Cannes 2025: crítica de «Karavan» («Caravan»), de  Zuzana Kirchnerova (Un Certain Regard)

Cannes 2025: crítica de «Karavan» («Caravan»), de Zuzana Kirchnerova (Un Certain Regard)

por - cine, Críticas, Festivales
22 May, 2025 11:54 | Sin comentarios

Una madre con su hijo con síndrome de Down viajan en una casa rodante por Italia atravesando amables y complicadas aventuras en este drama checo.

No es sencilla la vida de Ester (Aňa Geislerová), la protagonista de CARAVAN. Una mujer checa viviendo en Italia, madre soltera de un hijo adolescente con Síndrome de Down, trata de ponerle fuerza a una situación complicada que se enreda cada día más. Sin apelar al miserabilismo ni a exagerar la tragedia, uno puede advertir que la experiencia cotidiana de la protagonista pasa de momentos bellos, calmos, amables y tranquilos a otros tensos, violentos e inesperados.

Cuando la película empieza Ester está con su hijo David David Vodstrcil) en la casa de una compatriota que se ha casado con un italiano, tiene hijas con él y parece tener una vida acomodada y más convencional que la suya. Hay empatía, cariño y amistad entre todos, pero la presencia de David atemoriza un poco a las hijas de su amiga y ella lo sabe, lo siente. Pero todo se complica mucho más cuando una noche, en uno de los ataques de furia incontenible que tiene, el chico destroza el living de la casa rompiendo y ensuciando todo.

Nadie los echa. Al contrario, los quieren ayudar. Pero Ester prefiere subirse a la casa rodante en la que vive y llevarse a David a la aventura, a seguir viviendo la vida. En el camino se cruzarán con un largo grupo de personajes –terratenientes molestos porque aparcan en su «propiedad privada», alguno que se vuelve agresivo, curiosos y así–, pero el encuentro más importante lo tienen con Zuza (Juliana Brutovska), otra mujer checa que está en plan fiesta con un par de amigos italianos. Tras una noche de juerga, la chica le pide a Ester si no la puede sacar de ahí y la mujer termina sumándose a la aventura, para la alegría de David, que se lleva muy bien con ella.

Al ser tres las cosas serán más fáciles en cuanto a responsabilidades y cargas, pero los problemas estarán más a mano también, ya que Zuza es más franca y directa con la gente, y así como eso genera divertidos momentos, hay otros que las meten en zonas un tanto más arriesgadas. En el medio está David, con sus buenos y tranquilos momentos, y con sus explosiones de ira que pueden ser complicadas y no solo para su madre.

CARAVAN es una road movie que sabe ubicarse en un punto justo entre el melodrama recargado y la optimista lección de vida. Justa y sincera, la película de la checa Kirchnerová no se pasa de rosca con el caos ni usa el morbo del espectador que espera que en cualquier momento algo terrible suceda, pero tampoco edulcora la relación al punto de mostrar que con amor y cariño todo se soluciona. No es así, para nada. La experiencia es difícil, tiene momentos duros y otros cálidos, algunos reveladores y otros deprimentes. Como cualquier otra vida.

Elocuente, poética y sutil –por momentos exagera con epifanías de cámaras lentas y planos detalle–, la película marca el regreso del cine checo a Cannes después de tres décadas de ausencia. Inspirado en experiencias reales de la directora –que tiene un hijo con similares inconvenientes–, CARAVAN es una película sensible y humanista, un retrato honesto acerca de la supervivencia, el coraje, la resiliencia y, sobre todo, el amor.