Mar del Plata 2015: «Office», de Johnnie To
Quizás haya pocos cineastas con la inventiva visual de Johnnie To. El realizador de 60 años, nacido en Hong Kong, tiene ya una larguísima carrera como director y productor, aunque su salto a la fama internacional se dio recién a fines de la década del ’90 con películas como THE MISSION y RUNNING OUT OF […]
Quizás haya pocos cineastas con la inventiva visual de Johnnie To. El realizador de 60 años, nacido en Hong Kong, tiene ya una larguísima carrera como director y productor, aunque su salto a la fama internacional se dio recién a fines de la década del ’90 con películas como THE MISSION y RUNNING OUT OF TIME, entre otras. Si bien su especialidad es el cine de acción y suspenso, sus «manos mágicas» se han posado sobre comedias, dramas y algunas películas un tanto inclasificables al menos dentro de los cánones occidentales.
OFFICE es una de ellas. En principio se la puede considerar un musical en 3D, más cerca del drama/thriller que de la comedia, pero que de alguna manera funciona más como filme experimental que como otra cosa. Si hay algo fascinante en el cine de To –más allá de las historias que cuenta y los géneros que aborda– es la manera de coreografiar los elementos dentro del cuadro, eso que los críticos solemos llamar mise-en-scene (que no es lo mismo que «puesta en escena» pero aceptémoslo como traducción). Aún en sus películas más irregulares –que las hay, ya que filma muchísimo–, siempre To logra sorprendernos con la manera en la que arma una escena, construye una secuencia, mueve los elementos en pos de un resultado usualmente efectivo.
En ese sentido, OFFICE es un deleite de principio a fin. El uso que hace To del 3D es totalmente novedoso e innovador, gracias a construir espacios cinematográficos que permiten el lucimiento de esa profundidad que el formato da. Casi no hay paredes o divisiones de segmentos en la «oficina» o empresa en la que trabajan los protagonistas –empresarios y empleados chinos obsesionados con el dinero y la riqueza–, sino que todo está separado por objetos casi transparentes (muebles, escaleras, paredes y hasta escenarios completos) que permiten que la cámara nunca se choque con nada, y con las luces delineando los espacios y dando el golpe final: un espacio fílmico en 3D que ni los creadores de TRON –ni Lars von Trier en DOGVILLE— pudieron imaginar, entre el avant-garde y el musical de Hollywood de la década del ’30 via Daft Punk. OFFICE es un filme futurista y extraño, pero a la vez más realista de lo que uno imagina: los subtes y los edificios en China no son tan distintos de los que vemos en el filme, neones más, neones menos.
Fuera de eso –y en términos dramáticos– OFFICE no es de las mejores películas de To, en tanto su eje narrativo (la obsesión por el dinero y el poder, los juegos de poder en una corporación) ya han sido mejor tratados por el mismo en películas como LIFE WITHOUT PRINCIPLE, entre otras, y, digamos, las canciones no se caracterizan por ser del todo memorables. OFFICE narra la historia –basada en una obra teatral de la protagonista, Sylvia Chang– de una compañía que está a punto de entrar a la Bolsa justo en la época de la crisis económica de 2008. Lee Xiang (Wang Ziyi) es el joven protagonista que acaba de empezar a trabajar allí y que, con esfuerzo, quiere llegar a las altas esferas de poder, empezando por memorizar qué desayuna cada miembro de la junta directiva.
Junto a él hay otra becaria –Kat (Lang Yueting)– que tiene conexiones con las altas esferas, allí donde se mueve la estricta CEO de la compañía, Winnie Chang (Sylvia Chang) y su extravagante presidente, Ho (el mítico Chow Yun-fat). Varios ejecutivos más se suman a la nerviosa situación en la cual la economía mundial está al borde del cadalso, la empresa busca asociarse a otra (Madame, una compañía de cosméticos) y las vidas privadas de estos personajes se enredan por culpa de esos –y otros– problemas financieros y personales.
Admito que me llevo mejor con los thrillers de To que con sus películas de otros géneros (DRUG WARS es una obra maestra, pero BLIND DETECTIVE no me mueve un pelo) y esta película se ubica en una zona intermedia, con algunos elementos que podrían ser considerados cercanos al thriller pero nunca explotados de la manera en la que sí lo hacía en la gran saga ELECTION, en la que los juegos de poder se medían por la fuerza y menos por los manejos corporativos. De todos modos, cada vez que uno se pierde en la trama o no termina de quedar atrapado por los números musicales (que son fantásticos de ver pero musicalmente un tanto trabajosos), To siempre mantiene la pantalla viva con su elegante ir y venir por el espacio fílmico. En OFFICE Johnnie To consigue fluidez visual y narrativa aun dentro de un concentrado espacio y un limitado tiempo sin necesidad de trucos a la BIRDMAN. La escuela es la de Hitchcock: saber mirar, saber elegir en el montaje, saber dónde poner la cámara para generar el efecto deseado y saber crear escenarios que permitan que todo eso se conjugue. No es nada sencillo, pero To lo maneja con maestría.