
Estrenos online: crítica de «La hora de los valientes», de Ariel Winograd (Netflix)
El realizador argentino dirigió en México una remake de la clásica comedia policial de su colega y compatriota Damián Szifron, ‘Tiempo de valientes’. Estreno de Netflix.
El proyecto suena por lo menos curioso. Si bien no es una rareza que una película argentina tenga una remake en otro país –en este caso, en México–, sí lo es el hecho que su director sea argentino. Y no el mismo que dirigió la original, sino otro, cercano generacionalmente. La hora de los valientes es una remake de la película que consagró a Damián Szifron, Tiempo de valientes, realizada en México, con actores de ese país y una productora argentina (K&S, la misma del film original) encabezando el asunto. La extrañeza del combo la da que el director sea Ariel Winograd, otro cineasta argentino, quien filma con esta su cuarta película en ese país, tras comedias como Tod@s caen, ¿Y cómo es él? y Una pequeña confusión.
El director de Mamá se fue de viaje, El robo del siglo y creador de las series Menem y Coppola: el representante viene haciendo casi una carrera en paralelo en ese país. Se lo nota cómodo y manejando con oficio el formato de la comedia con toques de acción que es una de las características de su cine. La hora de los valientes, de hecho, si bien es una remake, lo que hace es tomar el punto de partida y el planteo original de aquel film de 2005 con Diego Peretti y Luis Luque, y lo modifica para adaptarlo a algunas lógicas de ese país pero, más que nada, para llevarlo a un territorio que le es más cómodo al realizador. Uno que no es tan distinto al de Szifron, pero que igualmente tiene sus diferencias.

Aquí, Luis Gerardo Méndez (Narcos: México, Club de cuervos) y Memo Villegas hacen los personajes antes interpretados por Peretti y Luque. El primero es Mariano Silverstein, un psicólogo nervioso que tiene que cumplir una tarea comunitaria y termina siendo asignado a acompañar a Alfredo Díaz, un policía deprimido que acaba de descubrir que su mujer lo engaña. Si bien no parece apto para la tarea de meterse en las actividades de la policía, el tal Silverstein termina lidiando con un caso que involucra a los Servicios de Inteligencia y al tráfico de armas. A la par descubre –en este caso es idéntico al film original– que su propia mujer también lo engaña, lo cual acrecienta su conexión con Díaz.
Un poco más virada a la acción que el film argentino –y con el ángulo psicoanalítico abandonado bastante rápidamente–, la versión mexicana ofrece algunos recursos humorísticos que el realizador de Permitidos maneja con soltura y conocimiento, dándole espacio al lucimiento y a la repentización de sus protagonistas, en especial del muy carismático Mendez, que utiliza un peculiar acento y posee un timing cómico muy personal que hace recordar, por momentos, al de Daniel Hendler. Por lo demás, La hora de los valientes sigue siendo la historia de dos hombres engañados por sus mujeres que descubren que poner manos a la obra es la mejor forma de lidiar y potencialmente superar sus respectivas crisis.
En una entrevista reciente Winograd contó que Szifron vio su versión de la película, que «quedó encantado e hizo muy buenos comentarios” de ella y que su film es lo suficientemente distinto al original como para ameritar una segunda visión. Es de todos modos curioso que lo que fue en un momento un film argentino relativamente novedoso y original hoy sea parte de un engranaje si se quiere internacional distribuido por Netflix, uno que además tiene –si se juzga su final, bastante parecido también al original– una potencial continuidad en el tiempo. No es que la remake de Winograd traicione el espíritu del film de Szifron. Para nada. Lo interesante es analizar los veinte años que pasaron desde aquella película y ver cómo ya tomó espíritu de clásico. Y como los clásicos, más temprano que tarde, pueden terminar convirtiéndose en franquicias.



