BAFICI 2014: Panorama H-R (13 críticas)
Segunda entrega de la larga lista de críticas de películas que integran la sección Panorama y la que trae la que, a primera instancia, tal vez tres de las mejores películas que verán en todo el festival porteño. Sí, son títulos y directores cuya aparición es bastante previsible –nadie se sorprenderá por su inclusión aquí–, […]
Segunda entrega de la larga lista de críticas de películas que integran la sección Panorama y la que trae la que, a primera instancia, tal vez tres de las mejores películas que verán en todo el festival porteño. Sí, son títulos y directores cuya aparición es bastante previsible –nadie se sorprenderá por su inclusión aquí–, pero a la vez inevitable. Me refiero a las últimas de Jim Jarmusch, Hong Sangsoo y Lav Díaz. Con estas tres películas «adentro», están en buen camino para que este BAFICI se cuente entre los mejores de sus vidas. Compren las entradas antes que se agoten y no les quede otra que recurrir a San Torrent…
Han Gong-Ju, de Lee Su-Jin (Corea del Sur)
Holy Field Holy War, de Lech Kowalski (Francia / Polonia)
How to Disappear Completely, de Raya Martin (Filipinas)
I’m an Old Communist Hag, de Stere Gulea (Rumania)
Ida, de Pawel Pawlikowski (Polonia / Dinamarca)
IGNASI M., de Ventura Pons (España) Un gran personaje como el que da título a este filme seguramente necesitaba una mejor película que esta. Se trata de un curador de arte y restaurador que es HIV positivo hace muchos años y que toma cientos de pastillas, pero que vive la vida con un humor, energía y vitalidad que muchos supuestamente más sanos envidiarían. El personaje es genial: divertido, ocurrente, zarpado, profesional y un poco bizarro. Todos elementos para un gran filme. Lo que no me cierra de este documental es su estructura, armada en función de conversaciones del protagonista con la gente que lo rodea (padre, madre, pareja, ex pareja, hijo, ex socios, colegas) en la que unos y otros hablan entre sí recontándose historias que ambos conocen de siempre, como «actuando» para la cámara diálogos que jamás podrían producirse entre ellos. El sistema narrativo de varias cámaras o de permanentes cortes en diálogos supuestamente «documentales» son también bastante irritantes, dando a entender que cada uno de esos diálogos fue armado y rearmado en la edición hasta dar con algo narrativamente «interesante». Cada corte y cada conversación en un documental tiene que tener alguna lógica, alguna justificación. Acá no los tienen. La película se sostiene por su protagonista. Lo que lo rodea es menor, mucho menor a su dimensión humana.
Ilo ilo, de Anthony Chen (Singapur)
ILUSION, de Daniel Castro (España) Seguramente una de las películas más simpáticas que verán en todo el BAFICI es esta comedia, entre irónica y tierna, en la que Castro encarna a un joven guionista y director que trata de conseguir que una productora le financie su opera prima: un musical político sobre El Pacto de la Moncloa. Talentoso pero bastante tontuelo, ingenioso pero también muy pagado de sí mismo, este simpático y un tanto patético personaje va perdiéndolo todo en procura de su sueño en una España que no ofrece demasiadas posibilidades para cumplirlos. Pero este hombrecito que ama a Truffaut, el cine amable y optimista y odia a Michael Haneke (la mejor escena del filme es su negativa a venderle a una mujer tres DVDs del autor austríaco porque «hacen al mundo un lugar peor») no parará hasta tener una oportunidad. Es una comedia liviana, de bajo presupuesto y un tanto rudimentaria (en forma y en actuaciones), pero con un corazón enorme y una gran sutileza para crear un personaje que puede ser, a la vez, enternecedor e insoportable, simpático e irritante, genial y bobalicón. Una pequeña joya que pinta, casi en tono de fábula, a la España contemporánea.
