
Locarno 2025: crítica de «With Hasan in Gaza», de Kamal Aljafari (Competición Internacional)
Este documental, armado con materiales filmados en 2001, es una reflexión cinematográfica sobre la memoria, la pérdida y el paso del tiempo, que retrata una Gaza del pasado y vidas que quizá nunca se vuelvan a encontrar. En la Competición Internacional del Festival de Locarno.
El documental WITH HASAN IN GAZA es, de algún modo lateral, un found footage film, solo que con una característica particular: el que filmó ese material es el propio director de la película. El detalle es que esas imágenes las filmó en 2001, las dejó guardadas en algún cajón y se reencontró con los MiniDVs ahora, en un momento bastante doloroso en relación al lugar en el que transcurre. Lo que Aljafari grabó entonces junto a un guía llamado Hasan fue un recorrido por Gaza en busca de Abdel Rahim, un hombre con quien compartió un tiempo de prisión en 1989 –época de la Primera Intifada– y del que no supo más nada. Y si bien el registro de 2001 se centra en esa búsqueda, lo central en el film es el retrato que hace de una Gaza que ya no existe tal como se la ve aquí.
Si uno desconoce ese detalle al sentarse a verla podrá creer que es una película grabada hace no tanto tiempo, por lo que shockea enterarse que el registro es tan, si se quiere, antiguo. Lo que Aljafari nos muestra acá es un recorrido en auto por diversas ciudades, aldeas, playas y campamentos de refugiados tal como estaban en esa época, una que ya atravesaba permanentes conflictos con Israel, pero que no tenían la virulencia de los que vienen sucediéndose hace casi dos años, cuando el sangriento ataque terrorista de Hamas a ese país provocó una devastadora, desproporcionada e interminable respuesta de parte del gobierno israelí.
La confusión puede darse, además, porque el film muestra cómo los ciudadanos de Gaza ya vivían entonces en constante temor por misiles y ataques desde la frontera, saliendo a la calle con cuidado y en determinadas horas, llorando a sus muertos y quejándose de los controles, de las fuerzas de seguridad y con la sensación de vivir en una prisión. En el interín –en un eje que queda en segundo plano–, Kamal y Hasan buscan al tal Abdel, aunque en todo momento queda claro que la búsqueda es más que nada una excusa para hacer ese recorrido, mostrar el país y, sobre todo, hablar con la gente acerca de sus vivencias y su largo sufrimiento.

«Es la primera película que nunca hice», ha dicho el realizador de A FIDAI FILM y RECOLLECTION, cuyo debut cinematográfico fue en 2006, con un film titulado THE ROOF en el que pensaba usar este material pero al final no lo hizo. Lo llamativo del documento tiene que ver con que muestra, a la vez, las diferencias y las similitudes entre los dos momentos. No estamos ante un «paraíso perdido» ni nada por el estilo sino ante una etapa un tanto menos virulenta del conflicto que, en función de las cosas que han sucedido, hoy parece un tanto más tolerable.
Pero de otro modo, lo que la película deja en claro –para los que recién se enteraron del tema en 2023– es que se trata de una situación tensa, violenta y dolorosa desde hace muchos años. De hecho, la época que muestra el film coincide con la de la llamada Segunda Intifada de 2000, que marcó el comienzo de los ataques con cohetes de un lado al otro de la frontera. Para cuando la película se filmó, ya existía el muro que se levantó en la primera mitad de 2001 y que limitó fuertemente el movimiento de los habitantes de Gaza, tanto en la frontera con Israel como con la de Egipto.
Mientras chicos juegan en la playa y adultos pasan su tiempo en bares, es inevitable pensar qué pudo haber pasado con todos ellos en el tiempo que transcurrió desde entonces. Quizás muchos de esos niños que miran a cámara y sonríen hoy, por distintos motivos, ya no estén entre nosotros. Y de las ciudades más o menos enteras que vemos mientras el auto de Hasan avanza de norte a sur por el país, quizás solo queden las ruinas.