BAFICI 2018: críticas de las secciones Lugares y Música
Un recorrido por otras dos secciones del festival que van desde una sorprendente opera primana rumana a documentales sobre artistas y bandas tan disímiles como Rubén Blades, M.I.A. (foto), Lee Ranaldo, The Slits, Madness y la movida hardcore/punk femenina en España.
LUGARES
SOLDIERS. STORY FROM FERENTARI, de Ivana Mladenovic (9)
Este filme marca un punto de inflexión o una diferencia en el modelo de relato dentro del cine de ese país. Si bien mantiene la costumbre de las escenas largas y que parecen desarrollarse en tiempo real, la apuesta de Mladenovic bordea casi el documental, observando la vida en Ferentari –un barrio humilde y bastante peligroso de la ciudad habitado mayormente por romaníes– a partir de la llegada al lugar de un antropólogo que está haciendo una tesis sobre la música “manele”, el pop bailable y/o romántico que consume buena parte de la comunidad antes conocida como gitana.
Pero pronto la película tomará como eje la relación que este hombre empieza a mantener con un ex presidiario que vive allí, relación que se volverá sexual y que se tornará historia de amor con una serie de aristas complicadas, tanto por las diferencias sociales y culturales entre los personajes como por las dificultades específicas de llevar una relación homosexual en ese marco y contexto. La película será bastante franca y realista en su manera de tratar el tema pero siempre se escapará de lo previsible prefiriendo centrarse en ciertos detalles y en tensiones específicas de una relación de ese tipo, en ese lugar y con personajes con tantas diferencias de todo tipo.
La película irá de la intimidad de esta inesperada pareja a observar el contexto que los rodea y el lugar también que la música popular tiene en ese ámbito poco retratado en el cine. Pero más que cualquier otra cosa será una historia de amor en la que las necesidades mutuas, la utilización y los juegos de poder se cruzarán con el deseo humano y real de compañía, apoyo y cariño. Una película que invita a mirar también otras formas y a abrir perspectivas novedosas para el cine rumano del futuro.
MUSICA
BRUJAS, de Cármen Rojas Gamarra (6)
Este mediometraje realizado en España por la directora peruana se centra en la movida punk y hardcore femenina. A través de algunos temas en vivo y entrevistas a los integrantes de las principales bandas de chicas dedicadas a esos géneros, Rojas Gamarra hace un retrato actual no solo de la movida musical sino de las ideas feministas que las intérpretes ponen en acción en sus shows, incluyendo un llamativo, inteligente y gracioso mensaje antes de los shows de una de las bandas.
La película es un poco caótica pero en cierto modo eso la hace representativa de un movimiento que no se caracteriza, ni quiere caracterizarse, por la ductilidad musical. Esa agresión musical feroz –que disfrutarán seguramente más los fans de hardcore– es una manera de lanzar agresivos dardos a una sociedad machista que, como queda claro en una escena del filme, sigue siendo igualmente brutal y agresiva.
HELLO, HELLO, HELLO : LEE RANALDO : ELECTRIC TRIM, de Fred Riedel
La grabación del disco «Electric Trim», editado en 2017, es el eje de este documental que registra, en detalle, la manera en la que Ranaldo, el eximio ex guitarrista de Sonic Youth, graba con la producción del músico catalán Raül Refree y la participación de nombres notables como el guitarrista Nels Cline (Wilco), el baterista de Sonic Youth Steve Shelley, la cantante Sharon Van Etten y el escritor Jonathan Lethem (a quien este sitio le debe su título) quien colaboró con Ranaldo en las letras.
Un proyecto bien de estudio, armado de a pedazos, combinando lo digital con lo analógico, grabando casi todas las partes por separado hasta armar un puzzle sonoro (cuentan que en un mismo tema tocan la batería cuatro personas distintas), el disco de Ranaldo va cobrando forma ante nuestros ojos y oídos, desde pequeños riffs de guitarra y beats sueltos hasta canciones de enorme potencia. Una película que se adentra de una manera que apreciarán los músicos y los fans en la factura en detalle de un álbum contemporáneo.
HERE TO BE HEARD: THE STORY OF THE SLITS, de William E. Badgley (7)
The Slits, mítica banda femenina que fue parte clave de los inicios del punk participando en decenas de míticos conciertos como soportes de otros nombres de peso para luego hacerse un lugar con sus álbumes, tiene aquí su documental que registra su historia, armado luego de la muerte, hace algunos años, de su peculiar y potente cantante conocida como Ari Up. Con testimonios de las otras integrantes (la guitarrista Viv Albertine, la baterista de origen español Palmolive y la bajista, archivista y principal narradora Tessa), la película recupera sus historias gracias a sus testimonios y a un montón de material de archivo que, en su momento, tuvieron la inteligencia de grabar personas como Don Letts, entre otros.