The Image Revolution, de Patrick Meaney (Estados Unidos)
Inequality for All, de Jacob Kornbluth (Estados Unidos)
La laguna, de Gastón Bottaro y Luciano Juncos (Argentina)
Liberen a García, de María Boughen (Argentina)
Lucky, de Laura Checkoway (Estados Unidos)
EL LUGAR DEL HIJO, de Manuel Nieto (Uruguay / Argentina) Fuerte y extraña película del director uruguayo, se centra en un joven militante de una agrupación política universitaria en Montevideo que se entera de la muerte de su padre y va a ocuparse de los asuntos familiares al pueblo en el que él vivía, involucrándose allí también con la militancia política del lugar y de rearmar los retazos de su vida familiar. Los interesantes choques de clase, la diferencia entre el discurso militante y la realidad social (el protagonista tiene que lidiar con los trabajadores de su padre y allí no hay discurso que valga) son narrados en un tono oscuro e intrigante por parte de Nieto, que pone todo el tiempo en primer plano esas diferencias entre ambos universos. La elección del protagonista seguramente dividirá aguas, ya que su forma de actuar y de hablar es bastante particular, algo de lo que el filme no habla directamente pero que hace que cada escena tenga un condimento especial, una extrañeza que transforma a la película en algo más que sus ideas temáticas y su forma narrativa.
Meetings with a Young Poet, de Rudy Barichello (Canadá)
EL MERCADO, de Néstor Frenkel (Argentina) Deben existir pocos espacios que envuelvan tantas historias como el Abasto. Y Néstor Frenkel hizo una película que las incluye a todas. Desde su origen como mercado proveedor de frutas y verduras hasta su actualidad de shopping y patio de comidas, y de su naturaleza tanguera al fantasma de Gardel, atravesando Contextos políticos y proyectos culturales que quedaron en el camino, Frenkel propone un caleidoscopio en el que se cruzan imágenes de archivo de noticieros de la época con inserts de películas y su reconocida capacidad para plasmar en la pantalla entrevistas que ya son marca registrada de su impronta como realizador. Así, las intervenciones –y sobre todo la intimidad, el rastro de lo privado– de los protagonistas/testigos que reconstruyen el pasado del lugar constituyen una película aparte, y le conceden al documental una gracia extra y una candidez que hacen que sea algo más –emotivo y, sobre todo, divertido– que un viaje en el tiempo cargado de nostalgia. Javier Diz
O mestre e o Divino, de Tiago Campos (Brasil)
Mujeres con pelotas, de Ginger Gentile y Gabriel Balanovsky (Argentina)
Night Moves, de Kelly Reichardt (Estados Unidos)
NORTE, THE END OF HISTORY, de Lav Diaz (Filipinas) De todas las películas en la lista es la única que no escribí crítica en su momento, ya que me quedó como deuda pendiente después del Festival Cannes y, ya saben, pasó el tiempo y no lo hice. Escribiré una más larga cuando se vea en la Argentina (calculo que será en el BAFICI: es un filme que obviamente merece estar ahí), pero por ahora quisiera comentar que, más allá de no ser un seguidor a ultranza de todas las largas películas de Lav (esta, de 250 minutos, es de las más breves, tiene algunas de 9 horas), aquí sentí que había una lógica para esa duración: en la narración, en la medida puesta en escena, en el carácter novelístico de las peripecias de este personaje (la película es una muy libre adaptación de CRIMEN Y CASTIGO) que asesina a un hombre para probar una suerte de tesis moral y las consecuencias que provoca ese hecho alrededor suyo, especialmente en el hombre que es culpado por el crimen. Tras una ardua primera hora, la película va volviéndose cada vez más angustiante y casi surreal, en un combo que mezcla melodrama, película de suspenso y, más que nada, una reflexión personal y política sobre la Filipinas actual. (Del Balance de 2013)
Of Horses and Men, de Benedikt Erlingsson (Islandia / Alemania)
Of Snails and Men, de Tudor Giurgiu (Rumania)
Omar, de Hany Abu-Assad (Palestina)
