Cannes 2025: crítica de «Ciudad sin sueño», de Guillermo Galoe (Semana de la Crítica)

Cannes 2025: crítica de «Ciudad sin sueño», de Guillermo Galoe (Semana de la Crítica)

por - cine, Críticas, Festivales
19 May, 2025 09:00 | Sin comentarios

Este film se centra en la vida de Toni, un chico que vive en un asentamiento ilegal en las afueras de Madrid, cuya vida empieza a cambiar cuando llega a su casa un aviso de desalojo.

El director antes conocido como Guillermo García López, que ganó el Goya al mejor documental en 2016 con su film FRAGIL EQUILIBRIO y en 2023 compitió en Cannes con su corto AUNQUE ES DE NOCHE, debuta en el largometraje de ficción sin perder del todo el contacto con el mundo real. Actores no profesionales, locaciones verdaderas y jugando siempre entre ambos registros, su CIUDAD DE SUEÑOS es un coming-of-age acerca de un chico que vive en Cañada Real, un asentamiento ilegal en la afueras de Madrid (similar a lo que aquí será una «villa miseria», «barrio popular» o favela en Brasil) que se enfrenta a una serie de cambios en su vida que pueden modificarlo todo a futuro.

De origen romaní, la familia de Toni, de 15 años, parece tener una vida feliz en el contexto del humilde barrio. Es que más allá de las evidentes privaciones (no hay electricidad ni agua corriente), para él, sus «primos», sus hermanos y la extendida familia de parientes es un lugar de pertenencia, en el que saben manejarse, disfrutan de sus experiencias y conforman una comunidad, que si bien no está exenta de problemas (delincuencia, adicciones, tráfico de drogas, etcétera) es el lugar que conocen y aman.

Toni (Antonio Fernández Gabarre) y su abuelo se dedican a la chatarra y el chico se pasa gran parte del tiempo con un veloz galgo que tiene y al que hace correr por la zona (a diferencia de otros barrios populares, este es extendido y rodeado de campo, menos hacinado que los latinoamericanos), tanto en carreras con otros, o solo para divertirse. Pero empiezan las demoliciones en la zona y su madre debe tomar alguna decisión respecto a dónde continuar su vida. Y algo parecido pasa con su mejor amigo, Said, cuya familia de origen árabe también parece dispuesta a irse lejos.

Galoe utiliza por momentos escenas que parecen rodadas con un celular y usando raros filtros (el director de fotografía es el experimentado portugués Rui Poças, que hizo nada menos que ZAMA y TABU, entre otras), que es la manera en la que Toni y Said se filman a sí mismos, mostrando sus aventuras y hablando a cámara. Y si bien la película casi nunca pierde ese espíritu lúdico y vivaz –las familias divirtiéndose, hablando todos al mismo tiempo, un caos vital que trasciende la pantalla–, de a poco empiezan a colarse las tensiones, angustias y sufrimientos, especialmente de Toni, que ve cómo su mundo se le va derrumbando.

Con excelentes y muy naturales actores no profesionales y un discurrir narrativo más apoyado en la observación y en la captura de momentos y detalles que en un recorrido narrativo clásico, CIUDAD SIN SUEÑO –título inspirado en un gran tema flamenco de Enrique Morente y Lagartija Nick en base a un poema de Federico García Lorca– retrata sin subrayados y sin crear conflictos por fuera del interior del relato más allá de los que son obvios, un estilo de vida que sobrevive en tensión con una Europa que se pretende próspera y prefiere ocultarlo o deformar su espíritu. Es cierto que los pisos a los que Toni y familia podrían mudarse tienen más «comodidades» que las que tienen en el barrio, pero allí la vida no será la misma. Y habrá que aprender a reinventarse.