
Estrenos: crítica de «Together – Juntos hasta la muerte», de Michael Shanks
Este film de terror se centra una pareja que, luego de mudarse, se topa con una entidad sobrenatural que amenaza su relación y su propio cuerpo. Con Dave Franco y Alison Brie.
El body horror ha siempre sido usado para lidiar con asuntos psicológicos y personales de variada profundidad. Un podría ir a los clásicos de David Cronenberg (de SHIVERS a LA MOSCA, pasando por muchas otras) o, mucho más cerca en el tiempo, a LA SUSTANCIA, un film que se metía adentro del cuerpo de su protagonista para hablar de la obsesión por la juventud y la lozanía. TOGETHER hace algo similar pero con una pareja, utilizando un tono de comedia negrísima para hablar de la codependencia y de los tortuosas que pueden llegar a ser las relaciones románticas. Acá, una pareja que se muda a vivir junta empieza a quedar, literalmente, pegada entre sí.
No sucede así nomás. Millie (Alison Brie) es una maestra que ha conseguido trabajo en un suburbio y, junto a su novio Tim (Dave Franco), han decidido mudarse e irse a vivir allí. Tras un prólogo en el que vemos a la policía buscar a una pareja en el bosque para terminar topándose con unos amenazantes perros actuando de manera medio rara en medio de una caverna, la película los encuentra a ellos en una fiesta de despedida con amigos de la ciudad. Allí se produce una incómoda situación cuando Millie le pide simbólicamente matrimonio a Tim en público y él, sorprendido, duda unos segundos antes de aceptar.
Pese a ese momento raro, los dos se mudan juntos e intentan armar su vida en este lugar en el que, al parecer, salvo por la desaparición misteriosa de una pareja, nunca pasa nada grave. Un día, ambos, caminando por el bosque, se terminan cayendo en una extraña caverna en la que hay unos símbolos raros, un líquido viscoso y un agua estancada allí de la que Tim, con sed tras horas de no poder salir de ahí, termina tomando. Una vez que logran volver a su casa, las cosas empiezan a ponerse raras. Es Tim, de hecho, quien ya venía un tanto perturbado por historias personales y por su carrera como músico que no va para ningún lado, el que empieza a actuar de un modo extraño que, si no fuera alguna extraña brujería, uno podría denominar como needy: pesado, denso, lo que se diría un tanto cargoso.

En esos ataques que tiene y en los que parece actuar entre poseído y sonámbulo, Tim se vuelve obsesivo, dependiente, no quiere dejar la casa para irse a ensayar y Millie empieza a irritarse con él. Lo curioso es que, cada vez que se tocan, se juntan o tienen sexo, empiezan a quedarse literalmente pegoteados: en la boca, en los brazos y hasta en zonas más íntimas. En medio de una situación que se va volviendo cada vez más absurda y peligrosa, es evidente que ambos terminarán preguntándose qué cuernos les está pasando.
Cuál es la respuesta al problema es mucho menos interesante que el problema en sí. En TOGETHER, previsiblemente, habrá una respuesta relativamente elaborada y bizarra ligada a qué les pasa, de dónde viene y cuál es el motivo u objetivo. Y si bien eso será entretenido en términos puramente narrativos –cada intento de buscar una solución los pegotea más que el anterior–, lo verdaderamente inquietante de la película pasa por la manera en la que mira, de una manera graciosa que es a la vez terrorífica, una situación bastante común en parejas que viven «el uno para el otro» y en la que hay uno, especialmente dependiente, que no sabe, no puede o no quiere vivir sin la otra persona.
Brie y Franco son pareja en la vida real desde 2017 y eso le da un plus a esta extravagante e intensa opera prima del realizador australiano. No solo por la facilidad que tienen ambos para actuar físicamente pegados entre sí sino, uno supone, por la carga intrínseca que le suman por su propia relación, ya que aquí pueden jugar con sus miedos, tensiones, obsesiones personales y las que tienen como pareja. Hay escenas, como una de sexo que tiene lugar en un baño, que está jugada con una mezcla de humor y pasión que se disfruta aún más por la picardía que ambos le ponen a la «pegajosa» situación. Y esa conexión entre ficción y realidad llega a su máximo esplendor en un divertido y a la vez un tanto inquietante plano final.
Pero TOGETHER va más allá de esa conexión autobiográfica, ya que aún con sus limitaciones específicas ligadas a tener que encontrar una elaborada razón sobrenatural que lo explique todo –con lo que eso implica narrativamente–, el film se las arregla para mirar de manera ácida y bastante directa en ese perturbador universo que existe, o que puede existir, por detrás de eso que llamamos «amor para toda la vida».



