Estrenos: crítica de «El contador 2», de Gavin O’Connor

Estrenos: crítica de «El contador 2», de Gavin O’Connor

por - cine, Críticas, Estrenos
23 Abr, 2025 09:12 | Sin comentarios

El contador/asesino con Síndrome de Asperger regresa para lidiar con un nuevo caso en el que debe trabajar junto a su muy diferente hermano. Con Ben Affleck y Jon Bernthal. Estreno en cines: 24 de abril.

Casi una década después de la original EL CONTADOR, una película de 2016 que de a poco se fue convirtiendo en un éxito de culto, el director Gavin O’Connor y su estrella Ben Affleck regresan para una secuela que prometen continuar más adelante hasta hacer una trilogía. Se trata de una película intensa y violenta, casi tan enredada como la anterior, pero que ya perdió un poco la curiosidad ligada a la rara personalidad del protagonista y que funciona de a ratos, cuando no se toma tan en serio a sí misma.

Es que, en cierto modo, hay dos películas en una en EL CONTADOR 2. Una de ellas funciona casi como comedia y está ligada a las situaciones e incomodidades que atraviesa Christian Wolff (Affleck), este contador con un tipo de Síndrome de Asperger que le permite ser un genio en las matemáticas y a la vez una persona bastante inepta para cualquier otra interacción social. Este eje –que algunas personas podrían considerar hasta ofensivo, pero acá se maneja de un modo ligero– aparece fundamentalmente al principio, cuando Wolff intenta conseguir una cita mediante algoritmos, y vuelve cuando se reencuentra con su intenso hermano Braxton (Jon Bernthal) para trabajar en un caso. Hay una química picante entre ambos –uno retraído y el otro expansivo, uno prolijo y el otro caótico– que le da una cierta gracia a todo el asunto.

El problema de la película es, bueno, el asunto en sí. Tras una tensa escena inicial con persecuciones y tiroteos que termina con la rápida muerte de Raymond King (casi un cameo de J.K. Simmons), su discípula y heredera en el cargo al frente de la entidad que investiga crímenes financieros, Marybeth Medina (Cynthia Addai-Robinson), finalmente contacta y conoce a Wolff (algo que el film también hereda de su primera parte) y lo involucra en la investigación que King estaba llevando a cabo que comienza con un lavado de dinero pero luego se expande hacia el tráfico de personas desde América Latina. Y allí es donde la película cae en un océano de clichés y lugares comunes en el marco de una historia demasiado pesada para el tipo de thriller lúdico y ligero que le podría caber mejor a la propuesta.

Es que, ya desde la manera en la que Wolff existe, actúa y trabaja (recibe info de un centro que parece la Mansión X de los X-MEN), la propuesta está virada a ese tono genérico habitado por improbabilidades y absurdos, algo no muy distinto a JOHN WICK o similares films de acción donde la realidad es algo lejano ex profeso. Pero el tipo de historia que pone al frente esta secuela –con familias de inmigrantes secuestrados y separados al ingresar a los Estados Unidos– está lejos de tener esa ligereza de tono que este tipo de relato necesita. Es cierto que se acerca a cuestiones que están todos los días en las noticias, pero el punto de vista al respecto es confuso y, principalmente, no hay un enemigo lo suficientemente atractivo para contraponerse a los protagonistas.

Los 132 minutos de EL CONTADOR 2 son excesivos y están ligados a esa duplicidad que es constante a lo largo del film, ya que O’Connor dedica un buen tiempo a mostrar escenas de camaradería o disputas entre los hermanos (los dos van a bailar a un bar, charlan sobre la vida, viven por separado situaciones graciosas) y a la vez trata de construir una enredada trama de investigación que también está ligada a otros casos de Asperger como el suyo, a mafias internacionales (más de eso seguramente habrá en EL CONTADOR 3) y a una incierta historia de amor que no termina por desarrollarse del todo. Sin duda, las escenas ligeras o cómicas son las que funcionan mejor. Y si la idea es seguir esta saga durante una o más películas, es ese claramente el mejor camino para seguir.