Estrenos online: crítica de «Devo», de Chris Smith (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Devo», de Chris Smith (Netflix)

Este documental se centra en la carrera de la excéntrica y original banda musical Devo, formada en Ohio en los años ’70 y brevemente exitosa en los ’80. Estreno de Netflix.

Aún en medio del furor de la new wave a fines de los ’70 y principios de los ’80, Devo era una banda rara, peculiar. Dentro de una estética entre post punk y electrónica que aparecía colándose en distintos productos de la cultura pop, Devo eran too much: excesivos, ridículos, exagerados, al punto que muchos no sabían si ellos mismos se tomaban seriamente o si era la banda era una parodia de sí misma. El prolífico director Chris Smith (WHAM!, SR., TIGER KING, AMERICAN MOVIE), un especialista en artistas y personajes llamativos, se mete de lleno con su historia en este muy buen documental centrado en sus inicios y en el modesto pero sorpresivo éxito que tuvieron a principios de los años ’80.

Los que solo los tienen por su icónica imagen (como la foto que abre esta crítica), por su canción Whip It o por los incontables y excéntricos videos que pasaba MTV más de cuatro décadas atrás, Devo quizás ocupe el lugar de una curiosidad en la cultura pop, una que acumulaba de una manera imprecisa todos los devenires musicales posteriores al punk en su versión más extravagante y «divertida». Pero Smith se ocupa en buena medida de un Devo menos conocido por el gran público al hablar de sus orígenes y de su propuesta política desarrollada a través de su música, sus videos, sus entrevistas y sus presentaciones en vivo. Viendo el documental uno puede reconfigurar su memoria y colocar a Devo en una zona más cercana a una banda «artie» y conceptual, más afín a los movimientos estéticos de ruptura del siglo XX que a la explosión de MTV.

Iniciada por Mark Mothersbaugh y Gerald Casale, dos compañeros de la universidad de Kent State, en Ohio, sobrevivientes de aquella trágica represión policial de 1970, Devo se origina en ideas que intentan romper con lo que ambos –entrevistados en la actualidad– consideraban el tedio del rock corporativo, la crisis política del país y lo que, en términos generales, llamaban la «complacencia y estupidez» del norteamericano consumidor promedio, con la estética publicitaria y la lógica televisiva correspondiente a esa época. Y lo hacían usando muchas veces esos mismos materiales, del modo que lo han hecho artistas visuales o conceptuales, del dadaísmo a Andy Warhol. Y ese espíritu es el que atraviesa sus primeros años y el que les generará luego una ambigua y muchas veces autodestructiva relación con el éxito.

El documental se ocupará luego de sus años de éxito (breve, pero éxito al fin), de su crecimiento comercial, de sus problemas con los sellos discográficos, de su rara y excéntrica recorrida por el mundo de la TV –eran entrevistados peculiares, por sus atuendos, sus respuestas o su constante tono irónico– y del final de esa etapa, sin explorar casi nada lo que pasó desde entonces hasta ahora. Pero lo relevante está aquí: sus peculiares videos, sus canciones pop siempre un poco pasadas de rosca, sus vestuarios más conocidos y, sobre todo, la manera en la que reflexionan ahora sobre esos pocos años de insólita «gloria» en los que una banda de artistas conceptuales se transformaron en poco convencionales estrellas de la música pop.

Fue una banda admirada por David Bowie e Iggy Pop, los produjo Brian Eno y hasta Mick Jagger aceptó que hagan una remake inquietante de Satisfaction, entre muchos otros que los consagraron a fines de los ’70, incluyendo los que copiaron su estilo, sus ideas y hasta su innovación en el arte de hacer videoclips y promocionar su imagen de maneras más propias del pop art que del mainstream. Pero Mothersbaugh, Casale y el resto de los que opinan lo hacen sin nostalgia ni dramatismo sino con bastante humor y aceptando la lógica absurda que había en juego entre lo que Devo (se pronuncia Divó) proponía y las necesidades comerciales del sello (Warner) que los tenía bajo contrato. Y este documental se mete en medio de esa contradicción, celebrando a una banda que decía venir del espacio exterior y que se quedó a vivir con nosotros al menos durante unos años.