
BAFICI 2025: crítica de «Todas las fuerzas», de Luciana Piantanida
Marlene vive en la casa de la anciana a la que cuida. Cuando una amiga suya desaparece, escapa por las noches para investigar su paradero. En la Competencia Argentina.
Una exploración centrada en las posibles vidas secretas de los inmigrantes que habitan en Buenos Aires, la película de la directora de LOS AUSENTES se acerca al género fantástico para trabajar espacios de la ciudad que no se suelen mostrar. Todo arranca con un plano aéreo, hecho con un drone, que se acerca de a poco a la Plaza Once y terminan ingresando en un departamento de la zona, sobre la Avenida Corrientes. Pronto se verá que ese «vuelo» no es simplemente un capricho estético de la directora sino que tiene su justificación dramática, pero de entrada se siente como un inicio hasta lujoso para lo que luego será una película a escala más humana.
En el departamento en cuestión, rodeado de amenazantes y hitchcockianas palomas cuyo comportamiento tendrá también cierta lógica, vive Teresa (Silvina Sabater), una anciana con problemas de salud y memoria, bajo el cuidado de Marlene (Celia Santos), que se ocupa de ella todo el día. La hija de Teresa, Betina (Andrea Garrote), una mujer de clase media un tanto fastidiosa, es el contacto habitual de Marlene y la que maneja con ímpetu nervioso los asuntos de su madre.

Pero a la noche Marlene parece tener otra vida. Sale a la calle y se pone a investigar la desaparición de una amiga y colega que dejó de frecuentar los lugares a los que iba. A modo de detective, la señora va ingresando en un mundo de fábricas, bares, galpones y boliches para toparse con una especie de tenebroso y extraño universo cuya mayor particularidad es que allí hay personas que pueden romper algunas leyes naturales del mundo. De a poco, TODAS LAS FUERZAS se va convirtiendo en una película fantástica acerca de inmigrantes con diversos poderes que existen en una Buenos Aires secreta.
La idea que sostiene a la película –una que imagina a los inmigrantes de distintos países limítrofes que se manejan en mundo secreto y poseen poderes– es fascinante, aunque no siempre cobra vida propia o aclare sus reglas en el contexto del film. Piantanida construye un mundo en el que las relaciones entre empleados y patrones se juegan desde un lugar, si se quiere, metafísico. Y si bien la idea es más rica de lo que la película alcanza a armar con ella, TODAS LAS FUERZAS tiene suficientes hallazgos creativos como para resultar enigmática. Una curiosidad.