Series: crítica de «Merlina – Temporada 2/Parte 1» («Wednesday»), de Alfred Gough y Miles Millar (Netflix)

Series: crítica de «Merlina – Temporada 2/Parte 1» («Wednesday»), de Alfred Gough y Miles Millar (Netflix)

En la primera parte de la segunda temporada, Merlina Addams regresa a la Academia Nevermore para investigar un nuevo misterio y una serie de crímenes enigmáticos. Con Jenna Ortega, Catherine Zeta-Jones y Steve Buscemi. En Netflix.

Tres años después de su estreno, MERLINA tiene una segunda temporada que llega dividida en dos partes: el 6 de agosto se estrenó en Netflix la primera, de cuatro episodios, y el 3 de septiembre se estrenarán los cuatro siguientes. El formato es una nueva estrategia que la compañía viene experimentado en series como STRANGERS THINGS y COBRA KAI y quizás esté relacionado con algún dato o algoritmo que manejan y que les permite detectar que mucha gente no llega al final de una temporada de ocho o diez episodios si se lanza toda junta. Suena una buena decisión, ya que cuatro o cinco episodios son manejables en un binge, mientras que el doble puede ser un exceso.

Para eso, es necesario una estrategia narrativa que pueda convivir con esa decisión. Y MERLINA la tiene. Los cuatro episodios narrados aquí, más allá de algunos detalles, bien podrían conformar una historia completa y cerrada. La secuela de la exitosa primera temporada de la serie derivada del universo de LOS LOCOS ADDAMS funciona de manera más enfocada que la primera, con una idea narrativa y un misterio que –al menos hasta el momento– parece más claro e identificable que en la primera, y con la protagonista ya transformada en una suerte de detective amateur que, desde su lugar de estudiante de la Academia Nevermore, se dedica a resolver casos y crímenes misteriosos.

Merlina –una Jenna Ortega que captura a la perfección al tono seco, irónico y lúgubre de la protagonista– regresa a la Academia convertida en una celebridad tras los sucesos de la primera temporada y, previsiblemente, no hay nada que la incomode más que eso. Tras pasarse el verano persiguiendo asesinos seriales, apenas llega a la institución que ahora dirige el Principal Barry Dort (Steve Buscemi) se encuentra con otra situación intrigante: una serie de crímenes en los que a los muertos les sacan los ojos y que, de alguna manera, parece conectarse con unos raros cuervos que rondan de modo amenazante la institución y el pueblo de Jericho. Sus visiones a futuro le permiten imaginar peligros que la tocan de cerca y eso la hace actuar para resolver el caso.

A partir de ese eje se despliega el mundo creado por Alfred Gough y Miles Millar con Tim Burton no solo como director de dos episodios (el primero y el cuarto; los otros dos son del español Paco Cabezas) sino como inspiración estética de cada plano y diseño. Si a eso se le suma la música de Danny Elfman, es inevitable colocar a MERLINA en el centro del universo Burton. De hecho, se podría decir que es mejor que varias de sus películas del 2000 para acá. La diferencia con la más cansina temporada 1 quizás pase por su brevedad (uno en realidad analiza acá media temporada), pero tengo la impresión que tiene más que ver con que todos parecen tener más claro qué están contando y cómo hacerlo.

En términos básicos, la segunda temporada tiene más participación de la familia Addams, con mamá Morticia (Catherine Zeta-Jones) estando más presente en los episodios y dando pie a abrir las puertas de la mitología familiar; lo mismo que su hermano menor Pugsley (Isaac Ordoñez), que ahora concurre también a la Academia y tiene su propia subtrama con un peculiar monstruo, y el Tío Lucas/Fester (Fred Armisen). Reaparecen también algunos personajes de la primera, tanto dentro de la institución (su amiga Enid, principalmente, y Bianca) como fuera (ya verán quienes regresan), a los que se suman una serie de nuevos personajes que pueden o no estar ligados a los misteriosos eventos de esta temporada, interpretados por reconocidos actores como Thandiwe Newton, Heather Matarazzo, Billie Piper, Christopher Lloyd, Anthony Michael Hall y Frances O’Connor, entre otros.

Más allá de algunos desvíos y caprichos narrativos ocasionales que se sienten derivativos o intentan acercarse al universo HARRY POTTER (una competencia organizada en el tercer episodio tiene algo de eso y no funciona), la segunda temporada de WEDNESDAY se apoya de una manera aún más contundente que la primera en el universo de Edgar Allan Poe, con incontables referencias a su obra, que incluyen desde un retrato del autor –que aparece como si fuera el alumno más famoso de esa institución de outcasts— al eje temático (los cuervos) de la temporada, pasando por un personaje monstruoso que parece derivado de su cuento EL CORAZON DELATOR y cuyo mítico origen Burton filma con su característico estilo de animación.

La historia cierra, hasta cierto punto, dejando abiertas muchas puertas para la continuación, una que tranquilamente podrían ser parte de otra temporada. Quizás sea interesante volver a pensar en las temporadas de las series de esta manera, más cercanas a los viejos seriales cinematográficos: como historias un tanto inconclusas que continuarán. El mundo de MERLINA ya es lo suficientemente amplio y tiene una cantidad tal de personajes que bien podría funcionar de una manera más cercana al comic original o a la serie de TV que hizo famosa a su familia. El formato detectivesco que la serie propone es ideal en ese sentido. Y como el propio Poe que la inspira –un autor que escribió decenas de cuentos y poemas pero hizo solo una novela–, debería seguir confiando en la potencia y el impacto de la brevedad. Que es relativa en el caso de las series –cuatro episodios duran como dos películas–, pero en estos tiempos cuenta como tal.