San Sebastián 2025: crítica de «Flores para Antonio», de Isaki Lacuesta y Elena Molina (Fuera de Concurso)

San Sebastián 2025: crítica de «Flores para Antonio», de Isaki Lacuesta y Elena Molina (Fuera de Concurso)

por - cine, Críticas, Festivales
22 Sep, 2025 05:28 | Sin comentarios

Una hija se dispone a buscar la verdad sobre quién fue su padre, un músico legendario, fallecido cuando ella tenía 8 años. Él es Antonio Flores, ella la también célebre actriz Alba Flores. Alba dejó de cantar al perder a Antonio y ahora se dispone a recuperar su voz y su historia, preguntando por primera vez a sus familiares y amigos.

Una de las líneas de la filmografía del realizador español Isaki Lacuesta pasa claramente por la música. Su relación con ella ha sido constante desde LA LEYENDA DEL TIEMPO a SEGUNDO PREMIO, la mayoría de las veces trabajando en zona en la que ficción y documental se combinan de formas originales. FLORES PARA ANTONIO es, dentro de ese esquema, una película más tradicional, una biopic familiar con mucho material de archivo, historias inéditas y una inusual carga dramática.

Codirigida por Elena Molina (ARCHIPIELAGO), la película es una suerte de investigación y recuperación de la vida de Antonio «El Loliyo» Flores, uno de los hijos de Lola Flores, cantante, guitarrista, compositor y también actor con una vida intensa y compleja que acabó mucho antes de lo esperado, ya que falleció a los 33 años poco después de la muerte de su mítica madre. La que a partir de estos archivos quiere saber más de él es su hija, la actriz Alba Flores (LA CASA DE PAPEL), quien tenía apenas ocho años cuando falleció y que, pese a venir de una familia musical, ha dejado de cantar.

El documental recorre la historia familia atravesando la fama, el éxito y también algunas «intensidades» de la vida de Antonio a partir de haber nacido en el seno de una familia muy famosa, ya que su madre era entonces quizás la figura más popular y reconocida del país. Habrá en este documental un recorrido de entrevistas familiares (su madre, sus tías Lolita y Rosario, decenas de colaboradores, amigos y músicos que trabajaron con Antonio, incluyendo a Joaquín Sabina y Ariel Rot, entre muchos otros) y mucho material de archivo que va desde lo personal –Super 8 y video familiar típico de los años ’90– hasta los shows y las apariciones públicas y mediáticas de su padre.

Antonio tuvo una carrera marcada por claros altibajos. Exitos tempraneros, desapariciones del mapa, consumos problemáticos, retornos, recaídas, una consagración como compositor, otro reingreso, siempre en ese estilo de cantautor rockero/gitano de pelo largo, chaqueta de cuero, y canciones sentidas de raigambre folk-rock con toques de estilo que fueron volviéndose más locales con el paso del tiempo. De hecho, Rot recuerda lo llamativa que era su figura en unos años ’80 en la que esa moda de «rockero hippie» había pasado de largo, rechazada por la modernidad de la época pero recuperada a inicios de los ’90.

FLORES PARA ANTONIO no es de las propuestas más radicales y creativas que Lacuesta usó en otras de sus biografías o películas musicales y su registro por momentos entra en un tono emotivo/dramático un tanto más convencional. Se entiende, claro, que el estilo responde también al personaje y al mundo que habitaba, ya que Antonio se manejaba en un estilo más tradicional y esa parte de «intensidad dramática» responde en parte a ese mundo. En ese sentido, la película se adapta al tema y al personaje con el que trabaja. Y funciona acorde a sus códigos. Lo que no se negocia es la honestidad. Y eso se respira en cada fotograma de esta emotiva película.