
Estrenos online: crítica de «The Alto Knights: mafia y poder», de Barry Levinson (HBO Max)
Robert De Niro interpreta a dos gángsters –Frank Costello y Vito Genovese– enfrentados entre sí por el control de una familia mafiosa en los años ’50. Desde el 6 de junio en HBO Max.
Una película que podría haber sido un evento unos treinta años atrás, THE ALTO KNIGHTS llega hoy a las pantallas (en la Argentina, directo a las plataformas) como un pálido reflejo de esa posibilidad. Un film de gángsters que cuenta una potencialmente interesante historia centrada en la rivalidad entre dos capos mafiosos, el film del octogenario Barry Levinson protagonizado por un Robert De Niro que hace los dos roles principales sigue las formas y los modos propios del género pero raramente cobra vida, tensión o emoción. Es algo así como un cosplay de películas de la Mafia.
THE ALTO KNIGHTS es un proyecto que circula desde la década del ’70 y que ningún estudio quiso tocar desde entonces. Con guión de Nicholas Pileggi –guionista nada menos que de BUENOS MUCHACHOS y CASINO–, la película llega finalmente a ser producida por Warner Bros. aparentemente por la larga amistad que une a Pileggi con el CEO del estudio. Lo cierto es que, temáticamente al menos, se trata de un film con elementos atractivos. El problema es, bueno, casi todo lo demás. El fracaso que tuvo en taquilla lamentablemente es la prueba de que este intento de regresar a cierto clasicismo no funcionó.
La historia real tiene tres momentos fuertes que funcionan como boyas dramáticas para una narración confusa, descompensada y armada a partir de la voz en off de Frank Costello en un momento posterior a los hechos en el que lo vemos (bah, a De Niro) hablándole a cámara sin motivo aparente. El disparador literal que da pie a los eventos es un intento de asesinato que Costello sufrió en 1957, cuando intentaron matarlo en la puerta de su casa. El hombre sobrevivió, pero a partir de ahí todo se rompió. Más que nada porque no le fue difícil darse cuenta que el atentado fue armado por Vito Genovese, un amigo suyo de toda la vida y en ese momento su segundo en la llamada Familia Luciano (fundada por Lucky Luciano, entonces deportado a Italia) que Costello manejaba localmente.

Ese hecho le sirve a Levinson para contar, mediante clips, breves escenas y fotos, la carrera paralela y la amistad conflictiva que tuvieron ambos a lo largo de los años, desde la década del ’30. Genovese (también encarnado por De Niro con gafas, sombrero y un tono más agudo de voz) era un tipo brutal e impulsivo frente al más moderado e ingenioso Costello. Y así la película llegará a contar cuáles fueron los motivos por los que se gestó ese intento de asesinato: una mezcla de mutuas acusaciones confusas, problemas con sus respectivas esposas y declaraciones de Costello a un comité de investigaciones del Senado que incomodaron a Genovese.
Tras analizar las causas, la segunda parte del relato se centrará en mostrar las consecuencias de ese intento fallido de asesinato, ligadas a la intención de Costello de retirarse de la mafia, a los intentos del capo Albert Anastasia (Michael Rispoli) de interceder entre las partes, a los arreglos para manejar el juicio posterior y al mítico encuentro entre decenas de mafiosos que tuvo lugar en 1958 en una casa de campo en el norte del Estado de Nueva York y que terminó sirviendo para que el FBI pudiera conectar las piezas y asumir de una vez por todas que la Mafia era una organización extendida en todo el país.
Todos estos eventos históricos (el fallido asesinato, otro brutal crimen y la caótica reunión) son parte del lore de la mafia ítalo-americana, pero la película no logra aprovecharlos dramáticamente ya que no construye un buen recorrido narrativo que conecte todos esos puntos centrales a la gran historia gangsteril. THE ALTO KNIGHTS es un film que recorre las vidas de grandes personalidades de la llamada Cosa Nostra –de Lucky Luciano en los años ’30 a los años ’60, luego de esa fatídica reunión–, pero raramente cobra vida cinematográfica. Se la siente como un repaso de momentos clave de esa historia pero no más que eso.

Si bien De Niro puede hacer esos personajes semidormido, no se entiende demasiado la lógica de que interprete a los dos rivales, más allá de la curiosidad que uno puede tener de verlo actuar frente a sí mismo en un par de oportunidades y mostrando que puede hacer distintas caracterizaciones de un mafioso. Quizás por eso mismo, esa extraña rivalidad entre Costello y Genovese nunca se siente del todo. Y algo parecido sucede con la docena de mafiosos famosos que los rodean, que están en plan cameos breves, como extras de una película de Martin Scorsese que nunca se filmó.
Levinson le presta un poco más de atención a la relación de ambos mafiosos con sus respectivas esposas (Debra Messing y Kathrine Narducci), pero en el caso de Messing, esposa de Costello, no hay mucho material para sacar de allí. Narducci sí atraviesa situaciones un poco más intensas con Genovese –las que de algún modo ponen en marcha el problema entre los dos capos–, pero tampoco alcanza a insuflarle vida al asunto más que por el breve momento en el que explota contra su marido.
El director de RAIN MAN llevaba una década sin dirigir para cine y en los últimos años se especializó en telefilms de prestigio que hizo tanto con Al Pacino como con el propio De Niro, entre los que se cuentan PATERNO y THE WIZARD OF LIES (sobre Bernie Madoff). Y en este film no logra recuperar la magia como director que alguna vez, muchos años atrás, tuvo. Uno tiene la impresión que otro director podía haber encontrado una manera de darle más nervio e intensidad a esta misma historia, pero eso nunca lo sabremos. Así como quedó, THE ALTO KNIGHTS es una fallida y opaca película de gángsters que no pasará a la historia. Y un film que prueba la teoría de Quentin Tarantino que quizás hay que saber cuando dejar de dirigir.
Dirán lo que quieran pero a mí me atrapó y me pareció una historia muy bien contada. Hasta me gustaría volver a verla. Y de Niro: hace honor a sus antecedentes!