Estrenos: crítica de «Hot Milk», de Rebecca Lenkiewicz

Estrenos: crítica de «Hot Milk», de Rebecca Lenkiewicz

por - cine, Críticas, Estrenos
03 Jul, 2025 09:45 | Sin comentarios

Una joven viaja a España a ayudar a su madre que está haciendo una terapia de rehabilitación y allí conoce a otra chica con la que vive un complicado romance. Con Emma Mackey, Fiona Shaw y Vicky Krieps. Estreno en cines 3 de julio.

Dos películas en una, conectadas entre sí pero bastante distantes en sus intereses, funcionan en paralelo en HOT MILK, ambas alrededor de Sofía (Emma Mackey), una chica de veintipico de años que ha viajado a una ciudad costera en España con la intención de ayudar a su madre, Rose, a resolver un misterioso problema de salud que tiene hace muchos años: no puede caminar. No parece haber ningún problema médico claro que se lo impida, pero de todas maneras la mujer, encarnada por la excelente actriz británica Fiona Shaw, no puede o dice no poder levantarse de su silla de ruedas. Allí empezará a tener sesiones psicoanalíticas, holísticas y otras terapias alternativas con las que, esperan, pueda mejorar.

En el calor de ese pueblo y el tedio recurrente de lidiar con los caprichos y quejas de su madre, Sofía empieza a deambular por la zona hasta que se topa con Ingrid (Vicky Krieps), una seductora e intrigante mujer alemana, que está con su pareja, pero con la que empieza igualmente un affaire a escondidas. Ese acercamiento prueba ser una suerte de bálsamo para la consternada Sofía, que es la única encargada de lidiar con su madre, a la que adora pero con la que a la vez se fastidia todo el tiempo. Sin embargo, la relación con Ingrid tampoco probará ser muy fácil, y no necesariamente por la presencia de la pareja de ella, sino por razones que aparecerán con el paso de los días.

Adaptada de la novela homónima de Deborah Levy por la directora Rebecca Lenkiewicz, HOT MILK tiene ese tono vacacional/familiar un tanto depresivo y tristón que puede hacer recordar a la reciente AFTERSUN, pero su búsqueda y sus posteriores acontecimientos van por otro lado y tienen otro ritmo. En el fondo, la película es una historia centrada en los traumas personales que las tres mujeres tienen, traumas que no le permiten avanzar con sus vidas de la manera en la que quisieran.

En el caso de Rose, es evidente de entrada, ya que en sus primeras conversaciones con su terapeuta –interpretado por Vincent Pérez– queda claro que no tiene muchas intenciones de hablar de ciertos hechos de su pasado familiar. En el de Ingrid es más directo, ya que ella pondrá las cartas sobre la mesa respecto a algo que pasó en su vida una vez que su relación con Sofía se intensifique. Y Sofía, por su parte, lidia no solo con su madre sino con el divorcio de sus padres, que también dejó huella en su personalidad y en su dificultad de avanzar profesional y personalmente.

El problema de HOT MILK –título un tanto raro en función de lo que es la película, dando a entender algo más erótico de lo que en el fondo es– es que no sabe muy bien para dónde ir con todo eso, más allá de ir acercándose de a poco al origen y potencial revelación de esos eventos traumáticos. Es claro que Sofía y su madre han vivido una vida plagada de secretos («Mi familia era muy fría», dirá su madre en terapia) y que su cariño está teñido por el fastidio que a Sofía le genera no poder dejar a su madre sola ni planificar su futuro. Y su madre, de alguna manera un tanto siniestra, parece impedirle esa libertad a partir de su necesidad de tener a alguien que la lleve hasta el baño. La pregunta en el fondo no es si la enfermedad de Rose es real –muy probablemente no lo sea– sino hasta qué punto la hija puede soltar esa relación y seguir con su vida.

La película, sin embargo, no logra darle a ese conflicto el peso emocional que debería tener. Si bien los elementos están ahí, da la sensación que Lenkiewicz, en su opera prima, no sabe bien cómo manejarlos o ponerlos en tensión. A Mackey le falta quizás exhibir un mayor grado de complejidad para capturar a un personaje que atraviesa situaciones tan angustiantes ya que por momentos parece andar por la playa y el pueblo con cara de aburrida y no mucho más. Lo de Krieps es más breve y por momentos tiene características de ensoñación, al punto que uno se pregunta si ese affaire es real o si está en la imaginación de esta joven consternada que necesita un escape de las angustias que vive.

De vuelta, los elementos para crear un drama fuerte e inquietante están presentes –las manipulaciones en la relación madre-hija, un romance prohibido, una serie de decisiones vitales–, pero la película nunca termina de cobrar la fuerza que necesita para convertirse en eso. Y si bien su shockeante y abierto final merecerá todo tipo de análisis y comentarios, en realidad se lo siente como una salida fácil, una manera de sacarse el problema de encima y darle la responsabilidad de la cuestión al espectador. ¿Qué haría usted, se pregunta finalmente la película, ante una situación así?


La película se estrena en cines argentinos el jueves 3 de julio y llegará a la plataforma MUBI seguramente en la segunda mitad de agosto.