Cannes 2025: crítica de «The Young Mother’s Home» («Jeunes Meures»), de Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne (Competición)

Cannes 2025: crítica de «The Young Mother’s Home» («Jeunes Meures»), de Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne (Competición)

por - cine, Críticas, Festivales
23 May, 2025 05:20 | Sin comentarios

El nuevo film de los hermanos Dardenne se centra en cuatro historias de madres adolescentes que deben decidir qué hacer con sus vidas y sus hijos.

La eficacia de los hermanos Dardenne para filmar una y otra vez historias difíciles de la Europa contemporánea centrándose en distintas situaciones y casos sociales es innegable. Sus películas son honestas, humanistas, políticamente correctas y, por momentos, emotivas. Lo que cuesta, a esta altura de su larga carrera, es encontrar un ángulo que las identifique, personalice, diferencie. YOUNG MOTHER’S HOME lo tiene en lo formal, pero fuera de eso es más de lo mismo.

Un poco como le sucede a Ken Loach, los Dardennes tienen el corazón en el lugar correcto pero el cine en el lugar de siempre. Y eso afecta a sus películas, aún cuando intenten cambiarlas en algo. Lo que diferencia a esta de las anteriores es que cuenta, en paralelo, cuatro historias distintas que tienen poco contacto entre sí más allá del hecho de que todas las chicas que las protagonizan van a un mismo centro estatal. Son todas ellas madres muy jóvenes que se debaten entre tener a sus hijos o darlos en adopción y todas transcurren en la ciudad de Liège, en Bélgica.

Así, a lo largo de 105 minutos, la película va contando las historias en paralelo de Jessica, Noa, Ariane y Julie, cuatro chicas adolescentes que están por ser madres o lo han sido y que se debaten con sus diferentes situaciones. Todas ellas tienen un eje en común ligado a la maternidad y a la edad, pero hay algunas diferencias. Julie tiene una pareja, Dylan, que la apoya y la acompaña, pero en los otros casos el «varón» brilla por su ausencia o huye apenas puede.

Jessica es ella misma hija adoptiva, cuya madre verdadera la abandonó siendo muy pequeña y siempre se negó a verla, aún cuando sabe que la está buscando. Ahora, es ella la que se ve ante una situación similar. Noa vive su situación con mucho nervio e intensidad, mientras que Ariane lidia con asuntos familiares que la atormentan –ella quiere dar a su bebé en adopción pero su propia madre intenta convencerla de lo contrario– y la llevan a extremos.

Cada una de las historias tiene un valor emocional sincero. Y en cada uno de los casos –en especial los de Ariane y Jessica– hay un intento de parte de los Dardenne de extraer alguna verdad personal que vaya más allá de lo «periodístico» de cada caso: está la que no conoce a su madre, la que es abandonada por su novio, la que no se decide respecto a qué hacer con su niño y así. Los Dardenne son grandes cineastas, de eso no hay dudas, pero cada vez más parecen dejarse ganar por la tentación de llevar a la pantalla complicados casos de la vida real sin encontrar una manera particular de ponerlos en escena. El trabajo humanista está cumplido. El cinematográfico queda un poco de lado.