Series: reseñas de «Curb Your Enthusiasm», «Better Things», «One Mississippi», «Broad City»

Series: reseñas de «Curb Your Enthusiasm», «Better Things», «One Mississippi», «Broad City»

por - Críticas, Series
10 Dic, 2017 12:28 | Sin comentarios

Cuatro comedias de media hora cuyas últimas temporadas no están por ahora en Netflix prueban que hay vida inteligente más allá de lo que la compañía dominante del mercado tiene para ofrecer.

En cierto punto, Netflix se ha vuelto el Blockbuster de esta generación. Así como en los años ’90 muchísimas personas tenían a esa cadena de videoclubes como el lugar en el que obtener todos sus placeres cinematográficos (más adelante vinieron las cajas de DVD de temporadas de series), hoy gran parte de la gente usa el sistema streaming de Netflix de similar manera. Y, en ambos casos, se someten a las mismas limitaciones. Así como Blockbuster parecía muy amplio en su oferta, en realidad tenía una cantidad limitada de productos, dejando afuera muchas cosas, en especial cine clásico e independiente. Algo similar sucede con Netflix: si bien su oferta puede ser más amplia y parecer inacabable, también está reducida por muchos factores: no hay casi nada de cine clásico, ni de autor europeo y cada vez más las series originales dominan el panorama. Además, por cuestiones de derechos, no tienen (o las tienen tiempo después) muchas series que se emiten en otros canales. Si a eso se le suma que los propios canales que las emiten no las traen a América Latina o las traen tarde, quien se queda «atado» a la buena pero insuficiente oferta de Netflix se ve limitado en lo que puede ver en el rubro.

Este post rescata varias series cuyas nuevas temporadas no están en Netflix (y algunas, como las de HBO, acaso jamás lo estén) con la intención de que descubran que hay vida más allá de eso. No solo en cine –lo cual es obvio, ya que ahí sí la oferta es claramente limitada y/o tardía, salvo los estrenos exclusivos– sino también en series, como fueron los casos de THE HANDMAID’S TALE y BIG LITTLE LIES, por citar solo algunos. El post tiene otra particularidad: solo se limita a comedias de media hora, las que salvo en ciertos casos no reciben en mi opinión la atención merecida aunque cumplen un rol importante (es un break menos adictivo y generalmente más amable que los dramas o policiales de una hora) y suelen tener una calidad promedio, creo, mejor que las otras.

Así que aquí vamos con algunos ejemplos, en orden de calidad.

 

BETTER THINGS (Temporada 2)

La serie creada por Pamela Adlon y el hoy «malogrado» Louis CK es una de las mejores comedias televisivas, narrando la vida de una actriz y comediante (claramente inspirada en su propia vida), separada, que lidia con su trabajo, sus tres intensas hijas (bah, al menos dos de ellas) y su peculiar madre. Muchos de los episodios están coescritos por Louis CK lo cual seguramente generará mucha confusión a quienes les cuesta separar esta historia claramente feminista –centrada en los divertidos pero por momentos muy intensos esfuerzos y sacrificios de la protagonista por lidiar con todos sus asuntos personales, incluyendo algunas tortuosas relaciones amorosas– con el hombre cuyas situaciones de acoso sexual fueron brutales para su carrera y decepcionaron a muchos.

No es exagerado decir que BETTER THINGS es una versión californiana y femenina de LOUIE, ya que poseen la misma lógica y personajes definidos por su capacidad de ser geniales y amables en un momento, e insoportables en otros. Acaso el personaje de Adlon sea un tanto menos autocrítico que aquel, ya que la serie –salvo algunos momentos– la muestra como una madre sacrificada que tiene que atender cinco frentes de batalla a la vez, en especial los que le presentan sus muy ingeniosas y ácidas pero definitivamente caprichosas hijas mayores, además de su familia extendida: madre, amigos, parientes lejanos, ex maridos ausentes y curiosos pretendientes.

Más allá del por momentos caótico estilo de vida que maneja, lo que la serie finalmente revela con muchísima inteligencia y sutileza es la manera en la que una familia «moderna» puede ser amorosa y comprensiva más allá de que en apariencia lo que pareciera imperar es el maltrato, la agresión y el reclamo constante. Adlon, con su humor seco, su mirada (auto) crítica y su fuerte tendencia a evitar los más groseros sentimentalismos, crea un retrato creíble, complejo y humano de una familia sostenida –en todos los sentidos posibles– por una mujer que hace milagros para ocuparse de que su universo se sostenga en pie.

 

CURB YOUR ENTHUSIASM (Temporada 9)

Somos varios los que agradecíamos, cada semana de las diez que duró el retorno de Larry David a la televisión después de seis años de ausencia, por la existencia de esta serie. Más allá de mantener todos los méritos y características conocidas, lo que la volvió especialmente bienvenida fue su apego a la incorrección política a toda costa. En medio de un clima un poco enrarecido en ese aspecto, David es una suerte de dinosaurio que sigue manejando algunos códigos y estereotipos que las series de hoy en su mayoría abandonaron. Es cierto que por momentos se la puede sentir una serie un tanto vieja y/o demodé, pero esa crudeza verbal y la simpática irritación que provoca la incapacidad de Larry para quedarse callado aún en las más incómodas circunstancias lo transforman en una especie de héroe.

