Cannes 2025: crítica de «La ola», de Sebastián Lelio (Premiere)

Cannes 2025: crítica de «La ola», de Sebastián Lelio (Premiere)

por - cine, Críticas, Festivales
20 May, 2025 08:30 | Sin comentarios

Este drama musical pone el eje en el movimiento feminista universitario chileno que apareció en 2018 cuestionando los abusos machistas de la institución.

El desafío era ya de por sí difícil, complicado. ¿Cómo se hace un musical sobre un movimiento feminista como fue el que tuvo lugar en Chile en 2018? ¿De qué manera se lo construye, se lo narra, se lo convierte en cine? Sebastián Lelio se hizo cargo de ese desafío y le fue imposible ganar una batalla que estaba perdida casi de entrada. La causa es justa, la idea es noble, pero la tarea es ingrata, complicada y, a juzgar por lo que se ve aquí, casi irrealizable.

Bienintencionada, honesta y justa, la película hace un panorama del movimiento feminista que crece a partir del #MeToo y de las denuncias de los abusos sexuales y violaciones en las universidades chilenas. Los diálogos son más bien expositivos, un poco se explican a sí mismos y otro poco funcionan como presentaciones en asambleas. Las letras de las canciones –que empiezan apareciendo de a poco y, para la segunda mitad, pasan a dominar la película– funcionan igual: tienen algo de didactismo escolar, de mecanografía musicalizada, con más fervor que gracia y más sentencia que elegancia. Lo cierto es que es una tarea casi imposible de resolver y por momentos hasta incómoda de ver.

Con ingenio y recursos visuales, Lelio va tratando de darle una vuelta al asunto en la segunda hora, cuando la toma universitaria se intensifican, las coreografías dominan la narración y uno se entrega a observar de qué manera se intenta transformar esta clase teórico/práctica en algo cinematográfico. Hay números con cierta gracia visual, escenarios de la capital chilena descubiertos a nuevo, pero las canciones siguen sin fluir del todo. Las letras son machaconas, las voces desparejas, las melodías no del todo agraciadas. Uno observa más la construcción que otra cosa.

La trama se va centrando cada vez más en las experiencias personales de Julia (Daniela López), una chica de bajos recursos becada en la carrera de Música de una facultad de artes (en Chile no hay universidad pública) que es una de las líderes del movimiento, pero a la vez lidia con una experiencia personal con un amigo y compañero de estudios que no sabe si calificar o no como abuso. Y esa experiencia pasará a ser acaso excesivamente central a la trama, a modo de juicio público acerca de qué constituye abuso, qué significa consenso y otros ejes ligados al movimiento feminista de estos años.

El tono intenta ser comercial y a la vez un poco experimental (u operístico), pero la convivencia es ardua, difícil, complicada. LA OLA tiene similares problemas a los de EMILIA PEREZ en cuanto a la trabada falta de fluidez del relato, la (des)conexión entre lo temático y lo formal, y la abrumadora literalidad de las canciones, aunque aquí la representación nacional sí es correcta y nadie habla castellano con acento «chileno» al estilo Gustavo Fring en BREAKING BAD. En eso, al menos, es irreprochable.

Uno casi siente al director de UNA MUJER FANTASTICA tratando de encontrarle la vuelta al asunto y hasta incorporando la ruptura de la cuarta pared para hacer una suerte de autocrítica y mea culpa por lo que podría ser considerado un film que cae en el mismo mansplaining que cuestiona, pero con eso tampoco alcanza (Nota: a esta crítica se la puede acusar de lo mismo, lo sé). Le permite a Lelio, como máximo, dar cuenta de las limitaciones del proyecto en sí. Lo cierto es que no toda causa justa necesita volverse cine y menos una película de ficción. A veces alcanza con ser lo que es.