
Estrenos online: crítica de «La evaluación» («The Assessment»), de Fleur Fortuné (Prime Video)
Este thriller transcurre en un futuro post desastre climático en el que el gobierno envía evaluadores para decidir qué parejas están capacitadas para tener hijos. Con Elizabeth Olsen, Himesh Patel y Alicia Vikander.
En un futuro post-apocalíptico, la Tierra tal como la conocemos no estará habitable y los sobrevivientes deberán permanecer en espacios cuidadosamente protegidos de los desastres producidos por el cambio climático para seguir vivos. Eso es lo que plantea LA EVALUACION y, considerando algunos hechos, quizás no esté tan alejado de la realidad. En este drama, ese hecho ya se da por establecido. Los sobrevivientes ya viven así, en una prefabricada utopía y tomando una droga que les permite seguir vivos por mucho tiempo en lugares cuidadosamente protegidos. Lo que es un problema es tener hijos. Es tan limitada la capacidad de tenerlos que, para hacerlo, hay que someterse a la «evaluación» que da título a la película. Y de eso trata este curioso, inquietante film.
Mia (Elizabeth Olsen) y Aaryan (Himesh Patel) parecen ser una pareja perfecta de este mundo nuevo, además de conectada social y políticamente. Aaryan es un diseñador de clones de cosas que había en la Tierra y ya no hay (incluyendo animales), mientras que Mia tiene un laboratorio que funciona como invernadero de especies de flora que desaparecieron. Pero quieren tener un hijo. Y para eso inician el proceso que les trae a su casa a una evaluadora, una mujer que se quedará una semana con ellos para determinar si están o no capacitados para ser padres.

Interpretada por Alicia Vikander, Virginia es fría, directa, parece una funcionaria burocrática que se queda allí como si fuera una versión aún más futurista que las de Gilead, de EL CUENTO DE LA CRIADA. Pero pronto empieza a exhibir sus métodos y son, sencillamente, muy complejos de atravesar. Digamos que Virginia comienza a comportarse como el más caprichoso posible de los bebés: tira la comida, grita y llora todo el tiempo, se pierde, rompe cosas, ensucia todo, pone en riesgo su vida y la de sus «padres» en una serie de tests que a ambos –especialmente a Mia– les resultan muy difícil de sobrellevar. Una cosa es un niño real caprichoso y caótico, otra una mujer grande y desconocida que actúa como tal.
Pero la pareja sabe que todo es un test y tiene que aguantar que los mire cuando tienen sexo, que se meta a dormir con ellos en la cama, que se haga pis encima y rompa cosas. No será fácil. Y la película irá viendo hasta qué punto pueden soportar la evaluación. No solo en relación a esa criatura que Virginia parece interpretar, sino entre ellos mismos, ya que la evaluadora tiene muy claro cómo hacer para crear rispideces entre ambos. La película finalmente accede a un nivel superior de intriga: ¿es realmente esa la evaluación? ¿Hay algo más escondido detrás del caos? ¿No será que Virginia se está pasando de rosca por otros motivos?
THE ASSESSMENT crea un tenso clima y, en determinado momento, levanta la apuesta hacia un lado si se quiere más social. La aparición de algunos vecinos (unos pocos, es una película minimalista en sets y personajes) permiten saber más acerca de cómo funciona esa sociedad y qué objetivos puede haber por detrás de ese andamiaje burocrático. Pero su centro es ese endiablado test que, de existir algo así en el mundo real, casi ninguna pareja sería capaz de superar.

Las muy buenas actuaciones de una muy angustiada Olsen –hay un plano largo de su rostro, no diré cuando, que es conmovedor– y de un Patel que trata siempre de componer relaciones, son el centro de algo que, bajo la fachada de un thriller de ciencia ficción, no es otra cosa que un drama humano. Vikander se divierte jugando a ser la más insoportable de las niñas (imagino que la actriz la habrá pasado bien en algunas escenas que parecen ejercicios de escuela de teatro), pero será poco lo que realmente conoceremos acerca de ella hasta llegado cierto punto de la trama.
Fortuné, con experiencia en videoclips, organiza un universo limpio, ascético, posmoderno, donde los que pueden viven muy cómodas vidas aunque desprovistas de gran parte de lo que hoy consideramos natural. Pero hay otro mundo afuera: un Estado que aparenta controlarlo todo y gente que no vive tan bien como ellos. En el futuro, parece, habrá muchas más reglas y controles. Pero las emociones humanas serán imposibles de borrar.