Cannes 2025: crítica de «Love Me Tender», de Anna Cazenave Cambet (Un Certain Regard)

Cannes 2025: crítica de «Love Me Tender», de Anna Cazenave Cambet (Un Certain Regard)

por - cine, Críticas, Festivales
20 May, 2025 04:10 | Sin comentarios

En este duro drama familiar, Vicky Krieps interpreta a una mujer a la que su ex esposo no le deja ver a su hijo desde que se entera que está saliendo con mujeres.

Un drama de divorcio y de dificultades de tenencia de hijos en común, LOVE ME TENDER intenta encontrar otra manera de narrar su dolorosa y complicada historia. Sí, están los habituales conflictos legales, mediaciones y los problemas habituales de este tipo de situaciones, pero narradas más desde la experiencia completa de una madre a la que, por motivos un tanto inciertos, su ex no le permite ver a su hijo. La película de Cazenave Cambet toma el punto de vista de Clémence (una notable, como siempre, Vicky Krieps) para hacer el retrato de una mujer que intenta hacer su vida y quiere estar cerca de su hijo, pero las circunstancias legales impuestas por un ex empecinado en complicarle todo se lo impiden.

Al comenzar, Clémence y Laurent (Antoine Reinartz) están separados de una manera aparentemente amigable, con pocos conflictos más que los esperables. Todo cambia cuando un día ella le dice que está saliendo con mujeres. Laurent parece tomarlo bien, hasta con cierto humor, pero pronto prueba ser falso. Clémence es una escritora que se las rebusca con poco dinero (lo que escribe a partir de lo que le va pasando se escucha como voz en off en muchas escenas) y a la que le gusta tener constantes aventuras, salidas con amigos y amigas, y mucho sexo casual. Su vida podría calificarse como bohemia. Y Laurent usará eso para, de mil maneras distintas, complicar su posibilidad de ver a Paul, el hijo de ambos.

LOVE ME TENDER dura 130 minutos y su extensión tiene su lógica, porque lejos está de seguir una estructura clásica de tres actos ligada a los conflictos entre ambos y un proceso judicial. Es un caso que se extiende a lo largo de años y que tiene miles de vueltas. Laurent le hace vía abogados acusaciones muy fuertes que incluyen hasta pedofilia y logra convencer a las autoridades de que su hijo no quiere ver a su madre. Para Clémence se vuelve muy difícil convencer a los demás que nada tiene que ver con lo que se la acusa y que, seguramente, es su padre quien le mete cosas en la cabeza al niño respecto a ella y a su vida.

Esa situación irá cambiando con el correr del tiempo, mejorando por momentos y volviendo a empeorar. En el medio se reencontrará con su hijo en visitadas controladas por psicólogos en una sala y de a poco irá logrando algunas «libertades» respecto a moverse con él sola. Pero de tanto en tanto la situación volverá para atrás y todo lo conseguido se borrará. LOVE ME TENDER mantiene por lo general el punto de vista de Clémence: solo sabemos de Laurent por lo que él exige o no responde, y son pocas las escenas en las que aparece para dar su punto de vista. Por lo general –y este es acaso el único punto frágil de la película–, no hay justificación suya que tenga sentido alguno. Es alguien dedicado obsesiva, caprichosamente y con la excusa de cuidar la salud mental de su hijo, de arruinarle la vida a su ex.

En este film basado en la novela de Constance Debré, la realizadora Cazenave Cambet no centraliza toda su historia en la pelea por la tenencia o las visitas. Clémence tiene su vida, sus affaires, sus romances más serios, sus publicaciones y sus salidas, pero son muy pocas las veces que logra relajarse y poder estar con alguien sin que su dificultosa maternidad no aparezca para complicarlo todo. Sabe que si tiene una pareja estable y esta quiere conocer a su hijo, lo más probable es que sea una bomba de tiempo a futuro. La angustia es tal que ya no sabe qué hacer, más que escribir acerca del tema en diarios o libros que publica o publicará.

Un drama angustiante, por momentos desesperante, pero muy lúcido en la manera en la que presenta su universo, LOVE ME TENDER tampoco intenta hacer de Clémence una arquetípica madre sufrida o siquiera una mujer demasiado simpática. Puede ser arisca, agresiva y es claro que no piensa cambiar su modo de vida (que no tiene nada de grave, convengamos) por lo que puedan pensar las autoridades, su ex o lo que le llega a su hijo, aún sabiendo que su «vida bohemia» puede conspirar contra sus deseos de estar con él.

Da la impresión que las instituciones son un tanto inoperantes para avanzar y que por cada paso hacia adelante que dan, hay otro que los hace retroceder. Y, así, no existe manera de resolver un problema que crece y crece con el paso del tiempo, ya que el Paul que vemos para la última parte de la película es mucho mayor que el que conocimos al principio. Retrato de otra mujer en llamas, un film con destino de premios, LOVE ME TENDER habla de la (im)posibilidad de ser una mujer libre y, a la vez, una madre dedicada. Que no son cosas incompatibles y que jamás lo fueron.