
BAFICI 2025/Estrenos: crítica de «Tesis sobre una domesticación», de Javier Van de Couter
Una mujer transgénero atraviesa el conflicto de tener una pareja y un hijo con su deseo de seguir teniendo una vida sexual libre y vivir sin ataduras. Con Camila Sosa Villada y Alfonso Herrera. Estreno: 1 de mayo.
La vida de la protagonista de TESIS SOBRE UNA DOMESTICACION, una actriz trans, está en una etapa de transición, a punto de cambiar. No me refiero al cambio de género –ese barco ya zarpó hace rato– sino a un cambio de etapas en su vida. Ha conocido a un abogado y quiere vivir con él: casarse, tener hijos, todo. Pero hay una parte de ella que duda, que se cuestiona, que se pregunta si puede –si quiere, si lo merece– y si no sería mejor seguir viviendo la vida que vivía.
Camila Sosa Villada encarna a la actriz en cuestión, la protagonista de su novela homónima, inicialmente publicada en 2019 y luego modificada y reeditada en 2023. Es famosa, exitosa, millonaria, de esas personas que se detienen a firmar autógrafos y a que les saquen fotos. Vive entre galas, estrenos y fiestas mientras trabaja en una obra de teatro que parece demandarle un esfuerzo descomunal. Su vida se altera cuando conoce a un abogado (el actor mexicano Alfonso Herrera, de LA DICTADURA PERFECTA y EL BAILE DE LOS 41, además de la serie OZARK), gay, prolijo, «aburrido» confeso y muy serio y responsable. Quizás a él no le apasione tanto la vida alocada que vive ella, pero ella igual siente que con él puede formar algo así como una familia.

Ese es el conflicto central que lleva adelante esta intensa y por momentos abrumadora película del realizador de MIA. La protagonista es una mujer fuerte, en apariencia muy segura de sí misma y en contacto con sus propios deseos que vive en lo que parece ser un estado de excitación permanente. Se viste de manera llamativa hasta para tener una reunión en un centro de adopción y no teme hacerse cargo de sus ganas de gozar y, en un sentido más enredado, sufrir. El le sigue el tren primero confundido y luego fascinado, entendiendo su lógica y sin meterse demasiado en su vida, aceptando su manera de actuar. Es ella, de todos modos, la que no sabe bien para qué lado disparar.
La actriz tiene sexo con el director de su obra, con gente que conoce en fiestas y, cada vez que va al pueblito de Córdoba en el que vive su familia, da la impresión que se coge a casi todos los que conoce o se cruza por ahí (incluyendo a algunos que son más cercanos de lo recomendable), por más que hayan existido hechos violentos en el pasado. A lo largo de TESIS…, ambos intentarán adoptar a un niño con VIH y pasarán un buen tiempo entre reuniones y adaptaciones al cambio que eso produce en la vida de todos. No es sencillo lograrlo, pero si se lo compara con la vida real, resulta bastante simple.
Pero no es realismo a lo que apuntan Van de Couter y Villada, que también es coguionista del film, junto al director y la productora Laura Huberman. La película se presenta como una suerte de excesiva fantasía, con personajes desbordados y desbordantes que intensifican todo lo que tocan. El lujoso departamento en el que viven, la ropa de noche que usan hasta para cocinar, el teatro gigante en el que actúan (se filmó en el ex CCK), las impactantes fiestas a las que van: todas funcionan como si la vida de ambos existiera en el universo imaginario de 8 Y MEDIO, de Federico Fellini. La película intenta volar alto –estética y dramáticamente hablando– y por lo general se las rebusca para salir adelante del enorme desafío que se ha autoimpuesto.

Se trata de un film desafiante que en este clima político represivo resulta casi contestatario. Una película sobre una mujer trans que tiene sexo sin tapujos –y de manera bastante gráfica–, una historia que se cuestiona el lugar de la «normalidad» y una trama en la que la protagonista no puede ni quiere decidir entre ser una madre responsable o alguien que se deja guiar por sus deseos, por más «prohibidos» que parezcan. Las dudas y los miedos, sin embargo, la cargarán mucho más que antes, pero para eso tiene el teatro, ese lugar donde pone en palabras y en movimiento sus tensiones. Para la autora/actriz se trata también de un fuerte desafío en lo que respecta a la intimidad y a la exposición, desafío que saca adelante con mucho talento y enorme compromiso físico.
Una película curiosa, intensa, llamativa, de esas que no dejan a nadie indiferente, TESIS SOBRE UNA DOMESTICACION podría convertirse en un clásico LGTBQ+ debido a la estética que utiliza, el mundo que describe y la libertad con la que se maneja. Es una apuesta que podrá dividir aguas, es cierto, pero no hay dudas que es una película hecha con un punto de vista claro y definido, una que no intenta entrar en el corazón espectador desde la simpatía o la victimización sino desde la convicción de estar contando una verdad que le es propia. Una coproducción grande que incluye a México –allí participó la compañía de Diego Luna y Gael García Bernal–, la película de y con Camila Sosa Villada no pide empatía ni se acerca desde la compasión. Como el personaje, quiere existir con sus propias reglas. Y al que no le guste o le incomode, problema suyo.