
Cannes 2025: crítica de «Pillion», de Harry Lighton (Un Certain Regard)
Un joven tímido y sumiso empieza una relación sadomasoquista con un «biker» en esta comedia dramática británica sobre una curiosa historia de amor. Con Alexander Skarsgard y Harry Melling.
A modo de comedia romántica con toque de absurdo, PILLION se mete en la relación un tanto particular que existe entre un tímido y sumiso joven gay de un pueblo británico con un biker de dos metros, vestido de cuero y del otro lado de la escalera BDSM: dominante, agresivo, silencioso y con la facha de Alexander Skarsgard. Si bien no es un tipo de relación sexual (homo o hétero) tan inusual, lo que la hace especialmente curiosa es que tiene, inicialmente al menos, a la madre de uno de ellos como parte entusiasta del asunto.
Colin (Harry Melling, «Dudley» en la saga HARRY POTTER) es un joven tranquilo que canta en un grupo a capella con su padre y amigos. El film empieza en un evento navideño en el que Colin canta villancicos y luego pasa la gorra pidiendo unas monedas. El único de todos que lo rechaza sin siquiera mirarlo es el tal Ray (Skarsgard), pero poco después veremos que es parte de su «acto». Le pasará más tarde un papel con una hora y lugar para encontrarse esa misma noche y la propia mamá de Colin estará contenta de que su hijo tenga «novio» y encima tan buen mozo.

Digamos que la cita no es, para los cánones tradicionales, muy romántica que digamos, pero Colin queda más que satisfecho con ese encuentro en un callejón en el que tiene que hacer sexo oral, lamerle a Ray sus botas de cuero y obedecerlo en todo. Pronto estarán repitiendo la mecánica varias veces hasta que forman una suerte de pareja en apariencia más sexual que afectiva. Colin cocinará, limpiará y hará todo lo que Ray le pida, incluyendo dormir en el piso, no hacer preguntas personales y mucho menos besos o demostraciones de afecto. Sumiso a gusto, Colin será feliz así y hasta participará en salidas grupales tipo camping con otras parejas en similar situación de dominación. Mamá, cada vez que puede, preguntará por el «noviecito».
PILLION se centrará en las idas y vueltas de esa relación, especialmente cuando a partir de cierto tiempo Colin empiece a querer algo más de afecto y cariño entre ellos. Ray permanecerá inconmovible ante cualquier pedido, hasta que un hecho fuerte los llevará a tener que repensar, si es que eso es posible, su relación. ¿Hay un noviazgo convencional imaginable ahí? ¿O mejor ni siquiera intentarlo? Sin perder del todo el tono amable y ligeramente cómico, la opera prima de Lighton se irá volviendo más densa y emotiva a la hora de lidiar con esos cambios.
Amable y kinky en un sentido que quizás no sea apto para menores (los fans del actor de SUCCESSION podrán conocer algunas partes íntimas suyas) pero que de todos modos se mantiene en un territorio lúdico, PILLION logrará cruzar la barrera hacia algo más complejo cuando se pregunte por los distintos tipos de amor posible. Es que Peggy (Lesley Sharp), la mamá de Colin, quiere y apoya a su hijo, pero no le gusta que su pareja lo maltrate y le de órdenes bruscamente. Colin y el propio Ray le aseguran que ellos lo prefieren así y que no es un impedimento sino parte de la conexión que buscan, pero la madre seguirá preocupada por el nene. Y, a juzgar por cómo avanza la relación de ambos, quizás sus «palabras de madre» terminen teniendo su impacto. Quizás no sea el deseado por la pareja en ese momento, pero sí uno que le servirá a Colin para el futuro.