Cannes 2017: crítica de «Barbara», de Mathieu Amalric
La película del actor/director tiene como protagonista a Jeanne Balibar interpretando a una actriz que hace una biografía de la célebre cantante francesa. Usando varios niveles de ficción, la película es un homenaje a la célebre cantante y una inteligente reflexión sobre el complejo arte de la interpretación.
La nueva película de Mathieu Amalric sale más que airosa de un desafío muy difícil. Mezclando ficción con performance y con (falso) documental de rodaje, el actor/director cuenta dos historias en una. Con Jeanne Balibar como protagonista, la película es una biografía más que lateral de Bárbara, la célebre chanteuse francesa que brilló desde los años ’60, y a la vez un falso documental sobre los ensayos y el rodaje de esa película, con Balibar «haciendo» de Brigitte, la actriz que debe interpretar a la cantante.
Pero en ambos casos de esta caja china de ficciones lo que prima son las performances. Un poco como en el filme de Pedro Costa, JE NE CHANGE RIEN, Balibar demuestra sus dotes interpretativas tanto vocales como al piano (y obviamente las actorales), por lo que la vemos interpretando varios de los clásicos que solía hacer Bárbara tanto dentro del rol como fuera de él, en los ensayos en los que también participa el propio Amalric como Yves Zand, el director de la película que están filmando.
Esa biografía que filman, además, es muy poco convencional. Apenas se ofrecen algunos datos de la vida de la cantante de origen ruso –y se la ve en algunos videos– pero la mayor parte del tiempo lo que vemos es a Balibar en vivo, tocando, cantando, ensayando, caso como si todo el filme fuera la grabación de un disco que podría llamarse «Balibar Sings Barbara». Lo curioso del tema –algo a lo que se hace referencia más de una vez en el filme– es que la cantante no componía por lo que esto se convierte en algo así como «una intérprete reinterpretando a otra intérprete».
Amalric aprovecha ese juego de deformados y/o deformantes espejos para hacer de ello casi el tema de la película, sumando al juego el tema de la interpretación actoral de parte de Balibar, cuyos sutiles pero notables cambios de registro entre ficción y documental son gran parte del deleite de este one woman show que, un poco como TOURNEE –la película de Amalric sobre una troupe de artistas de cabaret– es una reflexión sobre la vida artística (especialmente en gira) y los placeres y esfuerzos que van ligados a ella.
Le aclaro: Monique Serf ( más tarde, Barbara) era de origen judío, tanto alsaciano como ucraniano.