No intento con esto hacer una defensa de comportamientos horribles que han empezado a ser desmantelados culturalmente en el mundo (el personaje de David está muy lejos de ese modelo y sinceramente espero que en la vida real sea igual) pero sí me interesa destacar que Larry no teme ser graciosamente ofensivo, políticamente incorrecto y brutalmente honesto con quienes lo rodean. Si gran parte de las series (películas, premios, etc) van camino a volverse previsibles porque sus elecciones dramáticas están siendo vigiladas por la prensa y buena parte de la industria con una especie de Libro Gordo de la corrección política, a David nada de eso parece importarle, al punto de terminar centrando la temporada en una «fatwa» que los musulmanes fundamentalistas le declaran cuando él decide montar un musical sobre el tema.

El hecho de que la temporada haya recibido tibias críticas y figure en muy pocas listas de fin de año, al menos para mí, habla bien de lo hecho por David, ya que más allá de que sea cierto que ciertos formatos y bromas que maneja son a esta altura un tanto «anticuados» como pueden serlo algunos de Woody Allen, lo que creo que más molesta es que no se apegue por obligación al persistente temor de la cultura norteamericana actual de decir o hacer algo fuera de lugar, incómodo o brutalmente honesto. Larry lo es y los que amamos su humor ácido se lo agradecemos ahora más que nunca.

 

BROAD CITY (Temporada 4)

Siento que es la primera temporada de las aventuras de Abbi e Ilana que no alcanza a cubrir mis expectativas. No es que haya cambiado demasiado su lógica ni su formato (lo único llamativo es que Ilana consiguió un trabajo estable y que un querible personaje regresa, aunque muy poco), pero esta vez se me volvió un tanto repetitivo, como si la dupla de amigas neoyorquinas buscara la vuelta de seguir jugando con un humor border que resulta bastante efectivo la mayor parte de las veces pero que, a su manera, está empezando a volverse casi una fórmula.

Hay algunos episodios notables (cuando viajan a Florida o cuando las visita la madre de Abbi) y en cada episodio hay momentos absolutamente delirantes, en especial los encarados por Ilana, pero tengo la impresión que es un tipo de serie que, al elegir un formato más cercano al sketch y al humor puro y duro (digamos que sus vidas no cambian demasiado a largo plazo, o si cambian no parece ser muy importante en el marco general) el peligro de empezar a repetirse y girar sobre sí misma acecha.

De todos modos, un poco como la serie de Larry David, se agradece su decisión de mantener el formato en un tono 100% humorístico y no ceder a la tentación/moda de volverse una «comedia dramática» en la que los apuntes cómicos son muchas veces pinceladas de colores para disfrazar lo que finalmente son dramas con chistes. Aquí eso no pasa: pueden volverse reiterativas, pero siguen apostando al caos, al descontrol y a llevarse la vida por delante, burlándose hasta de sus propios traumas y conflictos.

 

ONE MISSISSIPPI (Temporada 2)

Una de las decepciones del año es la segunda temporada de la serie creada y protagonizada por Tig Notaro. Si bien acá figura también Louis CK en los créditos como productor ejecutivo, no solo está menos (o nada) involucrado en la serie sino que la propia Tig fue una de las primeras en distanciarse de CK aun antes de que se hicieran públicos sus casos de «comportamientos sexuales inapropiados». De hecho, una subtrama de los últimos episodios de esta temporada parece ser una velada denuncia sobre el tema ya que se centra en un ejecutivo de la emisora que se masturba adelante de la operadora del programa de radio, amiga e interés romántico de la protagonista y conductora del show.

El problema de la serie es que, aquí sí aparece la corrección política en su peor expresión. Tig se ha vuelto una suerte de juez de los personajes de su serie, a los que trata con condescendencia y maldad. Pero a diferencia de otros cómicos que funcionan con similar sistema, Tig no es autocrítica: siempre tiene razón, siempre tiene la última palabra y casi nunca se equivoca. Al no ser actriz, la cada vez menos comediante parece pasar por encima de la serie, como si fuera el guionista insertado en la ficción. Sentenciosa, agresiva pero sin una cuota de simpatía que haga tolerables esas agresiones (salvo que la victimización la vuelva simpática a los ojos de algunos espectadores), resulta un personaje bastante creído de sí mismo y por momentos intragable. Y los momentos que intentan ser más claramente cómicos rebotan contra el vacío.

Los otros personajes (su padrastro, su hermano, las nuevas parejas de ambos) son tratados con una brutal condescendencia de alguien de una gran ciudad a la que no le quedó otra que irse a vivir a un pueblo del sur en el que votan a Trump, lleno de religiosos e «ignorantes». Si alguien quiere entender las actitudes de los «liberales» norteamericanos que permitieron que ganara Trump en Estados Unidos, el show de Notaro es una buena manera de enterarse. Es aquí donde se ve cómo las personas supuestamente progresistas terminan siendo clasistas, pontificadoras y «moralmente» superiores del resto de sus compatriotas. Y al actuar así no es de extrañar que las cosas hayan terminado como terminaron.