ONLY LOVERS LEFT ALIVE, de Jim Jarmusch (Reino Unido / Alemania) Un divertimento, una broma interna, un jueguito, un gusto que hay que darse en vida, una lateral forma de hacer una autobiografía personal y de la vida en pareja. Todo eso -y nada de eso- puede ser ONLY LOVERS LEFT ALIVE, la película de Jim Jarmusch presentada aquí en competencia en la que el director de DOWN BY LAW hace su debut en el cine de vampiros. No, no es una película de terror sino una comedia negra, entretenida, como si Tim Burton se hubiera fumado algo, bajado a la Tierra y puesto a contar bromas con sus amigos… En realidad, da la impresión de que poco le interesa a Jarmusch el homenaje interno al cine de vampiros. No es esta una película de neo-terror ni una comedia gótica en la que un personaje tiene una remera de Bela Lugosi y otro una de Fangoria. No hay bromas sobre el cine, prácticamente, ni referencias, salvo alguna como EL GABINETE DEL DR. CALIGARI. El mundo que le fascina a Jarmusch es otro -el rock más oscuro de los ’50, la poesía del siglo XIX, Shakespeare vs. Marlowe, un poco de cultura pop- y los vampiros en cuestión son, en su universo, los últimos románticos que no quieren dejar, digamos, el vinilo para escuchar canciones en YouTube… (Crítica completa, del Festival de Cannes 2013, aquí)
Orensanz, de Rocío Mesa (España)
OUR SUNHI, de Hong Sang-soo (Corea del Sur) Como queda muy en claro en la reciente y extraordinaria EL LOBO DE WALL STREET, el alcohol (o, en ese caso, las drogas, o ambas cosas a la vez) suele servir no solo en función dramática sino también en la relación que se genera entre el espectador y la película. Hong Sangsoo lo sabe y ha hecho siempre del alcohol un elemento central en sus películas, no sólo para generar escenas en las que los personajes se suelten y hagan o digan cosas que de otra manera no harían ni dirían, sino para poner directamente al espectador en la cuerda floja. En ese sentido, el consumo de soju y cerveza funciona en el cine de Hong como el plano de la bomba lo hacía en el cine de Hitchcock (o los Quaaludes en EL LOBO…): puede no mencionarse siquiera pero su sola presencia genera un grado de inquietud en el espectador. La “bomba” puede estallar en cualquier momento y, en un cine habitualmente entregado al placer de la conversación y la consiguiente manipulación emocional, las botellitas verdes funcionan como elementos de suspenso. OUR SUNHI se centra, fundamentalmente, en una serie de encuentros en bares, casi todas escenas filmadas con un solo plano, largo, y con una serie de similitudes más: muchas terminan con una misma canción sonando diegéticamente (bah, Hong la coloca de tal manera que da la impresión que los protagonistas están escuchando la banda sonora), en todas se reiteran una serie de impresiones y frases generando confusión entre los protagonistas acerca de quién la dijo y en qué circunstancias y, especialmente, casi todas están filmadas en un solo plano de 10, 12 minutos de duración. Como en THE DAY HE ARRIVES, pero sin su componente metafísico, OUR SUNHI explora de nuevo a fondo esa combinación entre naturalismo formal y formalismo estructural que es típico del cine del realizador coreano… (Ver crítica completa, aquí)
Les Petits Princes, de Vianney Lebasque (Francia)
PLANTA MADRE, de Gianfranco Quattrini (Argentina/Perú/Italia) PLANTA MADRE madre cuenta la historia de Diamond Santoro, una veterana estrella de rock argentina de los sesenta (de la banda ficcional “Los Hermanos Santoro”), quien viaja al Amazonas tras el sueño de su hermano, muerto en circunstancias misteriosas a comienzos de los setenta, truncando así sus sueños de estrellato rockero. La película mezcla flashbacks de su juventud con el viaje por la ruta que Diamond emprende junto a la por entonces novia de su hermano, quien se mudó a Iquitos, y los problemas que encuentran allí. Una mezcla de biopic de rock, road movie herzoguiana y trip psicodélico (la razón del viaje de Diamond a Perú es, también, probar la droga mística ayahuasca para “limpiarse”), PLANTA MADRE tiene también algo de thriller cómico, ya que los protagonistas son perseguidos por peligrosos narcos. Conmovedora y cautivante por momentos –especialmente durante los flashbacks y la historia personal de Diamond–, y algo más bizarra una vez que llegan a las profundidades del Perú, se trata de un relato original con mucha música muy buena (una mezcla de rock psicodélico y cumbia peruana) y un asombroso sentido del lugar.
