San Sebastián 2025: crítica de «Siempre es de noche», de Luis Ortega (Zabaltegi-Tabakalera)

San Sebastián 2025: crítica de «Siempre es de noche», de Luis Ortega (Zabaltegi-Tabakalera)

por - cine, Críticas, Festivales
26 Sep, 2025 01:08 | Sin comentarios

Este mediometraje del director argentino se centra en una joven y un poeta con una rara condición física que viven en una casa sin conexión con el exterior. Un día toca el timbre un afilador de cuchillos que se enamora a primera vista de la joven. Y los problemas comienzan.

Onírica, pesadillesca y lynchiana, entre el absurdo, el musical y la pura experimentación, SIEMPRE ES DE NOCHE es un mediometraje lúdico y personal de Luis Ortega, un regreso a ciertas fuentes de su cine y a algunas de sus obsesiones luego de una serie de largometrajes de corte un tanto más comercial. Si bien las películas más accesibles suyas, como EL ANGEL y EL JOCKEY, tienen momentos que dejan entrever las peculiares y personales obsesiones del director –esas que se veían mucho más en CAJA NEGRA o DROMOMANOS, entre otras–, en este film aparecen con toda su fuerza, marcando las claras conexiones de la obra del realizador argentino con una personal y melancólica versión del surrealismo.

Si hay una historia para contar aquí es la de la inusual pareja que componen una chica (Ornella D’Elia), que siempre carga con un fusil en la mano, y un poeta con una extraña condición física (Matías Fernández Burzaco) que obliga a tenerlo siempre bajo cuidado de una profesional. El hombre le ha prometido a sus editores (Daniel Fanego y Osqui Guzmán) un nuevo libro y quizás lo que veamos de allí en adelante sea exactamente eso, su creativa y afiebrada imaginación inventando una personal historia.

En ella aparecerá un extraño afilador de cuchillos que luce como un fisicoculturista, tiene voz femenina y la cara siempre cubierta por un casco, curioso personaje por el que la chica también se interesa. Ella quedará embarazada, tendrá un niño –de quién es el chico no sabemos– y su relación con el poeta entrará en crisis, obligándola a irse a a vivir con su madre (María Onetto), una mujer con claros problemas de salud mental.

Pero describir la trama es algo secundario aquí. Lo central es observar y vivenciar las escenas y momentos de corte surrealista que Ortega propone: algunos números musicales (con canciones de Piero o de su padre, Palito Ortega), diálogos extravagantes, momentos lisérgicos y, principalmente, una puesta en escena y una escenografía propias de una película muda o de una obra teatral de corte vanguardista.

La estética de SIEMPRE ES DE NOCHE tiene una clara conexión con la obra de David Lynch, si bien es algo más luminosa en su tratamiento del color y en ciertas decisiones estéticas. De hecho, se pueden ver elementos de ERASERHEAD y de EL HOMBRE ELEFANTE en los personajes y en el mundo que habitan. Filmada en 2023, el film funciona también como un homenaje a Fanego y Onetto, dos actores que fallecieron poco después de haberla filmado. A su modo, el film de Ortega es una excelente despedida: una película con la honestidad y la visión que ellos también le aportaron a sus respectivas carreras.