Estrenos online: crítica de «Amor + Guerra» («Love+War»), de E. Chai Vasarhelyi & Jimmy Chin   (Disney+)

Estrenos online: crítica de «Amor + Guerra» («Love+War»), de E. Chai Vasarhelyi & Jimmy Chin (Disney+)

Este documental sobre la fotógrafa de guerra Lynsey Addario alterna entre sus impactantes coberturas en zonas de conflicto y su vida familiar, reflexionando sobre el género, el sacrificio y el acto de ser testigo de la historia.

Los prolíficos directores de FREE SOLO y THE RESCUE son los encargados de contar aquí la historia de la reportera gráfica Lynsey Addario, una de las pocas mujeres que cubren frentes bélicos y zonas de conflicto en el mundo. Producida por National Geographic, la película se puede dividir en dos partes muy claras: el trabajo de campo de Lynsey y su vida personal/familiar, afectada claramente por las largas etapas que ella pasa en los sitios alejados en los que trabaja. Lo específicamente laboral que muestra el film es, más allá de discusiones específicas sobre estética de la fotografía bélica, bastante impactante, mostrando a Addario en situaciones complejas y durísimas tanto en Ucrania como en Medio Oriente o en Africa del Norte. La parte familiar es bastante más convencional y es el tipo de material que la propia fotógrafa critica cuando se lo preguntan en entrevistas.

Es que uno de los temas centrales de LOVE+WAR pasa por entender cómo hace Lynsey para hacer lo que hace y a la vez ser madre de dos hijos pequeños. Y eso, que la película muestra, es lo que normalmente ella odia que le pregunten en entrevistas ya que es algo que jamás se mostraría en tal nivel de detalle si el fotógrafo fuera hombre. Al elegir ese eje, los realizadores terminan por traicionar al personaje. En realidad, tomando en cuenta que ella es partícipe de la propuesta y se filma en la intimidad con su familia, es ella la que se traiciona a sí misma marcando una diferencia en la que dice no creer. Si no hay conflicto entre ser mujer y fotógrafa de guerra, todo esto que el film muestra es por completo irrelevante. O, al menos, debería ocupar un lugar muy secundario en el documental.

Fuera del ámbito familiar –la parte «Guerra» de la que habla el título–, la película crece y mucho, más que nada en mostrar en detalle el contexto de algunas de sus fotografías más conocidas, las sensaciones vividas en esos peligrosos lugares, las experiencias atravesadas y la manera en la que esas fotos han producido impacto tanto periodístico como social. Es que, además de las coberturas de zonas bélicas o en conflicto social (Ucrania, Gaza, Afganistán, Iraq, Libia, Sudán del Sur y muchos más), Addario ha hecho trabajos cubriendo injusticias y crueldades con mujeres en muchas de esas zonas, trabajos que tuvieron repercusión por el drama humano que narran.

La película se va centrando en momentos específicos de cada tarea. La famosa foto de una familia acribillada en Ucrania, el seguimiento de una mujer soldado allí, cuando a ella la secuestraron junto a otros periodistas estadounidenses y otras similares. Algunas se cuentan mediante entrevistas y muchas son mostradas con materiales filmados en el momento y recuperados en el film. Allí se la ve en su elemento ya que, aún con los conflictos personales que le genera el tipo de trabajo que hace (siendo o no mujer, es algo que afectaría a cualquiera), es claro que se trata de su pasión y parece decidida a seguir arriesgando su vida fotografiando situaciones difíciles en lugares peligrosos.

En esas situaciones hay atisbos de una gran película que capta no solo el trabajo y la adrenalina sino las reflexiones de la fotógrafa acerca del valor que tiene lo que hace y los motivos que la llevan a hacerlo. Más allá de eso, por más que resulten tiernas las escenas con sus hijos o las anécdotas que cuentan sus hermanas, no hay tanta tela para cortar y lo que se ve es un personaje admirable y esforzado que trata de congeniar su trabajo con su familia, como tantas otras personas.