un todo único e indivisible.