Venecia 2025: crítica de «Anoche conquisté Tebas», de Gabriel Azorín (Giornate degli Autori)

Venecia 2025: crítica de «Anoche conquisté Tebas», de Gabriel Azorín (Giornate degli Autori)

por - cine, Críticas, Festivales
30 Ago, 2025 01:22 | Sin comentarios

Este film español, rodado en unas termas gallegas, se centra en distintos grupos de amigos que pasan la noche en ellas y confiesas sus miedos y secretos.

El tiempo es un flujo continuo que va y viene en ANOCHE CONQUISTE TEBAS, la opera prima del director español Gabriel Azorín filmada en su totalidad en las termas romanas de Bande, en Galicia. Allí hay personas que están en el presente, otras en el pasado y unas más en alguna zona en la que ambos tiempos confluyen o parecen confluir. Es, más que nada, un escenario que sirve como remanso, la literal calma del guerrero, el paisaje después de la batalla. Hay (o hubo) una guerra en juego para algunos y, para otros, es un paseo turístico. En el medio, se desarrollan las historias. O, más que historias, las relaciones entre los personajes.

Es un film calmo, reposado, que propone un tono y un ritmo enigmático. De a poco, lo que parece ser del ámbito del fantástico se vuelve más real para luego regresar a lo imaginario. O, al menos, a la sensación de que en esas termas cada grupo de personajes las habita en tiempos distintos. Los primeros que vemos son unos jóvenes portugueses que han cruzado la frontera hacia España para meterse en estos baños termales luego de una guerra. En sus conversaciones –en las que se habla de streamers y youtubers– entenderemos que se trata de una guerra virtual, algún juego online tipo Ancient Wars en el que todos participaron. Azorín los dejará para ocuparse de otro grupo: unos turistas que visitan esas mismas termas conducidos por una guía que explica su importancia y valor histórico.

Pero la película en sí comenzará luego, cuando empieza a caer la tarde y nuestros jóvenes amigos se relajen en las aguas y comiencen a conversar, a contarse intimidades, a sacar a la luz en la oscuridad sus miedos, sus sentimientos, esos secretos inconfesables que solo se pueden decir estando en el agua y bajo la luz de las estrellas. Son António (Santiago Mateus) y Jota (António Gouveia) los que se quedan allí y confiesan sus sentimientos, miedos y emociones.

No son los únicos. En esas mismas termas, quizás en la época de alguna épica batalla siglos atrás, soldados que vienen de una guerra real pasan por las mismas cosas, atraviesan una situación similar. Hay un hombre que perdió una pierna y los otros lo ayudan a meterse al agua. Y hay dos, Aurelius (Oussama Asfaraah) y Pompey (Pavel Čemerikić) que tienen una conversación con algunos puntos de contacto con la otra: dos hombres confesando sus sensaciones y el miedo a perder el contacto con el otro.

Más allá de algunos apuntes visuales propios de un estudio astronómico de las constelaciones y algunos planos aéreos, ANOCHE CONQUISTE TEBAS –que hace desde el título una referencia al Batallón Sangrado de Tebas, el pelotón griego de parejas homosexuales que venció a Esparta en varias batallas– se mantiene cerca de las aguas y de los cuerpos y rostros de sus protagonistas. Ese tono homoerótico recorre toda la serie de conversaciones, pero la película no solo se detiene en eso sino que presenta el lugar como un espacio en el que los hombres, que habitualmente no confiesan este tipo de sentimientos, se ven llevados a hacerlo.

Un film reposado, que se conecta con la obra más experimental y lírica de cineastas gallegos contemporáneos (Lois Patiño es una referencia inevitable), el de Azorín es también una historia de amistades, de confesiones y, sobre todo, un ejercicio cinematográfico que se apoya en elementos esenciales –como la tierra, el agua, la luz (o la falta de ella)– para acompañar esta serie de diálogos íntimos. «Me interesaba hablar de mis relaciones de amistad con otros hombres –expresaba Azorín en una entrevista reciente–. La intimidad, la conversación, hablar de cosas importantes o mostrarte vulnerable parece que no son para personajes masculinos. A mí me interesaba mucho hablar de la amistad masculina y mostrar su lado vulnerable». Y eso es exactamente ANOCHE CONQUISTE TEBAS: un remanso bello y poético en el que descansar y soltar las tensiones después de la batalla de cada día.