
Estrenos online: crítica de «Tiburón: la historia de un clásico» («Jaws @ 50: The Definitive Inside Story»), de Laurent Bouzereau (Disney+)
Este documental celebra los 50 años del clásico de Steven Spielberg con excelente material de archivo y entrevistas actuales al realizador, colegas y colaboradores. Desde el 11 de julio en Disney+.
Medio siglo después de su estreno, TIBURON es un hecho consumado, un clásico indiscutido, una película canónica en la historia del cine por muchos motivos: artísticos, comerciales, industriales, estéticos, autorales. No siempre fue así, no siempre fue eso. Si bien su estreno fue exitoso de inmediato –a nivel masivo, convirtiéndose en la más taquillera de la historia– y la recepción crítica no solo fue buena sino que fue creciendo con el paso del tiempo, este documental que celebra sus 50 años deja en claro que hacerla fue un riesgo mayúsculo, que tuvo un rodaje complicadísimo y que fue una apuesta por un joven director que en ese entonces era casi un desconocido: un tal Steven Spielberg, de apenas 27 años.
En poco menos de 90 minutos, TIBURON: LA HISTORIA DE UN CLASICO se las arregla para contar la historia del rodaje, de la influencia que el film tuvo en la carrera de una decena de colegas de Spielberg, de las vivencias del realizador al hacerla y de los enormes problemas de la producción, dándole a la vez un espacio llamativo a la historia de Peter Benchley –el escritor de la novela original, cuya viuda es productora– y al tema del miedo que la película generó en torno a los tiburones. Una larga serie de especialistas en el mundo animal aparecen para hablar del tema –conservación, peligro de extinción, realismo o no del film–, algo que no sorprende del todo tomando en cuenta que esta es una producción de National Geographic, además de Amblin, la productora de Spielberg.

Pero lo central es la película y lo que el documental del prolífico Bouzereau tiene de a montones es material de archivo del rodaje, del estreno, de notas televisivas de la época (de todas las épocas), de objetos guardados o recuperados por quienes trabajaron en el film, de filmaciones en Super-8 y así. Es tal el grado de documentación en imágenes que tiene la película que por momentos uno parece trasladarse a la época, algo que se corta cuando aparecen las más convencionalmente filmadas escenas con entrevistas actuales. Aún así, esas notas son relevantes ya que los que hablan de la influencia que tuvo en ellos la película son James Cameron, Guillermo del Toro, Steven Soderbergh, Jordan Peele y J.J. Abrams, entre otros, junto a varios de los colaboradores de entonces, o amigos de siempre como George Lucas o Robert Zemeckis. Salvo Richard Dreyfuss –que vive pero aparece solo en entrevistas de archivo–, los que no están en la película hoy son porque han fallecido.
Entre lo que se ve acá es especialmente interesante la elocuencia de Spielberg a la hora de hablar de los problemas de un rodaje imposible y pasado de tiempo y presupuesto que lo dejó traumado por años; ver cómo la película afectó y cambió la vida de muchos habitantes de Martha’s Vineyard, el lugar en el que se filmó; las anécdotas de un rodaje tenso entre el mal funcionamiento del tiburón mecánico, la incómoda relación entre algunos actores del elenco (Dreyfuss se llevaba mal con Robert Shaw mientras Roy Scheider tomaba sol) y las presiones del estudio; y el análisis un tanto más específico que se hace acerca de los temas de la película en relación a la obra de Spielberg, sus influencias (Alfred Hitchcock, obviamente) y lo que la propia TIBURON dejó como enseñanza cinematográfica a toda una generación.
Si bien es lateral al tema central, el documental logra incorporar muy bien la historia de Benchley y cómo concibió la novela original –además de su participación en el film–, y lo mismo pasa con el lado más National Geographic del film, ya que logra ensamblar bastante bien los temas de la película –conseguir que el gran tiburón blanco sea parecido al real, el miedo a los tiburones que generó en la gente– con la conservación de esa especie en particular actualmente. Cameron aporta bastante en ese sentido, lo mismo que los documentalistas que ya en esa época colaboraron para que la película tuviera mayor contacto con la realidad filmando verdaderos tiburones haciendo lo suyo.

Para ser un documental oficial y celebratorio típico de los aniversarios, LA HISTORIA DE UN CLASICO es un documental llamativamente sincero, completo y específico, cubriendo muy bien casi todo el universo desplegado por la película. Acaso falte analizar más cómo su éxito alteró la industria del cine –no necesariamente para bien–, pero eso es algo que no es responsabilidad de la película en sí, sino de cómo los estudios entendieron tras su éxito que había que ir abandonando la etapa de hacer «cine de autor» para pasarse a los blockbusters que dominan el cine desde entonces.
Lo curioso, de todos modos, que al ver escenas de la película y recordarlas, uno la sigue sintiendo una película de su época, más cercana del retrato humano y hasta social que caracterizaba al cine de los años ’70 que a la acción pura y dura con personajes formateados que tienen hoy las películas de grandes presupuestos. Solo ver las escenas con los habitantes locales o las ya famosas conversaciones entre los tres protagonistas a bordo del Orca recuerdan que también los éxitos de taquilla pueden ser grandes películas sobre seres humanos que habitan en un mundo que se parece bastante al real.