Estrenos online: crítica de «Sally», de Cristina Costantini (Disney+)

Estrenos online: crítica de «Sally», de Cristina Costantini (Disney+)

Este documental cuenta la historia de Sally Ride, la primera astronauta estadounidense en ir al espacio, una mujer forzada por la cultura de la época a guardar secretos de su vida privada. En Disney+

Por momentos parece prehistórico pero no fue hace mucho más de 30, 40 años. En cada entrevista que le hacían a Sally Ride, la primera astronauta norteamericana en ir al espacio, le preguntaban sobre si iba a llevar maquillaje, si se pondría a llorar ante algún problema técnico, si quería tener hijos o si cocinaba. Destacada por el hecho histórico de ser la primera, a Sally le tocó no solo responder a preguntas tontas –que entonces eran comunes y habituales en todos los medios– sino tener que esconder buena parte de su vida privada y su sexualidad en una cultura que todavía no la toleraba.

Este documental de la cineasta estadounidense de padre argentino se centra en la vida personal y profesional de Sally Ride. Mediante entrevistas a decenas de personas que la conocieron, muchos materiales de archivo –incluyendo varias entrevistas históricas a la propia protagonista– y algunas reconstrucciones cuidadosamente realizadas en 16mm en las que el film visualiza situaciones de su vida personal, SALLY intenta hacer un retrato de una mujer pionera en un mundo casi por completo masculino, en el que su presencia era para la mayoría no mucho más que una curiosidad, de esas que llenan de bromas los programas nocturnos de humor mediante burlones sketches.

Firme, severa, estudiosa, dedicada, Ride logró entrar en el programa aeroespacial a fines de los años ’70 y ser la cara más célebre de una de las primeras misiones del Challenger, a principios de los ’80. Pero a lo largo de su vida, esta mujer que quiso ser tenista y era además científica, soportó no solo cuestionamientos sobre si una mujer podría hacer ese trabajo sino que se vio forzada a ocultar –para sí misma en una larga etapa en la que estuvo casada con un colega y, luego, para el resto del mundo– su sexualidad.

La principal entrevistada, de hecho, es Tam O’Shaughnessy, una amiga de toda la vida que luego de varios años se convirtió en su pareja, algo que nunca se hizo oficial. Sally Ride podía ser fuerte, segura de sí misma y muy confiada en las entrevistas que daba sobre su trabajo en la NASA, pero de ese tema no hablaba. Sabía –por lo que le había pasado a la tenista Billie Jean King y por la cultura de la época– que su sexualidad podía traerle variados problemas si se hacía pública.

El film recupera, con material de la época y varios clips musicalizados, el entusiasmo por la carrera aeroespacial de los años ’60 y ’70, entusiasmo que caería después del accidente del Challenger a mediados de los ’80, accidente en el que estuvo indirectamente involucrada y que la marcó a futuro. Y en paralelo a esa carrera, SALLY cuenta la saga de otra «barrera» que, por lo visto, fue más difícil de atravesar que la llegada al espacio: poder hablar francamente de la sexualidad de cada uno.

La cantidad de material «actuado» –con las clásicas escenas interpretadas por actores y actrices de espaldas– da a entender también que se podría haber hecho una adaptación con actores de esta misma historia. Pero el documental de Costantini cubre muy bien los distintos aspectos de la vida de esta excepcional y pionera astronauta. Y deja bien en claro, sin necesidad de agregarle más elementos de ficción, su importancia pública y su lucha privada.