Cannes 2018: crítica de «Asako I y II», de Ryusuke Hamaguchi (Competencia)

Cannes 2018: crítica de «Asako I y II», de Ryusuke Hamaguchi (Competencia)

por - cine, Críticas, Festivales
14 May, 2018 08:35 | Sin comentarios

La nueva película del director japonés de «Happy Hour» cuenta la historia romántica de una mujer que se debate entre dos novios muy parecidos físicamente pero muy diferentes en personalidad: uno, enigmático y glamoroso, y el otro, un honesto y amable trabajador. Un drama romántico con toques de comedia que se disfruta pero que no logra ir mucho más lejos que eso.

Los que conocieron al director japonés Ryusuke Hamaguchi por su película de cinco horas HAPPY HOUR, que estuvo unos años atrás en el Festival de Locarno, seguramente tenían depositadas más expectativas en su nuevo filme que un espectador casual o uno que vio películas previas del realizador. ASAKO I & II puede no ser una obra maestra ni probar nuevas formas dentro de la larga tradición de dramas románticos del cine de ese país, pero se trata de una bella y pequeña película que se disfruta a lo largo de sus dos horas. Si bien algunos pueden pensar que un lugar en la competencia de Cannes le queda grande a un tipo de filme que suele verse en paralelas de Berlín o San Sebastián eso no implica que no lo merezca ni que deje de ser una liviana pero simpática adición a la habitual gravedad de la pelea por los premios.

Asako es la protagonista del filme y esos números acaso funcionen como las dos vidas paralelas que su vida personal pudo haber tomado. Cuando la película arranca es una chica que recién comienza la universidad y que se pone veloz y mágicamente de novia con un chico que conoce en un paseo, con el que tiene un romance tan potente como incomprendido por sus seres cercanos. Ese romance dura muy poco ya que el novio en cuestión es bastante impredecible, pero Asako queda shockeada por su escape repentino. Pasan los años y en Tokio la chica cree reencontrarse con él, pero resulta ser otro hombre, muy parecido, con el que termina también poniéndose de novia.

Pasarán muchos más años y las cosas se enredarán con un par de sorpesivas apariciones, pero el eje importante seguirá siendo el mismo: aceptar la realidad apacible pero menos glamorosa de vivir la vida con una «pareja normal» o bien optar por la fantasía problemática de un novio tan glamoroso como impredecible. El filme puede no salir de las convenciones del drama romántico cute, con gato simpático, toques cómicos y algunas intrigas personales, pero se ve con placer ya que Hamaguchi logra poner al espectador en medio del dilema que atraviesa la siempre joven, bella y un tanto enamoradiza (por no decir tontuela) protagonista.

Erika Karata y Masahiro Higashi –este último interpretando a los dos muy distintos novios–protagonizan un filme que tangencialmente toca temas como el terremoto que azotó a ese país en 2011 y sus consecuencias, pero que raramente pretende ser otra cosa que «una película de amor» y desamores. El problema es que Hamaguchi no logra –como sí suele pasar en las películas del coreano Hong Sang-soo o el propio Eric Rohmer– es ir mucho más allá de su planteo inicial ni surge nada especialmente llamativo de la historia, los personajes o la forma misma del relato. Se contenta con plantear esa dicotomía que Asako –como tantos hombres y mujeres– debe manejar, entre la realidad y la fantasía, y no explora otras zonas posibles del relato. Con eso le alcanza para ser un simpático entretenimiento pero no logra pasar de eso.

 

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