La evolución de la banda del vivo a sus dos únicos discos de entonces (existe uno más sacado tras su reunión a fines de la década pasada), sus cambios de personal y sus peleas internas, el desdén inicial de la prensa y su relación con otros nombres canónicos del punk (Ari era hijastra de John Lydon, Paloma/Palmolive fue novia de Joe Strummer, Viv y Palmolive tocaban con Sid Vicious en The Flowers of Romance), los giros del punk al dub y al free jazz tras su conexión con The Pop Group, la distancia posterior y el reencuentro y giras con solo Ari y Tessa volviendo al ruedo son narradas en esta película que no se sale de las normas de las biopics oficiales (poco se habla de los problemas de Ari y de hecho jamás se menciona lo de Lydon/Rotten) pero que tiene la energía y la potencia de la seminal banda punk femenina.
MATANGI / MAYA / M.I.A., de Steve Loveridge (7)
La Artista conocida como M.I.A. (pronúnciese, em-ai-ei) siempre ha sido controvertida y también ha buscado esa controversia como motor para su producción, su fama, sus intensos shows en vivo y para su tarea humanística, difundiendo los problemas y derechos de la oprimida comunidad tamil en Sri Lanka, a la que ella pertenece por herencia familiar, aunque ha nacido y vivido siempre en Londres.
Convertida en estrella pop, celebrada y agredida por mostrar el middle finger mientras hacía de corista en el show de Madonna en el Super Bowl, autora de videoclips por lo menos controvertidos, M.I.A. se deja ver en este retrato claramente autorizado tal como es, una fuerza vital y musical poderosa y una figura comprometida pero también muy contradictoria que nunca se sabe bien si utiliza su celebridad para defender causas nobles o utiliza las causas nobles para defender su celebridad.
MY LIFE STORY, de Julien Temple & Owen Lewis (7)
Esta apuesta particular toma como punto de partida un show unipersonal (+ piano) de Suggs McPherson, el cantante de la banda británica Madness, de enorme popularidad desde fines de los ’70 a los años ’90. No es una biopic clásica, sino la grabación de ese show mezclada con escenas filmadas en distintos lugares de Londres y «actuadas» en función de lo que Suggs va contando sobre el escenario. A eso hay que agregarle muchísimo material de archivo, ya que los integrantes de Madness no solo supieron grabar todo lo que hacían sino hasta construir famosos clips ficcionalizando su historia.
Suggs recorre su historia personal y la de la banda a partir de una «crisis de los 50» que lo lleva a investigar su pasado para saber qué fue de su padre, al que casi no conoció. Ese eje narrativo lo lleva a contar historias jugosas y divertidas casi a la manera de un show de stand up en el que cuela, menos veces que lo deseado, algunas canciones de Madness en formato acústico. Un tanto diferente al clásico documental de historias de celebridades del rock, MY LIFE STORY vale la pena como una inmersión a fondo en la Inglaterra musical que va desde el glam y el punk de los ’70 hasta el más puro pop radial de mediados de los ’80 contado por alguien que vivió en primera persona todo ese proceso.
YO NO ME LLAMO RUBEN BLADES, de Abner Benaim (7)
Con casi cinco décadas de carrera, el panameño Blades es una de las figuras indiscutidas de la música latina, uno de los nombres más relevantes en surgir del sello neoyorquino Fania, el que también dio a conocer internacionalmente a notables intérpretes como Willie Colón, Celia Cruz y Héctor Lavoe, entre muchos otros. Blades, que tuvo un gran pico de popularidad en los ’80 en la Argentina gracias a canciones como «Pedro Navaja», «Plástico», «Buscando guayaba» o «Desapariciones» y que también fue famoso como actor, figura pública y hasta candidato a presidente de su país, es el protagonista exclusivo de esta suerte de autobiografía en la que intenta dejar, como él mismo dice, su legado.
El filme recorre su carrera pero más que a partir de archivos lo hace con Blades en la actualidad, recorriendo lugares claves en su vida, mostrando su intimidad, en los shows y giras multitudinarias que sigue dando actualmente y hasta hablando de algún que otro tema controvertido de su pasado. Hay también testimonios de amigos y conocidos en un filme que –pese a las limitaciones del formato biografía autorizada– logra hacer un retrato inteligente de un personaje un tanto alejado de las convenciones del «músico de salsa» (es abogado recibido en Harvard, sus letras siempre fueron más comprometidas que el común de las canciones bailables de la música latina de entonces y de ahora) y alguien que tiene muy claro su lugar en el universo artístico iberoamericano.