Estrenos: crítica de «Drop: amenaza anónima», de Christopher Landon

Estrenos: crítica de «Drop: amenaza anónima», de Christopher Landon

por - cine, Críticas, Estrenos
16 Abr, 2025 08:32 | Sin comentarios

Una mujer recibe una extraña amenaza telefónica en medio de una cita y debe tratar de resolver la exigencia sin llamar la atención de nadie. Estreno: 17 de abril.

El thriller de amenaza telefónica, con el paso de los años y los cambios de tecnología, se va volviendo cada vez más complejo y sofisticado. Primero alcanzaba para meter miedo con llamar a un teléfono fijo en una casa. Luego un escenario posible pasaron a ser las cabinas telefónicas. Más tarde –con la llegada del celular– el asunto se volvió cada vez más personalizado: mensaje de texto, de audio, redes sociales, etcétera. En DROP, la tensión se genera a partir de una tecnología de intercambio de archivos que conocen muy bien los usuarios de iPhone pero que no es tan común para los que no manejan esas marcas. Me refiero al llamado «Airdrop», tecnología que permite compartir archivos entre dispositivos Apple cercanos que se pueden captar en un radio de unos pocos metros a la redonda.

Es importante ese detalle para entender cómo funcionan las cosas en DROP, un thriller cuya tensión pasa por seguir a una mujer en medio de una cita mientras recibe amenazas y órdenes a través de ese sistema. La protagonista es Violet (Meghann Fahy, de THE WHITE LOTUS), una mujer viuda con un hijo pequeño que ha vivido difíciles situaciones de violencia doméstica y que está tratando de volver a las citas románticas. La mujer deja a su hijo al cuidado de su hermana y se dispone a encontrarse con un fotógrafo que conoció online en un restaurante carísimo del centro de Chicago. Cuando Henry (Brandon Sklenar, de 1923) llega y se sienta con ella, Violet empieza a recibir «drops», mensajes de un teléfono cercano y de alguien que claramente la está viendo.

Los mensajes son inicialmente confusos y ambos suponen que pueden ser una broma (cualquiera con un Apple puede enviarlos a otro, no tienen que saber el número), pero luego Violet se da cuenta que las amenazas son reales y la demanda también. En esos mensajes le piden hacer algo específico que no puede mencionarle a Henry y le hacen saber, además, que tienen gente en su casa amenazando a su hijo, algo que ella puede comprobar mediante las cámaras de seguridad que tiene instaladas allí. Así que la película consistirá en los intentos de Violet de cumplir la misión exigida sin que Henry se entere mientras ella, a la vez, trata de descifrar quién (o quiénes) entre las personas que los rodean en ese lugar puede estar enviándoles esos mensajes.

¿Será el mozo, la barwoman, la recepcionista o alguno/s de los clientes? ¿Será el propio Henry el que está involucrado? Así, entre bebidas que se sirven, platos que se demoran, idas al baño y excusas por las situaciones incómodas que se viven va avanzando durante unos 80 minutos un thriller bien construido que usa tan solo una locación (grande y con varios espacios bien diferenciados) para construir suspenso. La propuesta de DROP puede no ser del todo original, pero el guión de Jillian Jacobs y Chris Roach logra armar una serie de situaciones enervantes que se vuelven doblemente incómodas por la situación de «primera cita» que Violet atraviesa. Y el director de HAPPY DEATH DAY logra armar un espacio físico tenso y cargado de intrigas para sostenerla.

Todo entra en un territorio más endeble a la hora de la resolución. Allí, gran parte de la sólida lógica construida vuela literalmente por los aires y la película ingresa en un territorio puro y duro de film de acción que tiene poco que ver con lo visto antes. El film allí incorpora algunas escenas un tanto desagradables que no conviene spoilear y el tono cambia tan radicalmente que el hilo de plausibilidad que sostenía el relato se esfuma. Para los que en este tipo de películas ponen todas las fichas en la resolución, la manera en la que DROP resuelve el asunto los dejará decepcionados. Los que tratamos de valorar la película en su totalidad sentiremos que ese final le hace perder algún que otro punto, pero que en el balance general Landon ha logrado construir un sólido y bastante old school film de suspenso telefónico. O como sea que se llame esa tecnología…