POR LAS PLUMAS, de Neto Villalobos (Costa Rica) En un tono que hace recordar al de otro centroamericano, Julio Hernández-Cordón, Neto Villalobos debuta con una comedia seca y muy graciosa acerca de un guardia de seguridad que se mete en problemas por culpa de su obsesión por los gallos de riña. Humor ácido, personajes secundarios muy simpáticos (perdedores de película de Kaurismaki, digamos) en esta historia de la serie de encuentros, contratiempos y desventuras de Chalo y su gallo que encuentra en este estilo de comedia de seres solitarios una buena manera de hablar de la realidad social de su país y de las extrañas maneras en las que la gente se termina cruzando…
QUE TA JOIE DEMEURE, de Denis Côté (Canadá) Luego de su raro paso por la competencia aquí en Berlín el año pasado con la excelente VIC + FLO SAW A BEAR, el canadiense Coté vuelve a su cine más experimental con este filme que él mismo definió, al presentarlo aquí, como una “alegoría sobre la idea del trabajo”. El filme es un documental con algunos elementos ficcionales que describe con mucha precisión e imágenes de gran justeza, el trabajo en una fábrica a través de mostrar el funcionamiento de sus maquinarias, así como las rutinas de los obreros. A esto, Coté le incorpora algunos diálogos, frases y conversaciones entre los operarios en sus momentos libres, siempre sobre temáticas relacionadas con el trabajo mismo y su relación con él. Con elementos que hacen recordar al cine de Jean-Marie Straub (especialmente en los textos y fraseos de los operarios) y una muy precisa composición del espacio laboral (ecos del cine de Harun Farocki aquí), el director construye una pequeña sinfonía (más bien, una persistente melodía para aparatos mecánicos) sobre la experiencia y alienación cotidiana que genera el trabajo industrial. (Del Festival de Berlín 2014)
RAIZ, de Matías Rojas Valencia (Chile) Dos seres solitarios se unen en una búsqueda de conexión emocional a lo largo de un viaje al sur profundo de Chile en esta road movie centrada en una joven universitaria que vuelve al sur del país tras la muerte de la empleada doméstica que la crió desde niña que, una vez allí, se encuentra con el pequeño hijo de esta mujer, que se ha quedado solo. Frente a la incomprensión de su propia madre –con la que tiene muy mala relación–, ella lleva al niño a buscar al padre de él, de quien desconocen su paradero. Entre los paisajes bellísimos del sur de Chile se cuenta esta historia de esta joven y este niño cobijándose y ayudándose el uno al otro, formando una familia ocasional ante la ausencia de la/s otra/s. Otra muy buena opera prima chilena… y van.
Red Obsession, de David Roach y Warwick Ross (Australia)
Reinas, de Ana Endara Mislov (Panamá)
ReMine, el último movimiento obrero, de Marcos Martínez Merino (España)
THE REUNION, de Anna Odell (Suecia) Muchos cineastas (o artistas, como en este caso) se plantean dirigir como la posibilidad de «vengarse» de todos aquellos que en la adolescencia los maltrataron, abusaron de ellos mediante el bullying o los hicieron sentir inferiores, ninguneados, freaks. «Ahora van a ver», parece ser su lema detrás de la cámara. Todo eso está en esta película bastante irritante en la cual Odell se interpreta a sí misma reconstruyendo una reunión de 20 años de amigos de secundaria a la que no la invitaron y en la que tenía pensado «cantarle unas cuantas verdades» a sus viejos abusadores de la niñez. La primera parte del filme recuerda a LA CELEBRACION y muestra cómo pudo haber sucedido esa reunión en la que Anna les diría en la cara lo terribles que fueron con ella. La segunda parte del filme reconstruye (con actores otra vez) lo que pasó cuando la verdadera Anna quiso mostrarle a sus amigos la película que hizo respecto a esa reunión para toparse –esta vez de verdad– con el ninguneo y la agresividad de sus ex compañeros. Lo cierto es que más allá de plantearse como la víctima de una manera que termina siendo agotadora (ya no es sólo el bullying adolescente lo que la fastidia, sino que… ¡¡¡no la invitaron a la fiesta!!!), Anna hace con la cámara y con la edición el mismo bullying que con ella deben haber hecho sus compañeros. Más que comprensión y compasión por ella uno termina teniendo hasta piedad de sus viejos compañeros, cuya posibilidad de dar a conocer sus puntos de vista es prácticamente nula o se la declara desde el montaje completamente inválida.
