Series: reseña de «Chespirito, sin querer queriendo», de Roberto Gómez Fernández (HBO Max)

Series: reseña de «Chespirito, sin querer queriendo», de Roberto Gómez Fernández (HBO Max)

Esta miniserie de ocho episodios recorre la vida y la carrera de Roberto Gómez Bolaños, alias Chespirito, el mítico creador de El Chavo del Ocho y el Chapulín Colorado. Desde el 5 de junio por HBO Max.

Yendo y viniendo en el tiempo desde los inicios al pico de su éxito, de una infancia, adolescencia y juventud fascinada con el circo, el show, el humor y el espectáculo a una adultez exitosa, profesional y un tanto más cínica o desencantada, la miniserie dedicada a la vida de Roberto Gómez Bolaños –más conocido como Chespirito– se presenta de un modo clásico, como un cuento tradicional que recupera, a modo de hagiografía, a una de las figuras más relevantes del humor latinoamericano, que se transformó en un éxito en México en los años ’70 y luego pobló las pantallas televisivas de decenas de países del continente y permaneció en ellas casi en circulación permanente.

Creada por Roberto Gómez Fernández –hijo menor del artista– junto a un grupo creativo que integran David Ruíz y Julián de Tavira, CHESPIRITO: SIN QUERER QUERIENDO se suma a esta suerte de repaso de grandes hechos, personajes y productos de la cultura latinoamericana que persiguen las plataformas, desde CIEN AÑOS DE SOLEDAD a LA CASA DE LOS ESPIRITUS, de SENNA a COMO AGUA PARA CHOCOLATE, pasando por EL ETERNAUTA, entre otros. La miniserie parece funcionar de un modo tradicional, al menos a la hora de retratar el pasado, abrevando en el estilo clásico y convencional de los cuentos de época, para sí volverse un tanto más oscura y realista en el tiempo presente de la serie, que bascula por distintos momentos entre fines de los años ’70 y principios de los ’80, en el pico de popularidad del programa y con un viaje del grupo a Acapulco como eje.

El primer episodio –el único que me adelantaron– pivotea entre esas dos etapas. El llamado a los camarines para salir a un show en Colombia en 1981 funciona como presentación de los personajes clásicos del programa (sí, La Chilindrina, Doña Florinda, el Profesor Jirafales, Quico, Don Ramón y los otros) y sirve para que, al llegar al creador de El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado, inicien junto a su manager y hermano una recorrida hacia el pasado. Ese viaje se centrará en los obcecados intentos del pequeño Roberto que no cede en su intención de convertirse en artista pese a la presión de su madre y de sus empleadores que descreen de la posibilidad de triunfar en ese mundo. «Zapatero a sus zapatos», dirá el joven Bolaños y pondrá sus fichas en el lado creativo de la vida, empezando a trabajar como redactor en una agencia de publicidad en la que destacó por su humor e ingenio.

En paralelo, la miniserie pondrá en primer plano la historia de amor de Roberto (encarnado por Iván Arango de joven y Pablo Cruz ya consagrado) con su futura esposa Graciela (Macarena García de joven y Paulina Dávila ya más adulta), cuya relación se tensará con el correr de los años e incluirá la llegada de sus seis hijos. En las pocas escenas del «presente» que se ven en el primer episodio, se advierte que existen situaciones incómodas y rispideces tanto entre Chespirito y su mujer como con sus colegas y compañeros de trabajo, cuya relación seguramente se seguirá explorando en los próximos episodios (son ocho en total).

Todavía no ha llegado la hora de descubrir cómo creó a sus míticos personajes, pero lo visto alcanza para notar que se trata de una miniserie con mucho trabajo de puesta en escena, arte, vestuario y diseño de producción que recorre casi medio siglo de historia del personaje en un cambiante contexto que lo rodea. Esa estilización formal por momentos le da un tono un tanto tradicional y las bromas e ironías que maneja el protagonista (hay una simpática imitación de Chaplin que hace cuando le toca trabajar en una fábrica que odia) funcionan más desde la comedia física y verbal que desde la puesta en escena, que se mantiene a rajatabla en el modelo «picaresco» de la vieja escuela.

En los momentos del presente –y también gracias a una personificación más realista de Cruz–, CHESPIRITO: SIN QUERER QUERIENDO se vuelve un tanto más ambigua, intrigante, dando a entender que pese al éxito no todo está bien en la vida del personaje, de su pareja y de sus colegas. Pero «que no panda el cúnico», ya que es tan solo un episodio. El resto habrá que descubrirlo al ver el resto de la miniserie que estrena HBO Max el 5 de junio con el primer capítulo y que agregará el resto de los episodios a razón de uno por semana. Como pedía el Chavo, habrá que tenerle paciencia y esperar hacia dónde va la cosa.