Estrenos online: crítica de «Otro pequeño favor» («Another Simple Favor»), de Paul Feig (Amazon Prime Video)

Estrenos online: crítica de «Otro pequeño favor» («Another Simple Favor»), de Paul Feig (Amazon Prime Video)

Esta secuela de «Un pequeño favor» reúne a Anna Kendrick y Blake Lively en otra curiosa trama policial que esta vez transcurre en la isla de Capri, en Italia. Estreno de Prime Video.

Las relaciones entre la industria del entretenimiento y los destinos turísticos –la «sinergia», dirían en otra época– es tan vieja como la existencia de las artes audiovisuales. No hay más que pensar en los lugares donde se desarrollan muchos de los clásicos festivales de cine (ciudades turísticas como Cannes, Venecia, Karlovy Vary y San Sebastián) o la larga lista de películas que a lo largo de más de un siglo han hecho de locaciones exóticas, turísticas y bellas el escenario para el desarrollo de tramas. Esto puede leerse como un negocio conveniente a ambas partes –un acuerdo comercial, digamos– o, en casos más humildes, la decisión de un grupo de creativos –director, elenco, equipo técnico– de trabajar en un lugar soñado por un par de meses.

Esto nos lleva a OTRO PEQUEÑO FAVOR, comedia policial que parece agregarse al club de los herederos de WHITE LOTUS: misterios criminales en lugares paradisíacos. Acá no es un resort hotelero sino una isla bastante lujosa de por sí como la de Capri, al sur de Italia. Y gran parte de lo que vemos funciona como promoción de los escenarios y, ya que estamos, de los vestuarios de las protagonistas. Anna Kendrick y Blake Lively regresan en sus roles como protagonistas de la secuela de UN PEQUEÑO FAVOR, hecha en 2018, en un film que reitera sus mecanismos, sus pros y sus contras. Quizás más sus contras.

Si no quieren SPOILERS de la primera parte deberían detenerse acá, aunque de todos modos la película se dedica a hacer un «previously» apenas comenzada, actualizando la situación de los personajes. De hecho, empieza mucho más adelante, con Stephanie (Kendrick) en una especie de prisión domiciliaria en Capri explicando en su vlog o vivo de instagram como terminó ahí. Y para eso cuenta primero la película anterior (los que quieren saber qué pasó ahí en detalle pueden googlearlo o ver algún resumen en video) y su complicada relación con Emily (Lively), una madre de un alumno del colegio al que va su hijo con la que terminó entonces enredada en un crimen.

La acción continúa cuando Emily reaparece en medio de la presentación del libro en el que Stephanie cuenta lo que les había pasado. Con permisos un tanto laxos para salir de la cárcel y pese a las tensiones entre ambas –fue Stephanie la que la mandó a prisión–, Emily la invitará a ser su dama de honor en un casamiento que la mujer hará en Capri con un nuevo galán, buen mozo, italiano y posiblemente mafioso. Y allí van ellas, más el alcohólico ex de Emily, el hijo de ambos y una comitiva de amigos y conocidos a la que luego, sorpresivamente, se le agregará la empastillada madre de Emily (Elizabeth Perkins reemplaza a Jane Smart pero nadie presta mucha atención al tema) y una vieja amiga que se dedica a cuidarla (Alison Janney).

Y así, en la bella Capri y en una boda lujosa, volverán a surgir crímenes que podrían estar relacionados a actividades mafiosas, a querer quedarse con la plata del nuevo marido, a traiciones inesperadas u a otras sorpresas. Nada de eso es, finalmente, importante. OTRO PEQUEÑO FAVOR está construida para los enfrentamientos, las ironías, los comentarios ácidos, los paisajes y vestuarios un tanto excesivo que casi todos usan. Hay una familia italiana que grita y que sabe más que los norteamericanos de esto de traiciones por la espalda, una tonta agente del FBI y un par de giros narrativos insólitos que solo funcionan si uno entra en el código pochoclero de esta comedia policial.

Un poco más procaz que lo habitual para este tipo de comedias –con unas escenas eróticas curiosas que no conviene spoilear pero que hacen un llamativo uso de los efectos digitales y de la sexualidad entre parientes–, OTRO PEQUEÑO FAVOR es un ligero y excesivamente largo entretenimiento que bien podría haber resultado más efectivo con 90 minutos en lugar de sus casi interminables dos horas. Uno asume que la película se estira para que la cámara capte la belleza de Capri, pero para eso hay también videos turísticos en internet. Lo que salva a la película del veterano Paul Feig (a años luz de DAMAS EN GUERRA) de caer en la nada misma es la chispa que le sacan al material veteranas de la comedia como Kendrick, Lively y Janney. Por lo demás, son historias para un Live de Instagram que se olvida apenas concluye.