ROHMER IN PARIS, de Richard Misek (Reino Unido) Vi unos 15-20 minutos de esta película en FestivalScope y me resultaron tan decepcionantes y tan molestos que tomé la decisión de abandonarla, por más interesante que me resultaba la idea de volver a revisar las películas de Rohmer. Es que el director arranca contando con su relación con Rohmer, que no es otra que haber aparecido medio por casualidad en un plano de una película suya, para de ahí ir a cómo descubrió el cine del francés y cómo marcó su vida. Además de ponerse en primer plano él dejando a Rohmer muy lejos, el tono de su voz en off me pareció entre irritante y bobalicón, planteando una serie de obviedades y lugares comunes que eran imposible de pensar en tolerarlos durante todo el metraje. Así que la abandoné, cosa que hago muy pocas veces. Tal vez mejore, pero no lo creo…
Puedo comprender que se haya aburrido con ROHMER IN PARIS y que le haya abandonado. Lo que me parece absurdo es que se ponga a escribir una reseña. Deje esos comentarios para una charla entre amigos.
Como decía alguien, «no hace falta comerse todo un plato de pastas para saber que son malas».
Algo así…
Hay películas que son horribles a los 2 minutos y no hay nada que las pueda hacer cambiar.
creo que Rohmer en paris es una obra hermosa y lamento no haya llegado a ver el final donde realmente te encuentras tan apasionado como el autor .
La compra de entrada on-line es lo mejor, no solo para los del interior del país, sino para los propios porteños. Las salas son chicas y los filmes se pasan dos veces (como mucho tres), por eso se agotan rápido. Yo las saco por la web, aunque tiene un recargo de $4, es muy cómodo y rápido.
Acabo de leer el comentario de Rhomer…. pero ya saquè la entrada.¿Que hago…me como el plato entero de los fuccili?
Tengo una visión parecida a la que tuviste con The Reunion, es imposible no pivotear entre los dos bandos, la mina es insufrible o sufrida?
No sabía que estaba basado en una experiencia personal. De ser así me hubiera gustado muchisimo más que fuera un documental posta.
Hello, I directed Rohmer in Paris. I’m sorry you didn’t like it. Many other people loved it, including the reviewers at Variety, ArtForum, and Screen International. I can accept that some may not like it. But if you publish a review of it, I think that I as a film-maker deserve a serious and thoughtful response based on a viewing of the entire film.
Incidentally, I can understand that you didn’t like the voice, my voice, but it’s the only voice I have.
Hola, te escribo ya que estás especializado en cine, me podrías decir quien programó la bizarra «Gente en sitios»? lamento mucho por la pérdida de tiempo y dinero de un domingo en el que uno pone expectativas. 1) Historias deshilvanadas una de otras 2) el remate sólo lo entienden algunos amigos del director, osea, una pavada que no hace reír a nadie!!
No acostumbro abandonar la sala, siempre le doy una chance a la peli, pero esta fue intolerable, humor de la más baja categoría, creo que Olmedo hacía reir de buena gana al lado de este tipo.
3) la excusa no es que la sala esté llena, la gente común está ávida de ver buen cine europeo, este, lamentable.Y la guía del Bafici un HORROR, NO SABEN NI ESCRIBIR ni hilar dos frases seguidas con coherencia y estilo. Sigo: el director (creo que español, pobres los españoles si ese es el nivel de su cine : Juan Cavestary)ni siquiera hiló las distintas historias, bah, me fui a la media hora, creo que la soporté bastante tiempo.
Si tuviste la desgracia de verla, podrías opinar al respecto? porque a veces siento que soy demasiado dura con los «los que toman una cámara y en tiempos de ocio y divagueo nos hacen padecer sus films»
THE REUNION
Me encantó la película, sabía de lo controvertida performance artística de Anna Odell, por eso fuí a verla.
Tema interesante, bien actual.
En realidad, lo que menos importa es si fue o no víctima de bulling en la adolescencia, y en la actualidad, porque creo que el film como está hecho es para debate en las escuelas secundarias, realmente demuestra que los «prejuicios que la víctima tenía sobre algunos compañeros» eran no tan subjetivos, sino reales. La historias, como dicen, no son reales, sino lo que hacen con las personas,y este film da crédito a eso. Me pareció excelente. Ojalá pueda encontrar ese corto que ella también filmó, ya que usa la cámara como «el ojo del Otro» para que la observe y luego ella reflexionar.
De 6 que ví, hasta ahora, esta sola valió pagar las entradas de las otras 6 (4 a la basura)